Reimaginando las soluciones a la pobreza
CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) te invitan a su evento «Reimaginando Soluciones a la Pobreza - buscando nuevas formas de conectar la política, la medición y la acción política en América Latina y el Caribe».
Esta será la edición inaugural de la Conferencia Anual sobre Pobreza en América Latina y el Caribe de la organización que este año coincidirá con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Esta iniciativa pretende establecer una plataforma para responsables políticos, activistas y académicos dedicados a la reducción de la pobreza, que les permita compartir los avances de la investigación, mostrar programas o proyectos exitosos de reducción de la pobreza y entablar diálogos en los que las diversas partes interesadas en la lucha contra la pobreza puedan intercambiar perspectivas y puntos de vista.
En las dos últimas décadas, América Latina y el Caribe han realizado notables progresos en la reducción de la pobreza. Si se compara con el umbral de pobreza de los países de renta media-alta de 6,85 USD al día (PPA de 2017), la tasa general de pobreza de ingresos en la región se redujo en 20 puntos porcentuales (Banco Mundial, 2023). Algunos de los países más pobres, como Nicaragua, Bolivia y Honduras, experimentaron reducciones sustanciales de la pobreza multidimensional aguda, observándose mejoras tanto en la incidencia como en la intensidad de la pobreza (Alkire et al., 2020; Gasparini, Santos y Tornarolli, 2021).
La significativa disminución de la pobreza de ingresos puede atribuirse a una combinación de sólido crecimiento económico y medidas estratégicas de política pública, en particular la adopción generalizada de programas de transferencias monetarias condicionadas (Levy, 2016). Al mismo tiempo, las reducciones de la pobreza multidimensional se lograron mediante políticas sectoriales que propiciaron avances en varias dimensiones, lo que permitió a algunas de las naciones más pobres de la región reducir a la mitad sus tasas de pobreza multidimensional y lograr rápidas reducciones de la pobreza aguda entre los grupos más desfavorecidos (Santos, 2023).
A pesar de estos éxitos, 181 millones de personas en América Latina (29% de la población regional) siguen viviendo en situación de pobreza por ingresos, y más de 38 millones de individuos (en los países con datos disponibles) permanecen en situación de pobreza multidimensional aguda (CEPAL, 2023; OPHI, 2023). Las áreas clave de privación incluyen el acceso a combustible limpio para cocinar, saneamiento mejorado, materiales adecuados para la vivienda, electricidad, agua potable, activos, nutrición y años de escolarización (Gasparini, Santos y Tornarolli, 2021). Los niveles de pobreza en las zonas rurales son, por término medio, más de ocho veces superiores a los de las regiones urbanas (OPHI, 2020). Además, un tercio de la población que actualmente no está clasificada como pobre por ingresos es vulnerable a volver a caer en la pobreza con una sola crisis económica, lo que pone de relieve la precariedad de su situación (Banco Mundial, 2023). Estos resultados sugieren que la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 (erradicar la pobreza) está en grave riesgo, ya que muchos de sus indicadores avanzan demasiado lentamente o incluso retroceden (CEPAL, 2024).
Fecha: 17 de octubre de 2024, 11:15am - 12:45pm (EST)
Lugar: Nueva York, Madrid y en línea
El evento será transmitido en esta web
Participantes
Michelle Muschett
Subsecretaria General de las Naciones Unidas, Administradora Auxiliar y Directora Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Sergio Díaz-Granados
Presidente Ejecutivo, CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-
Luis Felipe López-Calva
Director Global de la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Grupo Banco Mundial
Jeffrey Sachs
Director del Centro para el Desarrollo Sostenible - Universidad de Columbia.
Sabina Alkire
Directora, Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI), Universidad de Oxford.
Alejandra Botero
Gerenta de Planeación e Impacto al Desarrollo, CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-
Wellington Dias
Ministro de Desarrollo y Asistencia Social, Familia y Lucha contra el Hambre y ex gobernador de Piauí
¿Cómo seguir avanzando?
Reintroducir la pobreza en el debate público
Reducir la pobreza exige un firme compromiso político de todos los sectores de la sociedad. Para acelerar los avances, es imperativo volver a situar la pobreza en el centro del debate público. En los últimos años, la atención prestada a la pobreza se ha visto eclipsada por una serie de graves crisis que han afectado a la región. Más allá del importante impacto de la pandemia del COVID-19, la escalada de la crisis climática, con incendios masivos en zonas como la Amazonia y el Chaco, y el aumento de las inundaciones en otras regiones, ha tenido un efecto devastador. También han surgido crisis de gobernanza, incluso en países que tradicionalmente destacaban por su crecimiento económico y la reducción de la pobreza, como Chile. Además, las crisis migratorias, antes dirigidas principalmente hacia Estados Unidos, han desarrollado ahora una dimensión intrarregional, imponiendo presión sobre el gasto público y, en ocasiones, provocando conflictos dentro de las comunidades receptoras. La violencia se ha extendido a países antes pacíficos, y el crimen organizado representa una amenaza cada vez mayor. Estas crisis han desviado la atención del debate sobre la pobreza, a pesar de que ésta sigue siendo un factor fundamental en cada uno de estos retos.
El discurso público debería estimular la acción y fomentar un debate más ambicioso sobre los determinantes de la pobreza y sus implicaciones políticas. Determinantes clave como la elevada desigualdad, el lento crecimiento económico, la degradación medioambiental, las estructuras de poder arraigadas, los sistemas de protección social inadecuados, la gobernanza ineficaz, un Estado de Derecho frágil, un entorno empresarial desfavorable, la baja participación de la mano de obra femenina, la informalidad, la delincuencia y la violencia, y la falta de innovación, han sido identificados como determinantes de la pobreza en la región (PNUD, 2021; FMI, 2024; CODS, 2020). Es necesario un debate exhaustivo para destilar los aspectos más críticos y comprender sus interconexiones para optimizar los esfuerzos hacia el logro de un desarrollo sostenible y un crecimiento equitativo.
Además, es esencial un debate público sobre los datos necesarios para lograr avances significativos en la reducción de la pobreza. Aunque la disponibilidad de datos en la región ha mejorado, sigue habiendo problemas relacionados con la periodicidad, el potencial de desglose y las lagunas en temas cruciales. Por ejemplo, la incapacidad de vincular los datos sobre delincuencia y violencia con los datos sobre pobreza dificulta una comprensión global de estos fenómenos. Por lo tanto, un debate riguroso sobre dónde canalizar los limitados recursos para la recopilación de datos es vital para generar datos sólidos que puedan orientar eficazmente las decisiones políticas.
Nuevos instrumentos para reducir la pobreza
Como se destacó anteriormente, el crecimiento económico y la implementación generalizada de programas de transferencias monetarias condicionadas han desempeñado un papel fundamental en la reducción de la pobreza de ingresos en toda la región en las últimas décadas. Sin embargo, a partir de 2015, el ritmo de reducción de la pobreza comenzó a ralentizarse debido a la disminución de las tasas de crecimiento, una tendencia agravada por la pandemia de COVID-19. Tres años después de la crisis, los niveles de pobreza de ingresos en la región apenas están volviendo a las cifras anteriores a la pandemia (Banco Mundial, 2023). Sin embargo, el crecimiento económico -y, en consecuencia, la capacidad fiscal para financiar iniciativas de reducción de la pobreza- sigue siendo limitado, y se prevé que el PIB regional crezca sólo un 1,6% en 2024, un 2,7% en 2025 y un 2,6% en 2026, tasas insuficientes para generar una prosperidad generalizada (Banco Mundial, 2024).
Ante esto, los principales mecanismos que impulsaron la reducción de la pobreza en años anteriores deben ser complementados con herramientas innovadoras capaces de maximizar el alivio de la pobreza dentro de un entorno fiscal restringido. Aspectos como la planificación estratégica, la coordinación eficaz, el seguimiento riguroso y el gasto eficiente serán cada vez más cruciales en los próximos años. La región debe fomentar la innovación y desarrollar una nueva generación de estrategias e instrumentos de reducción de la pobreza que puedan complementar eficazmente los marcos existentes.
Reforzar la integración de las estrategias de reducción de la pobreza con las políticas nacionales
En muchos casos, importantes políticas nacionales que tienen un impacto directo sobre la pobreza se formulan e implementan sin un claro análisis o identificación de sus conexiones con la estrategia de reducción de la pobreza del país. Las políticas en ámbitos como la energía, la productividad, el desarrollo del sector privado y el cambio medioambiental o climático suelen tener profundas implicaciones para la reducción de la pobreza. Sin embargo, estas políticas suelen diseñarse con objetivos sectoriales específicos y dentro de un marco orientado al crecimiento, en lugar de centrarse en la reducción de la pobreza. Reforzar estas conexiones puede facilitar una valiosa fertilización cruzada entre las diferentes agendas políticas, acelerando así los esfuerzos para reducir la pobreza.