Mundos mitológicos del centro sur de Bolivia representados en textiles indígenas
- El espacio cultural de la CAF con la contribución de la Fundación ASUR presenta una exposición de arte contemporáneo indígena
- Color, misticismo y diferentes construcciones visuales de la realidad se funden en textiles de Tarabuco, Jalq ’a y Tinkipaya
El espacio cultural alberga un variado despliegue de “representaciones del mundo mitológico” en diferentes estilos de tejidos de las comunidades originarias de Jalq’a, Tinkipaya y Tarabuco, provenientes de regiones del centro sur del país.
La directora de la Fundación ASUR, Verónica Cereceda explicó -en el acto de inauguración- la esencia de este arte étnico, destacando que los tejidos expuestos son arte y no artesanía porque enriquecen el imaginario colectivo, por la maestría en su realización a través de diferentes y complejas técnicas que dan lugar a piezas únicas y no masivas; y por último por la innegable belleza de los diseños, que producen una emoción fuerte no sólo entre los grupos donde surgen sino, también, en aquellos de otras culturas que los observan.
Cereceda resaltó que estas obras corresponden al arte moderno ya que son creadas por la gente de las comunidades de hoy, que expresan con creatividad su visión de la existencia humana mostrando capacidades intelectuales sensibles. “Las piezas exhibidas, hiladas a mano, identifican a los diferentes grupos étnicos por los colores utilizados. Así mismo, cada región muestra de diferente manera su perspectiva”, explicó.
Los textiles de Tarabuco, que definen la identidad de este grupo étnico en su vestuario, evocan los quehaceres humanos y rituales de las comunidades, las fiestas, la agricultura, el matrimonio e incluso la muerte, con un fondo de luz blanco en el que destacan las figuras por su colorido y por el relieve logrado por la técnica, la simetría y segmentación.
Los textiles de Jalq´a construyen el mundo imaginario de las profundidades en las que habita el “supay” -dueño de la vida indómita y salvaje- con efectos de oscuridad y desorden que expresan los ámbitos no dominados por lo humano.
Las obras de Tinkipaya reflejan la “gloria”, un espacio celeste en la que habitan los grupos de alta puna en Potosí, conocidos como llameros por las poblaciones del valle. Este cielo se construye con ángulos y líneas rectas que expresan lucha, agresión y defensa necesaria para la preservación de la segmentación de las estructuras sociales y la gestación de la naturaleza.
El Viceministro de Desarrollo de Culturas, Pablo Groux participó en la inauguración de la muestra. En la ocasión afirmó que el rescate del arte indígena cambia la visión que se tiene en nuestro país sobre el mundo rural, y esto forma parte del proceso que vive Bolivia, que independientemente de la coyuntura política, ya no es el mismo país. “Nuestra actitud se ha modificado, nuestras miradas encuentran un modo distinto”.
Así mismo, resaltó el trabajo de ASUR que muestra el trabajo de indígenas identificando la parte sustancial de la cultura andina y valoró que la CAF haya incluido en sus instalaciones un espacio que colabora al arte, “apreciamos que la Corporación invierta en cultura y beneficie a los gestores culturales, a instituciones del ámbito artístico y al desarrollo del espíritu”, concluyó.