América Latina: más inversiones para tener servicios de agua de calidad
Para cerrar la brecha de agua y saneamiento, la región debería invertir un 0,3% de su PIB hasta 2030
La bonanza económica que experimentó América Latina entre el 2002 y el 2012 propició el aumento de las inversiones para lograr una cobertura universal de los servicios de agua potable y saneamiento, sin embargo esto no se tradujo siempre en servicios de calidad a nivel de los hogares.
Si entre 2010 y 2030 la región invierte el 0,3% del PIB, se podría cerrar la brecha de los servicios de agua y saneamiento en el medio urbano, rehabilitar las infraestructuras descuidadas por la falta de mantenimiento, ampliar la infraestructura de drenaje urbano a un 80% de las manchas urbanas, expandir las fuentes de abastecimiento para 100 millones de habitantes y formalizar las conexiones domiciliares para 10 millones de hogares -lo que equivale a cincuenta millones de habitantes-, según CAF.
La inversión en los territorios rurales para alcanzar una cobertura universal en 2030 podría agregar un 20% de inversión, tomando en cuenta los enfoques de la nueva ruralidad que integran diversos servicios sociales y de infraestructura.
Estas inversiones deben centrarse en la atención de la población vulnerable, deben tomar en cuenta la escala económica de las ciudades y sus prestadores y asegurar el mantenimiento de la inversión mediante tarifas de los servicios en red. Las obras de captación y regulación de fuentes, frecuentemente en infraestructuras multipropósito, y el tratamiento y disposición de aguas residuales en el medio ambiente tienen un carácter de bien público y por ende requerirían de un porcentaje significativo de financiamiento público.
Finalmente, ante el actual contexto de estancamiento económico, los gobiernos pueden emplear dos líneas de acción. Una que llama al recorte fiscal con reducción de la inversión pública, frente a otra de estímulo fiscal para reactivar la economía. En cualquier escenario, el sector agua potable y saneamiento tiene que hacer un esfuerzo considerable para reducir ineficiencias sistémicas que superan los 5.000 millones de dólares anuales cuando se comparan con los índices que alcanzan los mejores prestadores en el mundo.
Los principales retos que enfrentan las grandes ciudades, las medianas, y las áreas rurales son:
- Grandes ciudades: Cerca del 45% de latinoamericanos viven en ciudades con más de 200.000 habitantes y reciben servicios de agua potable y saneamiento de empresas crecientemente profesionalizadas con cobertura regulatoria. En la mayoría de los casos las tarifas pueden cubrir los costos de operación. Sin embargo, persisten ineficiencias significativas que se evidencian en pérdidas de facturación de agua potable superiores al 35% y demoras en el mantenimiento y reposición de activos. En todos los ámbitos urbanos, entre el 15 y el 25% de la población vive en asentamientos precarios, con grandes deficiencias en la calidad de la infraestructura y sus servicios asociados, y generalmente sin la garantía legal sobre la tenencia de la tierra.
- Ciudades medianas y pequeñas: Alrededor de 180
millones de latinoamericanos viven en ciudades medianas y pequeñas,
- entre 200.000 y 20.000 habitantes-, que registran tasas de
crecimiento porcentual mayores. Estas urbes no tienen el
tamaño suficiente para capturar economías de escala y obtener
retornos razonables a la inversión.
En este segmento de ciudades, la cobertura de las instituciones regulatorias es aún más débil, se trata de un amplio universo de operadores, los cuales frecuentemente se gerencian siguiendo la lógica política de los gobiernos municipales. Esta gestión se caracteriza por ciclos cortos de decisión sobre asuntos gerenciales y de inversiones, así como por la ausencia de incentivos para agregarse más allá de los límites territoriales de los gobiernos locales, lo cual impide alcanzar escalas operativas adecuadas.
- Población rural: unos 160 millones de latinoamericanos viven en zonas rurales. En este heterogéneo segmento, desde unos 20 millones de población dispersa en agrupaciones menores a 100 familias, se encuentran las mayores carencias de servicios de agua potable y saneamiento en los hogares; lo cual se traduce en índices de morbilidad y mortalidad asociada a enfermedades gastrointestinales varias veces superiores a los observados en el resto de la población. También registra la inoperancia de los modelos regulatorios diseñados para las grandes ciudades.
CAF, como socio estratégico de los países de la región en materia de agua y saneamiento, estará planteando estos desafíos que enfrenta América Latina en la próxima Conferencia Latinoamericana de Saneamiento, entre el 9 y 11 de marzo en Lima.