Los beneficios económicos y sociales de la igualdad de género
Cerrar la brecha de género no solo implicaría avances significativos para el desarrollo de América Latina, sino que también generaría importantes beneficios económicos
Además de representar uno de los pilares de cualquier política
pública de desarrollo, la igualdad de género es también un
inestimable motor de crecimiento económico. De hecho, una
parte significativa del boom
económico latinoamericano de inicios de siglo se explica gracias a
la incorporación de unas 70 millones de mujeres al mercado laboral,
que contribuyeron, entre otros, a reducir la pobreza, dinamizar los
mercados nacionales y reducir las desigualdades.
Pero todavía queda mucho camino por recorrer y mucho potencial por desatar. Se calcula que el impacto económico de cerrar la brecha de género en el mercado laboral se traduciría en un incremento del PIB de unos USD 2.6 billones, o lo que es lo mismo, un crecimiento de 34% del PIB.
El estudio "The power of parity: How advancing women's equality could add $12 trillion to global growth" realizado por Mckinsey & Company, indica que los beneficios de avanzar en la igualdad de género se traducirían en más de USD 1 billón en la próxima década, siendo esta la segunda ganancia potencial más elevada a nivel global. Dado el actual contexto de bajo crecimiento que atraviesa la región, esta oportunidad representa un importante valor agregado.
De acuerdo a la investigación, las mujeres realizan 3 veces más trabajo no remunerado que los hombres, un valor que si bien se encuentra dentro del promedio a nivel global, sigue siendo relevante. Además, la participación de la mujer en la fuerza laboral se encuentra alrededor del 70%, cifra mucho menor que en China, Europa o incluso Sub-Sahara África, la cual ronda entre el 80%.
Para acelerar el proceso hacia la paridad de género en América Latina, es necesario enfocarse en el empoderamiento económico de la mujer, por lo que se debe priorizar el acceso a la educación, a servicios financieros y digitales, así como asegurar una mayor protección legal y disminuir el tiempo en trabajos no remunerados.
Con el objetivo de asegurar el crecimiento sostenible y la inclusión social en la región, CAF -banco de desarrollo de América Latina-, incorpora el enfoque de género a sus operaciones para que sus beneficios puedan ser tangibles en el mediano plazo y en los diferentes sectores de la sociedad.
En este sentido, el programa RUTAS ha facilitado la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo local, ya sea como empresarias-creando y gestionado sus propios negocios- o como trabajadoras por cuenta ajena. Asimismo aumenta el grado de autonomía financiera y mejora la valoración del trabajo femenino, contribuyendo a otorgar poder a la mujer dentro de la familia, elevar su autoestima y el sentido de la ciudadanía. Indirectamente, el incremento del poder adquisitivo, tiene un impacto positivo sobre la escolarización de los niños, su nutrición y por ende, su futuro desarrollo.