¿Vale la pena la idea de un periodismo regional?
América Latina es una audiencia que cobra importancia en el periodismo, pero enfrenta una prueba como mercado y un reto a la hora de relatar sus historias
América Latina se ha convertido en el puerto de desembarco de empresas periodísticas que buscan ampliar marca y públicos por fuera de sus fronteras tradicionales. El New York Times ha abierto una edición especial en español, dirigida a la región. Previamente El País, de España, sacó las ediciones América y Brasil. Mucho antes, CNN convirtió breves segmentos de programación para el público hispano en Estados Unidos en lo que hoy es CNN en Español.
Se trata de una búsqueda de audiencias en la que también participan los medios de comunicación nacionales y locales. Una lucha por sostenerse en un entorno que exige agilidad e innovación como condición de supervivencia en la industria periodística.
Estas reflexiones se plantearon en la mesa redonda: "Los retos del periodismo y el relato que se construye de América Latina", como parte de una actividad previa a la XX Conferencia Anual CAF que se celebró en Washington D.C. el 7 y 8 de septiembre. Se planteó como objetivo inspirar nuevas reflexiones para la labor periodística latinoamericana.
Un periodismo regional parece una alternativa para diversificar la audiencia y con ello impulsar los modelos de negocio. América Latina parece un buen mercado, ya que desde 1981 a 2010 ha visto aumentar el ingreso de sus habitantes, tal como lo indica un estudio realizado por CAF sobre la clase media. La región, señala el documento, ha disminuido la pobreza y ha aumentado la clase media la cual, aunque vulnerable, tiene potencial de consumo. Es esta población es la que asiste hoy a la llegada de los medios regionales.
Si bien América Latina para el periodismo parece una tierra de oportunidades en términos de mercado, la definición de una agenda informativa regional es un reto importante. Hernando Álvarez, director de BBC Mundo apunta sobre este asunto. "Nuestra audiencia está principalmente en esta región", esto significa un trabajo complejo de identificación de temas, enfoques y prioridades dentro de un conjunto de diversidades.
Es difícil definir temas que sean igualmente importantes para todos los países. Puede ser que un proyecto de información internacional encuentre dificultades para subsistir en este contexto. Los asistentes a la mesa citaron el ejemplo de ECO, que tenía una agenda más apegada a la realidad de México aun cuando se podía ver en al menos 11 países a través de la televisión por cable y se definía como un noticiero regional. En América Latina, concluyeron en la mesa, no es suficiente una mirada ni un único tratamiento informativo.
Algunas coyunturas, coincidieron, pueden resultar relevantes para el grueso de los latinoamericanos, pero otros, aunque importantes no reciben la misma atención. "Hemos tenido que buscar con esfuerzo los espacios para la publicación de ciertos temas que son clave, pero que a cuando salen tienen poca audiencia", comenta Tamoa Calzadilla, de la Unidad de Datos e Investigación de Univisión. "Sin embargo, insistimos en ellos porque parte de nuestro oficio es cumplir con la misión de informar de ciertas cosas que se deben conocer".
Queda abierta la inquietud sobre cuáles son los modelos informativos para atender a América Latina como región y, además, cómo relatarla en otras regiones del mundo donde conflictos como los de Siria o los refugiados en Europa del Este pueden resultar más llamativos.
El debate, al que asistieron editores, reporteros, directores de medios internacionales y agencias de prensa, fue organizado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- y CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, con el apoyo del Diálogo Interamericano.