Mejorando las oportunidades de formación e inserción laboral futura de los jóvenes
El desarrollo de competencias cognitivas y socioemocionales y de habilidades específicas a través del Bachillerato Técnico mejora las oportunidades de formación básica y específica de los jóvenes, al tiempo que incrementa sus opciones de inserción laboral futura a través del desarrollo de las competencias que demanda hoy el mundo laboral y que responden a los sectores productivos estratégicos de cada país.
Es sabido que en América Latina cerca de 20 millones de jóvenes no estudian ni trabajan, y que de ellos, las dos terceras partes son mujeres. La tasa de desempleo de jóvenes triplica la tasa correspondiente en adultos, situación que acentúa la exclusión en la región y demanda mecanismos efectivos e innovadores para enfrentar este reto.
Para revertir esta situación de desventaja es necesario considerar factores que mejoran la empleabilidad, tales como la pertinencia de la oferta educativa respecto a las demandas laborales, y la relevancia de esta oferta a la hora de satisfacer los intereses de los jóvenes que están consolidando sus proyectos de vida. Pues, mejorar las condiciones y oportunidades de inserción laboral futura de los jóvenes es fundamental para promover la inclusión social.
La formación técnica que responde a estas necesidades, y contribuye con la mejora de sus ingresos y su estabilidad en el mercado laboral, es una opción para quienes no pueden invertir más tiempo en formación académica-profesional, lo cual constituye una verdadera oportunidad de inclusión, siempre y cuando se trate del desarrollo de competencias alineadas con la demanda de los sectores productivos. Por ello, actualizar y fortalecer los contenidos ofrecidos en los bachilleratos técnicos, de tal forma que esto se traduzca en el desarrollo de competencias cognitivas y sociomocionales, acordes a la matriz productiva de los países, es la tarea a ejecutar si queremos, que los jóvenes tradicionalmente excluidos y que no pueden continuar estudiando, tengan mejores oportunidades de integrarse a la dinámica económica al culminar su formación secundaria.
En este sentido, la oferta educativa secundaria que incluya figuras prácticas como el arte, permite a los estudiantes desarrollar las competencias que habilitan su paso a la educación post secundaria y los estudios superiores, y a la vez, les permite desarrollar habilidades técnicas específicas que mejoran las oportunidades de inserción en el mercado laboral y continuar hacia carreras profesionales.
Para los próximos años, CAF ha formulado una Agenda Educativa 2016-2020 con énfasis en la inclusión, que define tres lineamientos estratégicos para su actuación: (i)incrementar el acceso a la educación con énfasis en la población de menores ingresos; (ii) mejorar la calidad de la educación con énfasis en la equidad; y(iii) mejorar la pertinencia de la educación, mediante el fortalecimiento de los vínculos entre la escuela, las habilidades y el empleo.
En este orden de ideas, y en el marco de la Operación de Crédito de Escuela de Milenio en Ecuador, se apoya al Ministerio de Educación de ese país con el soporte técnico de UNESCO, en la actualización de bachilleratos técnicos artísticos en toda la nación, gracias al programa PASOS para la inclusión.