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20 de diciembre de 2024
14 ciudades latinoamericanas participan en la iniciativa Huella de Ciudades, que apoya a los gobiernos locales a identificar acciones, diseñar e implementar planes de desarrollo basados en la mitigación y adaptación al cambio climático.
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Un rápido paseo por Bogotá, Buenos Aires, México DF, Lima, Quito o San Pablo nos ofrece un panorama general de los principales problemas que aquejan a prácticamente todas las ciudades latinoamericanas. Por nombrar solo los más visibles, encontramos congestión vehicular, marcadas desigualdades sociales, crecimiento urbano desordenado, mejorables servicios públicos, contaminación acústica y ambiental o industrias poco amigables con el medio ambiente.
Este rápido diagnóstico es el reflejo de una de las principales trabas para el desarrollo de la región: la mayoría de países basan su crecimiento en modelos económicos poco sostenibles, y eso tiene un fuerte impacto en el calentamiento global. De hecho, a nivel internacional las ciudades ejercen una enorme presión sobre los recursos naturales y generan el 70% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), además de consumir el 66% de la energía que se produce.
“Para disminuir el impacto negativo de la actividad de las ciudades, será imprescindible implementar proyectos de reducción de emisiones de GEI y adaptación al cambio climático, para disminuir su aporte al calentamiento global, pero sobre todo con la meta de llegar a ser ciudades más eficientes y compatibles con el clima”, explica Ligia Castro, directora de ambiente y cambio climático de CAF –banco de desarrollo de América Latina.
En este sentido CAF ha promovido iniciativas para medir la huella ambiental de las ciudades, apoyando a los gobiernos locales a diseñar estrategias de desarrollo sostenible y modelos de crecimiento que sean respetuosos con el medio ambiente. Para lograrlo, se realizan las huellas de carbono e hídrica de las ciudades, e identifican y priorizan, a través de estas iniciativas, proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático, los cuales impulsan y fomentan una transición hacia economías de menos emisiones, resilientes y sostenibles.
Con la implementación de estas medidas, las ciudades mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos, aumentan la potencialidad de desarrollo económico y social, disminuyen la pobreza, aumentan resiliencia y reducen la emisión de GEI y otros elementos contaminantes, mejorando la calidad ambiental de la ciudad.
Hasta la fecha 14 ciudades de América Latina han avanzado en medir sus huellas de carbono e hídrica: La Paz, Lima y Quito, Guayaquil, Santa Cruz de la Sierra, Fortaleza, Cali, Loja, Tarija, Santa Cruz de Galápagos, Recife, Cuenca; junto con El Alto y Cochabamba que están en curso.
Estas ciudades han tenido como resultados la inclusión de las huellas como indicadores de gestión, la generación de compromisos para reducir sus huellas, el uso transversal de la variable de cambio climático en la planificación estratégica de sectores y consolidación de alianzas entre actores clave de la región.
En el marco de este esfuerzo se ha desarrollado el “Ciclo de Gestión de Huellas”, que en primera instancia realizó un diagnóstico de la situación actual de los Gobiernos Municipales y de las ciudades a través de la evaluación de las Huellas de Carbono e Hídrica, a partir de las cuales se elaboran proyecciones a corto, mediano y largo plazo bajo escenarios “sin reducciones” y “con reducciones”.
Posteriormente se prepara un portafolio de proyectos enfocado a la reducción de ambas huellas a nivel de ciudad, que incluye un análisis costo-beneficio de las medidas planteadas, y permite definir un rango de metas de reducción, promoviendo la transición hacia una etapa de implementación, a cargo de las entidades de cada ciudad.
Igualmente se crean capacidades locales, con tutoriales, manuales y el diseño y la transferencia de herramientas de cálculo de las huellas adecuadas a las características de las ciudades, para transferir las capacidades necesarias al personal del Gobierno Municipal y asegurar la sostenibilidad de la iniciativa.
Este ciclo vuelve a la etapa de diagnóstico con el fin de evaluar periódicamente la efectividad de reducción de Huellas de los proyectos implementados, y plantear nuevos escenarios de reducción al igual que metas.
Proyectos piloto
La Paz, Quito y Lima fueron las ciudades donde se instalaron proyectos pilotos de reducción de huellas:
Estas iniciativas se desarrollaron en alianza con CAF, CDKN – Alianza clima y desarrollo-, Futuro Latinoamericano y SASA Servicios Ambientales, Carbon Feel y Water Foodprint Network. La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) contribuyó igualmente.
Los resultados de las huellas permiten implementar nuevas herramientas e instrumentos de planificación y gestión ambiental, los cuales son de mucha utilidad para los gobiernos municipales, sector privado y empresarial y ciudadanos en general.
La manera de adaptarse a estos cambios requiere de mecanismos de colaboración y coordinación entre todos los sectores, aplicando iniciativas y programas que desarrollen resiliencia en distintos campos como por ejemplo, la gestión integral del agua y los residuos sólidos.
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