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La obra de transporte más importante del país, que registra un avance del 80%, mejorará la calidad de vida a casi medio millón de personas.
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15 estaciones concluidas, 42 de 45 kilómetros de rieles en su sitio, 3 de 18 trenes aparcados y, en total, un 80% de avance de obra. El Metro de Quito, uno de los anhelos históricos más recurrentes de los quiteños, ya cuenta con un sistema circulatorio que en poco menos de siete meses movilizará a más de 400 mil pasajeros al día.
Luis Pachacama, electricista de 40 años, tiene claro que será uno de ellos. Hoy en día tarda más de hora y media trasladarse desde Solanda, en el sur de la ciudad, hasta el Labrador, en el norte, pero con el nuevo metro podrá ahorrar una hora al día (20 horas al mes), tiempo que podría dedicar a su familia y a otras actividades de ocio y laborales. “Es bastante tiempo que me ahorro para ir al trabajo, y podría dedicarles más tiempo a mis hijos”, dice Pachacama.
Con la construcción del metro, la ciudad está llevando a cabo el mayor proyecto urbanístico de su historia, pero también está apostando por una movilidad urbana eficiente que fomente la productividad, reduzca la congestión vehicular y unifique los diferentes modos de transporte que existen en la actualidad. Estos aspectos, según los expertos, mejorarán sustancialmente la calidad de vida de la población, especialmente de los más vulnerables, y también traerán nuevos focos de desarrollo económico alrededor de las estaciones.
Gladys Acosta, profesora de una Unidad Educativa La Alameda, sector donde próximamente funcionará una parada que lleva el mismo nombre, es otra ciudadana que usará el nuevo transporte público. Comenta con gran satisfacción que, con el funcionamiento del metro, ella y sus alumnos podrán llegar más puntuales a clases, aprovechar la jornada educativa y regresar en menos tiempo a sus hogares.
El caso Gladys es parecido al de muchas otras mujeres y hombres que, además de ahorrar tiempo en los traslados del hogar al puesto de trabajo, podrán incrementar su aporte productivo, de valor agregado y de conocimiento en sus labores diarias.
El trazado de la Primera Línea de Metro de Quito consta de 22 kilómetros en túnel entre la terminal terrestre de Quitumbe (sur de la ciudad) y la cabecera sur del antiguo aeropuerto Mariscal Sucre en El Labrador (norte de la ciudad), con 15 estaciones, 18 trenes con 108 vagones y un tiempo promedio de recorrido entre los dos puntos extremos de la línea de 34 minutos. Actualmente se realizan los primeros viajes de prueba con pasajeros desde la estación de Iñaquito, donde ya concluyó la instalación de acabados.
Durante más de 3 años, cerca de 5.000 trabajadores directos han logrado avanzar en la construcción en diferentes áreas de esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de CAF -banco de desarrollo de América Latina-, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y Banco Europeo de Inversiones.
“Este proyecto es determinante para el futuro de Quito y de Ecuador, ya que además de resolver los problemas de tráfico, también mejorará la conectividad, ayudará a reducir las emisiones de contaminantes y gases de efecto invernadero y, en definitiva, contribuirá a una ciudad más competitiva, amigable, productiva e inclusiva”, explica Bernardo Requena, representante de CAF en Ecuador.
CAF contribuyó con USD 402 millones de dólares a la construcción del Metro de Quito, que corresponde al 20% del costo total del proyecto y al 22,7% del financiamiento externo de los organismos financieros internacionales.
El metro de Quito se convertirá en el undécimo metro de Latinoamérica. El común denominador de todos ellos es que se han convertido en la solución para mejorar las condiciones en las que se encuentra el transporte público, a la vez que han logrado reducir los tiempos de desplazamiento y aliviar la circulación vehicular. En Lima, por ejemplo, el metro moviliza a cerca de 360.000 personas de forma rápida, eficiente y segura.
Mauricio Rodas, alcalde de Quito, asegura que la obra ha sido posible por el trabajo conjunto con el Gobierno Nacional, el aporte de los organismos multilaterales que financian el proyecto y de la Alcaldía. “Nosotros hemos hecho todo lo necesario para convertir al Metro en una realidad, confiamos en que la próxima administración hará lo propio para cumplir lo que está previsto, el arranque y operación a finales de este año 2019”.
“Esta obra es la más hermosa que tiene el Ecuador. A la edad que tengo puedo decir que esta obra es un orgullo, que cambiará la vida de muchas personas, y la mía también”, asegura Jaime Andrade, un contador jubilado.
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