COVID-19: ¿Cuál es el estado de la digitalización de América Latina para la resiliencia social, económica y productiva?
El Observatorio CAF del Ecosistema Digital, a la luz de los desafíos socioeconómicos que supone la pandemia del COVID-19, presenta dos publicaciones que con base en evidencia empírica evalúan la posición y oportunidades de América Latina en términos del grado de preparación de su infraestructura digital y el nivel de digitalización para afrontarlos.
La Pandemia del COVID-19 es inusitada en la medida que plantea un desafío al sistema socioeconómico mundial. A partir de la aplicación de las primeras medidas sanitarias, sumadas al temor por el contagio, comenzaron a acumularse las evidencias que daban cuenta de la importancia de las tecnologías digitales para contrarrestar el aislamiento, difundir medidas profilácticas y facilitar el funcionamiento de sistemas económicos.
CAF, CEPAL, DPL y Telecom Advisory Services, desarrollaron un estudio titulado “Las oportunidades de la Digitalización en América Latina frente al COVID-19”, en donde se realiza un repaso a las mejores prácticas internacionales y las oportunidades que tiene la región de actuar en el ámbito digital para detectar, controlar y dar seguimiento a la evolución del virus, hasta modelos más sofisticados soportados en tecnologías más disruptivas como los drones, las plataformas de analítica de datos, la inteligencia artificial, el 5G y robots, entre otros; así como aplicaciones y sistemas de información que desde la conectividad digital habilitan el distanciamiento social a través del Teletrabajo, la Teleeducación y la Telesalud. También se presenta un resumen de las principales acciones de política pública y regulatoria en el ámbito regional.
Por su parte, desde la óptica de la infraestructura, la imposición de medidas sanitarias para enfrentar el COVID-19 como la clausura de lugares de trabajo y la cuarentena domiciliaria ha ocasionado un salto importante en el uso de redes de telecomunicaciones para resolver temas de teletrabajo, aprovisionamiento de bienes, conectividad social, acceso a información y entretenimiento. Y como consecuencia, una erosión natural de los índices de calidad de los servicios de telecomunicaciones.
La migración masiva al teletrabajo está saturando la capacidad de enrutadores Wi-Fi en los hogares, motivado por un aumento de trabajo en la nube (incremento del 80% del tráfico de subida) y las videoconferencias. En particular, se identifica una disminución de velocidad de banda ancha fija en Chile (-3%) y Ecuador (-19,6%), combinando esto con un incremento de la latencia en la misma tecnología en Brasil (11,7%), Chile (19,0%), Ecuador (11,8%) y México (7,4%), según cifras de Ookla/Speedtest.
Otro factor relevante es la penetración de Internet, que de acuerdo a las últimas cifras del Observatorio del Ecosistema Digital de CAF en América Latina es del 68%. Valor que de por si revela el primer obstáculo para afrontar el COVID-19, la marginalización del 32% de la población en el uso de Internet y que excluye de la posibilidad de acceder a servicios como información y atención sanitaria, descargar contenidos educativos para resolver el asueto escolar, o adquirir bienes de primera necesidad de manera electrónica.
La brecha digital se agrava dado que el uso de internet en gran parte de hogares se limita a herramientas de comunicación y redes sociales, pues el índice compuesto de resiliencia digital del hogar (calculado sobre el uso de Internet para bajar apps de salud, apps educativas, realizar operaciones de comercio electrónico y el uso de fintech) muestra que el promedio ponderado latinoamericano es de 30,70 (en una escala de 1 a 100), mientras que los países de la OCDE es 53,78, de acuerdo con el segundo estudio, “El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia del COVID-19”, realizado por CAF -banco de desarrollo de América Latina.
“El propósito de este trabajo es evaluar cómo está América Latina posicionada y cómo la digitalización puede jugar un papel fundamental en mitigar los efectos de la pandemia. En efecto, el análisis del impacto econométrico del virus SARS-Cov en el 2003, demostró que los países con una infraestructura de conectividad desarrollada pudieron mitigar en un 75% las pérdidas económicas asociadas con la pandemia. Proponemos algunas recomendaciones para tener una mejor respuesta y resaltamos la importancia de que los gobiernos, el sector privado, y la sociedad civil latinoamericana conformen un acuerdo de colaboración y trabajo conjunto que permita en el muy corto plazo identificar aquellas áreas de trabajo para mejorar el desempeño de ciertos componentes del ecosistema digital”, aseguró Mauricio Agudelo, coordinador de la Agenda Digital CAF y del Observatorio CAF para el Ecosistema Digital.
Panorama empresarial
Si bien el porcentaje de compañías con acceso a Internet excede en todos los países de la región el 85%, el porcentaje de las mismas que usan banca electrónica en Perú es de 34,20% y en Colombia de 95,39%. Mientras que el porcentaje de aquellas que adquieren insumos mediante internet oscila entre 15,20% en Perú y 66,00% en Brasil.
La resiliencia del aparato productivo también indica que no hay falencias en términos de adopción tecnológica madura sino en la asimilación de tecnología en procesos productivos, en particular en las cadenas de aprovisionamiento. Los desafíos son críticos en la incorporación de las tecnologías disruptivas que facilitan la inteligencia, autonomía, la computación en la nube y los análisis de grandes volúmenes de información, entre otros.
“Las falencias en la cadena de aprovisionamiento se agravan cuando se analiza las debilidades de diferentes actores de la cadena logística, por ejemplo, baja digitalización del transporte terrestre, falta de estándares comunes para la comunicación interorganizacional, entre otros. Esto representa una debilidad importante para afrontar las disrupciones en la cadena de aprovisionamiento ocasionadas por la pandemia”, agregó Agudelo.
En la publicación también se aborda la resiliencia en el aparato del Estado para contener la pandemia con base en su capacidad para seguir funcionando en términos de procesos administrativos, así como para continuar entregando servicios públicos.
Finalmente, entre las iniciativas planteadas en los documentos para mejorar el desempeño de ciertos componentes del ecosistema digital se encuentran:
- Eliminar de manera temporal cualquier restricción para el despliegue, actualización o mejora de infraestructuras de banda ancha, especialmente estaciones base de servicios móviles.
- Maximizar la eficiencia y uso del espectro radioeléctrico, asignando recursos de manera temporaria tanto para operadores de red, como aquellos usos abiertos en bandas altas que permitan resolver cuellos de botella en enrutadores WI-Fi.
- Fomentar políticas de uso responsable por parte de los usuarios y propender para que los proveedores de contenidos implementen medidas destinadas a reducir la saturación de capacidad de las redes.
- Propiciar acuerdos de colaboración público privada que garanticen la continuidad de los servicios críticos de telecomunicaciones y el acceso gratuito a sitios de información y aplicaciones oficiales sobre el COVID-19.
- Procurar al mismo tiempo la integridad de la infraestructura de telecomunicaciones y la eficiencia en la prestación del servicio para seguir preservando la tutela de derechos fundamentales de los ciudadanos.
- Impulsar medidas que desde la digitalización apalanquen la sostenibilidad del ecosistema productivo, las infraestructuras físicas (energía, transporte, logística y agua y saneamiento) y cadenas de aprovisionamiento mediante la adecuada coordinación entre actores.
- Estimular al sector productivo para que innove alrededor en la restructuración de procesos para incrementar el porcentaje de la población que pueda trabajar remotamente.
- Impulsar el desarrollo de aplicaciones a nivel distrital / local que faciliten a la población el acceso a información oficial. Igualmente, promover el desarrollo de soluciones digitales para controlar la pandemia actuando en diferentes niveles: i) información y transparencia; ii) trazabilidad y diagnóstico y iii) prevención, control y mitigación. Lo anterior equilibrando la integridad y protección de datos de los usuarios.
- Avanzar decididamente hacia políticas estructurales que permitan la implementación de soluciones digitales avanzadas con el objetivo de tutelar la salud y la educación; y promover el desarrollo productivos.
- Universalizar el acceso y la cobertura de redes de telecomunicaciones mediante políticas públicas y regulación actualizada que fomenten la inversión en el sector. Poner un especial énfasis en redes de alta capacidad como 4G Advanced y 5G con el desarrollo de infraestructura de IXP que asegure una mejor latencia y menores costos de conexión a internet. En ese sentido, diseñar e implementar políticas digitales en diferentes niveles: federal, local y municipal que consideren la actualización de marcos jurídicos y regulatorios en diferentes materias tales como la liberación y asignación eficiente de espectro, reducción de requisitos para despliegue de infraestructura de radiobases y de fibra óptica, atracción de contenidos a la región y optimización en las cadenas de interconexión a Internet.
Publicaciones:
- El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia del COVID-19
- Las oportunidades de la Digitalización en América Latina frente al COVID-19