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Las investigaciones, presentadas durante la COP26 y ejecutadas por la entidad financiera y la AFD, establecen índices de vulnerabilidad en dos ciudades del país y proponen medidas de adaptación ante los efectos del cambio climático.
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En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP26, CAF -banco de desarrollo de América Latina-, realizó la presentación de índices de vulnerabilidad al cambio climático y planes de acción para varias ciudades de Latinoamérica, entre ellas La Paz y Tarija, como parte de la Facilidad de Inversión para América Latina (LAIF) de la Unión Europa, gestionada por la Agencia Francesa de Desarrollo - AFD y ejecutada por CAF, en el que se evidencia que las amenazas en común para ambas ciudades de Bolivia son las inundaciones y la escasez de recursos hídricos.
Los estudios también establecen como amenazas importantes ante el cambio climático a los deslizamientos y eventos extremos por altas temperaturas, particularmente para La Paz y, para Tarija en específico, a los incendios forestales, olas de calor y heladas.
Los índices también han sido desarrollados en ciudades de otros países latinoamericanos, formando parte de las iniciativas de CAF para apoyar a la resiliencia y la inclusión social, puesto que la entidad financiera entiende que el cambio climático está afectando la calidad de vida de las poblaciones urbanas.
Los trabajos realizados en La Paz y Tarija identificaron y priorizaron medidas de adaptación frente al cambio climático, a partir del análisis de la vulnerabilidad y de otros elementos que conforman el riesgo, y de la caracterización del clima futuro para distintos escenarios. Entre los resultados obtenidos se evidencia una elevada variabilidad de la precipitación y de la temperatura en ambas ciudades.
A partir de los estudios, se clasifican las zonas según su grado de riesgo en una y otra ciudad. En La Paz, algunas zonas como Norte Plan Autopista y Norte Periférica fueron identificadas como de alto riesgo, caracterizado por una fuerte exposición y alta vulnerabilidad física y social. Otras se denominan zonas de exposición y de vulnerabilidad, como la parte sur de Cotahuma, desde el Mirador de Luis Siles hasta El Alto. Asimismo, los tres corredores de los ríos Choqueyapu, Irpavi, Achumani y Huaña Jahuira son identificados como especialmente sensibles a deslizamientos. Además, la parte noreste de Cotahuma (Sopocachi, San Pedro, Tembladerani) y la parte sur de Max Paredes son consideradas zonas altamente expuestas ante todas las amenazas detectadas en esta urbe.
En Tarija, en cambio, se identificó como zona de muy alto riesgo a la suroeste y centro-oeste que abarca el distrito Lazareto y los distritos urbanos 7, 8, 9 y 10. Los distritos urbanos 6, 13 y 18 presentan un nivel de riesgo alto al cambio climático. El análisis de esta ciudad concluye que el porcentaje de la población que se encuentra en muy alto riesgo y riesgo alto asciende al 70% del número de habitantes censado en el municipio en 2012. Respecto a los niveles de sensibilidad ante el cambio climático, son los distritos de San Mateo, Alto España, Junacas y San Agustín los que concentran un nivel de sensibilidad muy alto, en tanto que los distritos Lazareto, Tolomosa, Santa Ana y Yesera al igual que los distritos urbanos 18, 19 y 20 presentan nivel de sensibilidad alto. Asimismo, se determinó que los distritos urbanos 6, 7, 8, 9, 10 y 13, el distrito 18 y el distrito Lazareto, son los que se encuentran más expuestos a las amenazas climáticas identificadas.
El estudio realizado en La Paz prevé a futuro una drástica disminución de la disponibilidad per cápita de recursos hídricos en las cuencas que abastecen a la ciudad, y el incremento constante del riesgo de deslizamiento, particularmente en las laderas oeste. Así también, se pronostican notorios eventos extremos de altas temperaturas, principalmente en la parte noroeste de la ciudad.
El documento elaborado para Tarija estima un incremento gradual en el nivel de riesgo, con un aumento en la amenaza de escasez de recursos hídricos en las cuencas La Victoria, Erquiz y Tolomosa, que provisionan agua para el uso humano, el riego y la naturaleza. Además advierte que las fuentes de abastecimiento de agua para riego, como el embalse San Jacinto y el proyecto CENAVIT-Calamuchita, se verán fuertemente afectadas.
La amenaza de las inundaciones en la capital tarijeña hace prever condiciones de riesgo a nivel urbano y rural especialmente en los distritos Lazareto y Tolomosa. Con relación a las olas de calor, se alertan sobre probables prevalencias para el desarrollo de vectores transmisores de enfermedades como el dengue, además, de la disminución del confort climático natural para la población. Respecto a los incendios forestales, el estudio analiza la posibilidad del incremento del riesgo en los distritos Lazareto y Tolomosa, que coinciden parcialmente con la Reserva Biológica Cordillera de Sama y las principales fuentes de abastecimiento de agua de la ciudad y las comunidades aledañas. En cuanto a las heladas, advierte riesgo en las regiones de producción de alimentos en Tolomosa, San Mateo, Santa Ana y Yesera.
A partir del análisis, cada uno de los estudios presenta un Plan de Adaptación al Cambio Climático, diseñado con base en los resultados del análisis de vulnerabilidad y que señala lineamientos de actuación y programas para reducir el riesgo ante las amenazas priorizadas. Para ambas ciudades los objetivos fueron delineados en los programas denominados "Adaptación basada en ecosistemas” y “Fortalecimiento de capacidades, información y gobernanza”.
En particular para La Paz se delineó también el programa “Gestión integral del ciclo del agua”, y para Tarija, el programa “Desarrollo sostenible de la gestión de riesgos”.
Al interior del programa de “Adaptación basada en ecosistemas”, en el caso de La Paz existen tres subprogramas que serían recomendados a aplicar. El primero, “La Paz, Ciudad Verde de Altura”, basado en la reforestación de cabeceras de cuenca y zonas con riesgo de deslizamiento, y en la arborización urbana. El segundo, plantea un plan de “Conservación integral del patrimonio ecológico de Zongo” y el tercero, la “Conservación de los ecosistemas altoandinos frágiles” través de un plan para la conservación y uso racional de los bofedales de la Cordillera Real.
Dentro de similar programa para Tarija se trazaron tres subprogramas, el de “Integración río-ciudad y la creación de corredores fluviales urbanos”, que propone la definición de corredores fluviales, la restauración ribereña y la creación de espacios públicos; un segundo subprograma de “Conservación y recuperación de las fuentes de agua”, que recomienda la protección de bosques, praderas y humedales, la reforestación y revegetación, buenas prácticas de gestión agrícola y ganadera y la gestión del riesgo de incendios; y un tercer subprograma de “Áreas protegidas para conservar vida”, el cual propone crear una red municipal de áreas protegidas.
En el marco del programa de “Fortalecimiento de capacidades, información y gobernanza”, para La Paz se propone la creación de un “Centro de Resiliencia al Cambio Climático”, el cual estaría encargado de compilar información en tiempo real, activar un “sistema de monitoreo de las amenazas del cambio climático”, y producir documentación y material pedagógico de concientización para las escuelas e instituciones del municipio.
En el caso de Tarija, en este mismo programa se establecen dos subprogramas; el primero de “Integración de la adaptación al cambio climático en las políticas sectoriales”, que contempla la elaboración de documentos para la toma de decisiones, la realización de material pedagógico para escuelas y universidades, campañas de capacitación para diferentes sectores de la sociedad, y la elaboración y actualización de normativa con criterios de resiliencia y sostenibilidad. El segundo subprograma de “Alerta, prevención y control de los incendios forestales”, traza la elaboración de cartografía y manejo de plataformas de alerta temprana global, campañas de información y sensibilización sobre el riesgo de incendios forestales y capacitación y equipamiento de los grupos de respuesta.
Con relación al programa “Gestión integral del ciclo del agua” para La Paz, se recomienda realizar una actualización del plan maestro de drenaje pluvial, así como pruebas piloto para un drenaje urbano sostenible. Además, desarrollar una nueva cultura del agua en la ciudad que implique inversiones en tecnología de supervisión, control de recursos hídricos y un consumo responsable del agua.
En el programa “Desarrollo sostenible de gestión de riesgos” para Tarija, se plantea la ejecución del Plan Maestro de Drenaje Pluvial de la ciudad, con criterios de sostenibilidad y resiliencia, y la implementación de actuaciones piloto basadas en Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible.
Asimismo, se establece el desarrollo de una Producción Agrícola Sostenible para reducir al mínimo la alteración del suelo, mejorar y conservar la cubierta orgánica, cultivar una mayor variedad de especies bien adaptadas y de alto rendimiento, nutrición de cultivos, gestión de plagas y gestión eficiente del agua.
Por último, señalar que estos análisis y propuestas de planes de adaptación se realizaron con la participación activa y el consenso con los actores clave de La Paz y Tarija, buscando con ello facilitar el entendimiento de la problemática y tender un puente entre el diagnóstico, las medidas de adaptación, las herramientas de planificación y las fuentes de financiación, para con ello promover acciones concretas para enfrentar los retos del cambio climático en el contexto urbano.
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