"Repensar la masculinidad para una sociedad sin violencia contra las mujeres": una invitación a transformar paradigmas

El webinar tuvo por objetivo generar una espacio de reflexión sobre cómo transformar las nociones tradicionales de masculinidad y contribuir a al cambio en las relaciones de género y así, a la eliminación de la violencia contra las mujeres, entendiendo que las masculinidades sanas, positivas, son ejercidas por varones capaces de mostrar vulnerabilidad y un abanico amplio de sentimientos; capaces de desarrollar una escucha activa y ser empáticos; de ejercer roles considerados tradicionalmente femeninos, como los cuidados, y de poder cuestionar las actitudes machistas de sus entornos.

Contó con la apertura de Christian Asinelli, Vicepresidente Corporativo de Programación Estratégica. A continuación, Luciana Fainstain, especialista en género de CAF, brindó una contextualización del tema, haciendo foco en por qué es fundamental trabajar con los hombres para interpelar entre todos y todas los mandatos tradicionales de masculinidad. Dos disertantes participaron del espacio: Ariel Sánchez, director de Promoción de Masculinidades para la Igualdad de Género del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, e Isabel Soto, coordinadora del Servicio de prevención y respuesta a la violencia de género y generaciones de la División Asesoría para la Igualdad de Género de la Intendencia de Montevideo, Uruguay.

Abrió el panel Luciana Fainstain quien señaló que “la violencia contra las mujeres tiene una especificidad porque existe una estructura que sostiene la inequidad y la subordinación de las mujeres, y un sujeto social que la ejerce. La violencia contra las mujeres es la expresión de una masculinidad que solemos llamar “tóxica”, de una forma de ser hombre basada en la dominación y en la violencia”. Al respecto, Sánchez hizo hincapié en que hablar solo de violencia de género no suele ser eficaz para que los varones se sientan interpelados para cuestionar su propio rol en el esquema social. “Ciertas formas de violencia derivadas de los mandatos de la masculinidad son naturalizadas como modos de ser, debido a la socialización de los varones desde la violencia y la humillación que hemos aprendido en el relacionamiento con otros hombres”. Desde la desigual distribución de las tareas de cuidado, hasta la renuencia a cuidar de su salud y la violencia como herramienta de resolución de conflictos, se puede entender que la masculinidad tradicional conlleva múltiples factores de riesgo ya que vulnera el bienestar de los varones, y también de toda una comunidad, enfoque desde el cual el Ministerio aborda su trabajo.

En sintonía, Soto destacó la importancia de generar políticas públicas locales que tengan como fin promover masculinidades más igualitarias. “Fueron las propias mujeres que acudían a nuestros servicios de atención de violencia quienes planteaban la posibilidad de complementar esos abordajes con espacios para sus parejas, y allí comenzamos con el abordaje de las masculinidades”, relató. Desde la institución, trabajan con 4 ejes dirigidos a hombres: espacios de sensibilización y capacitación a través de talleres y campañas; atención y prevención de la violencia de género en el ámbito laboral orientado específicamente a funcionarios municipales; una línea de escucha confidencial dirigida por profesionales en psicología, y un servicio de atención a hombres que ejercen violencia.

Como bien señaló Luciana Fainstain, “en la medida que la violencia de género persista, no se puede hablar de bienestar ni de desarrollo”. Por ello, Cristian Anselli explicó que CAF incorpora de manera transversal la perspectiva de género en sus operaciones y líneas de acción. Guadalupe Aguirre destacó el aporte del webinar para repensar las intervenciones institucionales e incorporar el cambio de paradigma que implica abordar la violencia de género desde la importancia de los cuidados y el factor de riesgo de la masculinidad hegemónica. Por su parte, Ana Baiardi cerró el espacio destacando que “nuestra región fue pionera en tener una Convención Internacional para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, la Convención de Belém do Pará. Pero aún no logramos erradicarla, falta involucrar el tema de las nuevas masculinidades en su abordaje. Por eso es importante entender que será posible combatir la violencia cuando todos y todas seamos parte de la solución y comprendamos que si somos testigos, el silencio no contribuye.”

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