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20 de diciembre de 2024
El proyecto piloto "Creciendo con Agua Segura" de CAF en Bolivia, implementado en 2022 en tres municipios, buscó prevenir la desnutrición crónica infantil mediante la capacitación en prácticas saludables de agua, higiene, salud y nutrición en niños menores de 5 años. Se incluyó el desarrollo de herramientas de enseñanza y capacitación para mejorar el acceso al agua segura, formando a 100 capacitadores que, a su vez, capacitaron a casi mil personas en los tres municipios objetivo. Los resultados mostraron mejoras en la higiene personal y el saneamiento del hogar, pero algunas prácticas de consumo de agua segura y alimentación aún presentan baja adopción.
13 de mayo de 2024
Aparece el sol en el municipio de Tarabuco, provincia de Yamparaez, departamento de Chuquisaca, Bolivia. El aire seco acaricia los campos de papa, cebada, y maíz y roza algunos árboles frutales que salpican el valle con duraznos, manzanas e higos. Algunas ovejas apacibles pastan en sus laderas, ignorantes de que su lana recorrerá tal vez el mundo en espectaculares textiles Yampara. A través de ese paisaje camina José, que trabaja en una pequeña escuela de la zona, cargando un recipiente -por 3 km- para conseguir agua para el desayuno de los niños que pronto llegarán a clases.
Es que las escuelas de las zonas más pobres de Tarabuco no tienen agua y especialmente en la época seca se hacen inevitables esas largas caminatas para conseguirla, al menos la que es esencial para consumo. La higiene de los niños y la limpieza de la escuela son lujos que no siempre pueden permitirse. Y estas carencias, también presentes en muchos hogares, impactan en la salud y en la educación: es frecuente ver niños desnutridos y “bajitos”. Tampoco sorprende que los niños se duerman en clase o se retrasen en el aprendizaje.
Este tipo de desafíos fueron el foco de “Creciendo con Agua Segura”, un proyecto piloto de CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- implementado en 2022 en tres municipios de Bolivia: Tarabuco, Caripuyo y Entre Ríos, a través de las ONG Consejo de Salud Rural Andino y Proyecto Esperanza, en coordinación con la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Alimentación y Nutrición (CONAN) de Bolivia.
El proyecto buscó prevenir la desnutrición crónica infantil (baja talla para la edad) a través de un modelo de intervención basado en la capacitación a actores sociales relevantes de la comunidad para la promoción de prácticas saludables en agua, higiene, salud, nutrición y estimulación del desarrollo infantil en niños menores de 5 años (WASH más nutrición), tanto en los hogares como en la escuela y en los establecimientos de salud. Y se enmarcó en los proyectos de MIAGUA, con los que Bolivia, y el apoyo financiero de CAF, desde 2011 ha llevado agua a aproximadamente a 2 millones de personas en comunidades rurales dispersas y zonas periurbanas, y apunta a alcanzar a otro cuarto de millón con “MIAGUA V”.
“Creciendo con Agua Segura” incluyó el desarrollo de una caja de herramientas con materiales de enseñanza-aprendizaje para promover las prácticas necesarias para combatir la desnutrición infantil en los hogares, los centros de salud y las unidades educativas, con eje en el acceso y la disponibilidad de agua segura. Equipado con estos materiales, el equipo implementador del proyecto formó a casi 100 capacitadores, que a su vez capacitaron a casi mil personas en los tres municipios objetivo.
Por otra parte, se desarrollaron una serie de instrumentos de seguimiento, monitoreo y evaluación, que buscaron que la implementación sea de elevada calidad.
Una evaluación de los resultados de implementación del proyecto mostró una recepción favorable de los materiales por parte de maestros y personal de salud, y también sugiere mejoras en algunas prácticas clave de las familias con respecto a la situación previa al proyecto. En particular, se observaron mejoras en las prácticas de higiene personal, con un mayor porcentaje de familias colocando un detergente para lavarse las manos (85% contra 53%), y un mayor porcentaje de madres demostrando conocer los momentos clave para lavarse las manos.
También, se observaron mejoras en prácticas de higiene y saneamiento del hogar, con más familias manteniendo sus baños y letrinas limpios (65% contra 28% antes del proyecto), sus patios sin desechos orgánicos e inorgánicos (45% contra 25% antes del proyecto) y sus recipientes de basura debidamente tapados (52% contra 32%). En cambio, algunas prácticas relacionadas con el consumo de agua segura (por ejemplo, hervir el agua) y la alimentación de los niños (por ejemplo, la lactancia exclusiva hasta los 6 meses) continuaron teniendo baja adopción.
La evaluación también arroja lecciones para tener en cuenta, al considerar escalar el proyecto. Entre las más importantes vale la pena mencionar que los resultados pueden verse afectados si no se cuentan con los medios para aplicar las recomendaciones (por ejemplo, instalaciones sanitarias que no funcionan) o no contarse con presupuesto adecuado (por ejemplo, para difundir los materiales elaborados o sostener las capacitaciones en el tiempo).
Además, es necesario resaltar la importancia del apoyo y compromiso de la comunidad. Sin duda, este es uno de los elementos clave que debe ser abordado desde un inicio, idealmente desde la planificación, incluyendo acciones de seguimiento y análisis de resultados.
Es por eso que el escalamiento a otros municipios exige una detallada planificación, incluyendo un presupuesto suficiente para operacionalizar el proyecto por al menos un año, así como una mayor integración con los planes de salud y educación locales. También sería importante para la evaluación del proyecto que los centros de salud procesen anualmente indicadores relevantes para medir su impacto, en particular el nivel de desnutrición crónica infantil en menores de 5 años, cuya reducción es el objetivo último de esta intervención. Sin embargo, este indicador requiere un tiempo prolongado para verse afectado por las intervenciones.
CAF, a través de su área de acción estratégica “Agua y Saneamiento”, ha contribuido a ampliar el acceso al agua potable y al saneamiento seguros en los hogares de la región, lo que ha ayudado a reducir significativamente la mortalidad infantil por diarrea. “Creciendo con Agua Segura” aporta valor a programas de dotación de agua a las comunidades, en particular a las rurales, ya que permite ingresar al hogar con prácticas WASH, fortalecidas con componentes de prácticas de salud y nutrición orientadas a madres, embarazadas y niños pequeños. Con proyectos como “Creciendo con Agua Segura” CAF hace honor a su compromiso de contribuir a mejorar la salud y la educación de los niños latinoamericanos y caribeños, a través de su lucha contra la desnutrición crónica infantil.
Para más información sobre la acción de CAF en agua y saneamiento y su impacto en la región, visita: ImpactoCAF
20 de diciembre de 2024
19 de diciembre de 2024
19 de diciembre de 2024