Los tomadores de decisiones en el sector público generalmente asumen que los individuos son racionales, es decir, que su comportamiento es el resultado de un análisis entre los costos y beneficios de realizar una acción determinada.
Sin embargo, los seres humanos presentamos sesgos cognitivos que condicionan o limitan nuestras decisiones. Tomarlos en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas puede aumentar el impacto de las mismas, un “empujoncito” hacia la dirección correcta puede hacer la diferencia entre una política exitosa y otra que no lo sea.
A continuación, destacamos 5 fenómenos sobre la toma de decisiones de los individuos y discutimos sus implicaciones para el diseño de políticas públicas.
- El comportamiento de un individuo está influido por las fuerzas que lo impulsan y las que lo limitan. Muchas políticas se enfocan en ofrecer incentivos para impulsar un comportamiento específico (declarar impuestos, promover la inscripción en un programa de ahorro, etc.), sin tomar en cuenta que las mismas también contienen fricciones cuyos altos costos superan ampliamente los beneficios de la política. Además, frente a un contexto de escasez (de tiempo, dinero, afecto, u otro recurso) nuestra capacidad cognitiva disminuye y estas fricciones se vuelven aún más costosas, por lo que cualquier acción que requiera un gran esfuerzo aumentará el costo de realizarla.
En ese sentido, los formuladores de políticas públicas deben estar atentos a facilitar procesos para disminuir la cantidad y dificultad de las acciones que el individuo debe realizar. Por ejemplo, CAF realizó una evaluación de impacto con el Servicio Desconcentrado de Administración Tributaria del Municipio Sucre en Venezuela con el objetivo de aumentar la recaudación sobre el impuesto de inmuebles urbanos. Para ello enviaron notificaciones de deuda por medio de correos electrónicos a contribuyentes morosos. El mensaje fue personalizado con la información de cada contribuyente, su nombre, su número de cuenta y el monto adeudado, además se incluyeron links al pago en línea, así como a planillas para el pago en bancos. Estos detalles aumentaron en 8% la probabilidad de pago.
- El comportamiento individual se ve influenciado por lo que hace la mayoría. Las normas sociales son comportamientos, acciones y valores esperados en un grupo o sociedad que influyen sobre el comportamiento humano ya sea de forma implícita, en el comportamiento observado, o explícita a través de leyes específicas. De esta forma, resaltar un comportamiento que es adoptado por la mayoría puede incidir sobre las decisiones de los individuos. Por ejemplo, en Guatemala se enviaron distintos tipos de cartas a contribuyentes para aumentar la recaudación tributaria, una de ellas incluyó la siguiente frase “Según nuestros registros, 64.5% se los Guatemaltecos declararon sus impuestos en el año 2013 a tiempo. Usted es parte de la minoría de guatemaltecos que aún faltan por declarar”, este resultó ser el tipo de carta más efectivo, aumentando la probabilidad de pago en casi 3% con relación al grupo control.
- Los seres humanos son adversos a las pérdidas. A los individuos les desagradan las pérdidas más de lo que les satisfacen las ganancias de montos equivalentes. En ese sentido, se puede influir sobre un comportamiento individual relativo a una política al resaltar las pérdidas o las ganancias de acuerdo con el objetivo deseado. Por ejemplo, con el fin de mejorar el desempeño académico de estudiantes en Chicago, se le otorgó a un grupo de profesores un monto determinado de dinero el cual podrían conservar con la condición de que mejorara el desempeño de sus estudiantes, de lo contrario debían devolverlo. A un segundo grupo se le indicó que recibiría una compensación posteriormente si mejoraba el desempeño de los estudiantes. La primera modalidad resultó ser más efectiva, las calificaciones de los estudiantes fueron entre 0,22 y 0,33 desviaciones estándar superiores que las del grupo control. La percepción de una posible pérdida influyó en el comportamiento de los profesores más que la promesa monetaria en el futuro.
- El comportamiento se ve influenciado por las cosas que nos atraen o llaman nuestra atención. Los individuos son más propensos a realizar una acción si esta es novedosa y atractiva. Esto indica que la forma como se presentan las alternativas disponibles a los individuos influye en la toma de decisión. Por ejemplo, CAF llevó a cabo un experimento con los empleados en el comedor de su sede principal en Caracas para evaluar si la disponibilidad de información sencilla y atractiva sobre las porciones consumidas tendría algún impacto sobre el consumo. El grupo de tratamiento encontraba en el comedor los platos acompañados de información sobre las calorías por porción promedio servida en formato “semáforo”. Si bien no se encontró un efecto sobre el consumo neto de calorías, la información disponible incidió sobre la elección de los individuos, es decir, estos disminuyeron el consumo de proteínas, pero aumentaron el consumo de ensaladas y postres con alto nivel calórico.
- El comportamiento de los individuos se ve influenciado por las características del entorno. Los individuos son influenciados por las palabras que escuchan, los sonidos, los olores y las características del entorno. El sector público puede analizar la forma en la cual podría estar influyendo sobre las personas inconscientemente a través de las características del entorno y aprovechar esta herramienta para generar cambios positivos. Por ejemplo, la teoría de las ventanas rotas sostiene que los espacios públicos desordenados tienen una incidencia sobre el nivel de criminalidad. Confirmando esta teoría, una evaluación de impacto implementada en Bogotá demostró que el uso de equipos de limpieza municipales en calles de alto nivel de criminalidad disminuyó los delitos registrados luego de la intervención.
Estas recomendaciones se inspiran en el modelo “EAST Easy, Attractive, Social and Timely”, desarrollado por el Behavioral Insights Team, una organización que aplica la economía conductual para mejorar las políticas públicas en diferentes países.
Las políticas públicas están dirigidas a mejorar el bienestar de la población que, al fin y al cabo, está conformada por seres humanos que no siempre son muy racionales. Por ello, tomar en cuenta estos fenómenos puede tener un gran impacto en los resultados y en la efectividad de la gestión pública en general.