A pesar de los deseos y esperanzas de buena parte de la humanidad, el 2021 quedará en nuestra memoria como otro año marcado por la pandemia. Fue el año en que se empezó a ver la luz al final del túnel gracias a las vacunas, y también hubo cierta euforia económica tras registrarse un repunte del crecimiento a nivel global, pero las secuelas sociales, personales, en los sistemas de salud y en gran parte de la actividad económica siguieron decantando la balanza hacia la crisis.
Se calcula que el crecimiento económico en América Latina y el Caribe en 2021 fue del 6,3% del PIB, algo muy positivo después de la fuerte recesión del 2020. Pero los expertos vaticinan que mantener estos niveles de crecimiento será difícil en los próximos años, por lo que los países de la región deberán reforzar sus sistemas de protección social, invertir más y mejor en infraestructuras y trabajar en aumentar la productividad y competitividad.
De todas formas, el 2021 nos deja algunos hitos del desarrollo en América Latina y el Caribe que vale la pena destacar:
- La vacunación avanza en América Latina y el Caribe
Mientras Occidente y China avanzaban en sus procesos de vacunación a un ritmo frenético, a las regiones en desarrollo les costaba acceder a las vacunas, en parte debido a la ausencia de fármacos y a infraestructuras poco avanzadas. Actualmente, el 57% de la población mundial está vacunada.
Pero a lo largo del 2021 América Latina y el Caribe se recuperó, y al cierre del año el 56% de la población latinoamericana está vacunada, mientras que en EEUU y la UE aproximadamente el 61,5% y en China cerca del 80%. Las diferencias en la región son también notables, con países como Chile y Cuba con índices de vacunación mayores al 80%, otros con porcentajes también altos, como Argentina (69%), Brasil (66%) y Uruguay (76%), y otros más modestos, de menos del 40%. A pesar de los inconvenientes iniciales, todos los países cuentan con planes de vacunación ambiciosos para lograr llegar a la inmunidad del rebaño en los próximos meses, muestra de la capacidad de respuesta en la región.
- Repunte económico
Se calcula que la región crecerá un 6,3% en 2021, un rebote necesario después de la recesión registrada el año pasado, y que permitió recuperar sectores económicos y potenciar otros, como el comercio electrónico o el streaming. A pesar de esta buena noticia, los grandes retos estructurales de América Latina y el Caribe siguen más vigentes que nunca tras la pandemia. Uno de ellos es el bajo crecimiento potencial, cuyo debilitamiento desde 2015 frenó la reducción de la pobreza y de la desigualdad que se daba desde la década previa. Entre 2015 y 2020, la pobreza aumentó aproximadamente 6 puntos porcentuales desde el mínimo de 27,8% alcanzado en 2014. La mitad de ese deterioro ocurrió con el desplome de la actividad y el empleo ocasionado por la pandemia en 2020.
- América Latina y el Caribe, líder de la acción climática
Más de 40.000 expertos climáticos internacionales se encontraron en Glasgow para la COP26, una cumbre global que estaba llamada a aumentar la ambición para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y con ello alcanzar la neutralidad en las emisiones en el 2050.
Para América Latina y el Caribe, supuso un paso adelante en su posicionamiento como actor relevante y necesario en la lucha contra el calentamiento global, gracias principalmente a su rica biodiversidad. La región también avanzó en la ampliación del financiamiento a iniciativas de adaptación y mitigación, y en su apuesta por las soluciones basadas en la naturaleza. Durante la COP26, CAF anunció que en los próximos cinco años destinará USD 25.000 millones a fomentar el crecimiento verde en la región, lo que significa que las operaciones verdes pasarán del 24% actual al 40% en 2026.
- Digitalización en el centro de las agendas de los países
La pandemia precipitó en distintos grados la digitalización de las empresas, del comercio, la educación y el gobierno a nivel global. La región tiene una oportunidad para consolidar la transformación digital con mayor inversión en infraestructura para la conectividad, elevar el uso productivo de las tecnologías digitales, cerrar las brechas de acceso en hogares y trabajadores y mejorar las garantías para la privacidad de datos. Puede aprovecharse, además, la escala regional para promover un mercado digital regional que facilite la conectividad y los emprendimientos digitales.
- Tiempo del multilateralismo
La crisis también ha evidenciado la necesidad de crear nuevos consensos y de unir a diferentes actores para potenciar soluciones. En este sentido, el papel de los bancos de desarrollo ha sido estratégico para movilizar recursos a la región, sirviendo como correa de transmisión del capital extrarregional e innovando en productos financieros para fortalecer sectores que promueven el desarrollo sostenible, generan empleo y ayudan a reducir la pobreza.
En este sentido, a inicios de diciembre, el directorio de CAF aprobó por consenso una capitalización de 7.000 millones de dólares, que le permitirá doblar la cartera al 2030, con foco en una estrategia de banco verde y banco de la reactivación económica, para ayudar a sentar las bases de una región más próspera, inclusiva y respetuosa con el medio ambiente.