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26 de noviembre de 2024
Luego de una década de crecimiento excepcional, la actividad económica de América Latina ha perdido dinamismo. Si bien se trata de una región heterogénea, las proyecciones de crecimiento para los próximos años indican una caída promedio de 0,2% para 2015 y un crecimiento en torno a 0,6% en 2016
01 de diciembre de 2015
Este menor ritmo de crecimiento está limitando la capacidad de inversión de los gobiernos nacionales y locales para realizar obras de infraestructura en la región, un aspecto clave para el desarrollo integral de las sociedades.
Ante este panorama las alianzas público privadas (APP) representan una buena herramienta para mantener el ritmo de inversión en proyectos de infraestructura y desarrollo, ambos esenciales para mejorar la calidad de vida de millones de latinoamericanos.
Las ventajas de las APP son claras: representan fondos adicionales para los gobiernos, más allá de los recursos públicos, para invertir en proyectos de desarrollo y, al mismo tiempo, incorporan el conocimiento técnico y gerencial del sector privado, aportando valor agregado y mayor eficiencia técnica.
El área de infraestructura es una de las que más puede beneficiarse de esta modalidad de inversión, especialmente porque si América Latina quiere entrar en la liga de las regiones desarrolladas deberá movilizar una cantidad de fondos que hoy en día el sector público difícilmente pueda afrontar en solitario.
Las inversiones en infraestructura contribuyen a mejorar la productividad, la competitividad internacional y el bienestar social, según el informe "Asociación Público-Privada en América Latina: Aprendiendo de la experiencia". En definitiva, pueden suponer un impulso para las economías nacionales.
"Los esquemas de asociación público-privada representan una de las mayores innovaciones en el sector de infraestructura de América Latina en los últimos años, habiendo servido de base la experiencia previa de otros países, como España e Inglaterra, para el desarrollo de este tipo de colaboraciones en la región", dice el informe elaborado por CAF -banco de desarrollo de América Latina.
En América Latina las inversiones en infraestructura se han producido principalmente en las áreas de transporte (mayoritariamente en carreteras) energía eléctrica (suministro y generación de electricidad), telecomunicaciones y equipamientos público. En cuanto a los sectores más rezagados, indica el informe, aparecen los de agua y saneamiento y el transporte urbano.
Casos de éxito en la región
Chile destaca entre los casos de éxito que se encuentran en América Latina. El país andino impulsó inversiones en las infraestructuras de transporte combinando capital público y fondos privados nacionales. Con esta combinación han logrado crear una de las infraestructuras de transporte más avanzadas de la región, que ha beneficiado tanto a los ciudadanos como a los inversores privados.
Otro ejemplo lo encontramos en México donde se ha evolucionado tanto en el desarrollo de concesiones, como en otros modelos de APP para introducir la iniciativa privada en la provisión de infraestructuras, a pesar de los problemas que tuvieron las concesiones otorgadas a principios de los años noventa, dentro del marco del Programa Nacional de Autopistas.
En los últimos años varios países de la región, como Brasil, México, Colombia, Perú, Ecuador y Chile han impulsado ambiciosos planes de desarrollo de infraestructuras. Y todo indica que los contratos basados en las APPs son instrumentos efectivos para recaudar el financiamiento y los recursos necesarios para impulsar su desarrollo.
El informe concluye con 12 retos de las APP en América Latina en los próximos años:
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