Alianzas público-privadas, vitales para el desarrollo de América Latina

Luego de una década de crecimiento excepcional, la actividad económica de América Latina ha perdido dinamismo. Si bien se trata de una región heterogénea, las proyecciones de crecimiento para los próximos años indican una caída promedio de 0,2% para 2015 y un crecimiento en torno a 0,6% en 2016

01 de diciembre de 2015

Este  menor ritmo de crecimiento está limitando la capacidad de inversión de los gobiernos nacionales y locales para realizar obras de infraestructura en la región, un aspecto clave para el desarrollo integral de las sociedades.

Ante este panorama las alianzas público privadas (APP) representan una buena herramienta para mantener el ritmo de inversión en proyectos de infraestructura y desarrollo, ambos esenciales para mejorar la calidad de vida de millones de latinoamericanos.

Las ventajas de las APP son claras: representan fondos adicionales para los gobiernos, más allá de los recursos públicos, para invertir en proyectos de desarrollo y, al mismo tiempo, incorporan el conocimiento técnico y gerencial del sector privado, aportando valor agregado y mayor eficiencia técnica.

El área de infraestructura es una de las que más puede beneficiarse de esta modalidad de inversión, especialmente porque si América Latina quiere entrar en la liga de las regiones desarrolladas deberá movilizar una cantidad de fondos que hoy en día el sector público difícilmente pueda afrontar en solitario.

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Las inversiones en infraestructura contribuyen a mejorar la productividad, la competitividad internacional y el bienestar social, según el informe "Asociación Público-Privada en América Latina: Aprendiendo de la experiencia". En definitiva, pueden suponer un impulso para las economías nacionales.

"Los esquemas de asociación público-privada representan una de las mayores  innovaciones en el sector de infraestructura de América Latina en los  últimos años, habiendo servido de base la experiencia previa de otros países,  como España e Inglaterra, para el desarrollo de este tipo de colaboraciones en  la región", dice el informe elaborado por CAF -banco de desarrollo de América Latina.

En América Latina las inversiones en infraestructura se han producido principalmente en las áreas de transporte (mayoritariamente en carreteras) energía eléctrica (suministro y generación de electricidad), telecomunicaciones y equipamientos público. En cuanto a los sectores más rezagados, indica el informe, aparecen los de agua y saneamiento y el transporte urbano.

Casos de éxito en la región

Chile destaca entre los casos de éxito que se encuentran en América Latina. El país andino impulsó inversiones en las infraestructuras de transporte combinando capital público y fondos privados nacionales. Con esta combinación han logrado crear una de las infraestructuras de transporte más avanzadas de la región, que ha beneficiado tanto a los ciudadanos como a los inversores privados.

Otro ejemplo lo encontramos en México donde se ha evolucionado tanto en el desarrollo de concesiones, como en otros modelos de APP para introducir la iniciativa privada en la provisión de infraestructuras,  a pesar de los problemas que tuvieron las concesiones otorgadas a principios de los años noventa, dentro del marco del Programa Nacional de Autopistas.

En los últimos años varios países de la región, como Brasil, México, Colombia, Perú, Ecuador y Chile han impulsado ambiciosos planes de desarrollo de infraestructuras. Y todo indica que los contratos basados en las APPs son instrumentos efectivos  para recaudar el financiamiento y los recursos necesarios para impulsar su desarrollo.

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El informe concluye con 12 retos de las APP en América Latina en los próximos años:

  1. Demostrar que los proyectos de APP generan valor respecto a otros procedimientos de licitación convencionales.
  2. Que las APPs no se utilicen para poner en marcha proyectos que no se justifican socialmente y que acaben generando importantes cargas presupuestarias en el futuro.
  3. Que los responsables de las APP por parte del sector público cuenten con una buena preparación y un mayor entusiasmo.
  4. Que las APPs se empiecen a utilizar como formas de gestionar proyectos en los ámbitos regionales y locales.
  5. Lograr que haya una mayor participación y competencia en la licitación.
  6. Conseguir que la trasferencia de riesgos a los diferentes agentes del proyecto sea la más adecuada posible para generar valor añadido.
  7. Limitar los cambios contractuales una vez que se ha adjudicado la concesión a los estrictamente necesarios por el interés público.
  8. Abrir el financiamiento de los proyectos de APP a todas las posibles fuentes de recursos disponibles en el mercado.
  9. Lograr que la sociedad empiece a valorar positivamente los proyectos que se desarrollan mediante APP a través de una buena comunicación.
  10. Poner en marcha mecanismos para dirimir conflictos que sean ágiles y que involucren a personal técnico e independiente.
  11. Ajustar los modelos de ingresos del concesionario a planteamientos más ligados a la prestación de servicios.
  12. Mejorar la transparencia en la información. 

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