América Latina aprende de sus crisis pasadas para hacer frente a un presente complejo

CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, organizó el desayuno coloquio "Perspectivas económicas de América Latina y España: ¿la tormenta perfecta?" que tuvo lugar en el Hotel Wellington de Madrid y en el que se analizó la situación económica de España y la región latinoamericana, así como las perspectivas a futuro en un contexto global convulso.

06 de julio de 2016

En las palabras de bienvenida que ofreció a los asistentes, Guillermo Fernández de Soto, director para Europa de CAF, destacó que este foro "se ha constituido en el más destacado referente de análisis sobre la situación económica de América Latina, España y la Unión Europea". En su participación, el directivo incidió en la idea de que "el momento actual de la realidad global es particularmente complejo para lo que se necesitan importantes liderazgos y consensos para afrontar los retos del presente".

Tras esta intervención, se dio paso a los análisis de Germán Ríos, director corporativo de Asuntos Estratégicos de CAF, y Rafael Doménech, economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA.

Ríos centró su intervención en explicar cómo la región latinoamericana experimentó, en las décadas precedentes, una reducción en las tasas de pobreza, una mejora en el desempeño democrático y una evolución en positivo de la economía. A este respecto, en la práctica económica, América Latina se muestra heterogénea, con amplias diferencias de desempeño entre países.

También incidió en la idea de "tormenta perfecta", enumerando los factores que afectan negativamente a la región como el decrecimiento global y caída del comercio internacional; la desaceleración de China y su cambio de modelo; la volatilidad de los capitales financieros con la incertidumbre sobre el futuro de la economía mundial; la política monetaria en Estados Unidos y la caída de los flujos de inversión extranjera directa.

En este contexto, y en relación a América Latina, subrayó sus problemas estructurales tales como la baja productividad; una educación de poca calidad; el déficit de infraestructuras; una escasa diversificación de la economía y una baja innovación e integración en las cadenas de valor productivas globales. Pero también enumeró los elementos positivos que la región tiene a su disposición para responder a este choque. Así, Germán Ríos destacó en este sentido los importantes activos naturales, el despegue de la clase media y el bono demográfico, las empresas "multilatinas", la solidez del sistema financiero y los bajos niveles de deuda pública.

Una de las soluciones que el directivo de CAF planteó para América Latina en este contexto internacional convulso supone pasar de lo macroeconómico a lo micro pero preservando todo lo que se conseguido en relación a la reducción de la pobreza y el fortalecimiento de la clase media. La transformación productiva es un proceso largo en el que no todos los países están trabajando al mismo ritmo y "la única manera de crecer es apostar por la mejora de los estándares educativos, la modernización del marco regulatorio e institucional, la potenciación de los clúster regionales, la eliminación del déficit de infraestructuras y la creación de un ecosistema de emprendimiento".

Por su parte, Rafael Doménech detuvo su análisis en desgranar las perspectivas de la economía española y europea. Destacó que el escenario económico ha mejorado y se han reducido las incertidumbres, aunque el crecimiento sigue siendo frágil. En este sentido, afirmó que "es importante que se tenga en cuenta que esa nueva normalidad del mundo tiene un crecimiento potencial menor que el que se tenía antes de la crisis mundial".

A continuación, su ponencia repasó el desempeño de distintas economías como la española, que describió como asimétrica, en la que son necesarias reformas estructurales para crear empleo más estable y de mayor calidad. El economista señaló que una de las novedades "es una desaceleración del crecimiento en el comercio de bienes, es decir, de la globalización". Asimismo, y en cuanto a los riesgos que hay que vigilar, los cuales determinó en función de su impacto y su probabilidad, señaló que son una crisis financiera en China, la desaceleración en Estados Unidos, el Brexit y la consecuente crisis institucional de la UE y la vulnerabilidad de las economías emergentes.

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