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La región ha avanzado en la sensibilización y creación de políticas públicas específicas, pero queda mucho camino por recorrer para cerrar la brecha de seguridad vial.
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En América Latina, conducir un carro, una bici, una moto, o simplemente caminar, bien puede considerarse una actividad de alto riesgo. Esta afirmación está tristemente avalada por las cerca de 115.000 personas que mueren anualmente en las calles y carreteras de la región, el 65% de ellas pertenecientes a grupos vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas).
Ante esta realidad, no debería sorprender que los siniestros de tránsito sean la primera causa de muerte en niños entre 5 - 14 años y la segunda entre jóvenes y adolescentes, o que se cobren entre el 1% y el 3% del PIB de varios países, lo que representa unas pérdidas estimadas de 500.000 millones de dólares.
Por si esto no fuera suficiente, los países de ingresos bajos y medios registran el 90% de los fallecidosen calles y carreteras, a pesar de contar solo con el 54% del parque mundial de vehículos matriculados.
Con el objetivo de poner freno a las miles de tragedias familiares que se desprenden de estas cifras, las Naciones Unidas crearon la Década de Acción para la Seguridad Vial, una iniciativa que para el 2020 debe lograr una reducción significativa de víctimas mortales en accidentes de tráfico en el mundo, a través de la mejora de los programas de los gobiernos.
¿Qué avances ha logrado América Latina?
Para América Latina, el llamado de las Naciones Unidas se concreta en reducir un 50% las víctimas causadas por siniestros viales para el 2020.
Hasta la fecha se han registrado algunos avances, especialmente en cuanto a la sensibilización o a la creación de políticas públicas específicas, pero todavía queda mucho margen de mejora para equipararse con los países más avanzados.
"Para lograr los objetivos deberemos actuar desde diferentes frentes. Las vías deben diseñarse con velocidades adecuadas por tipo de usuario y los vehículos deben tener seguridad activa (ayudan a maniobrar) y pasiva (reducen los efectos del choque como airbags, cinturones de seguridad, etc.) y si ocurre un choque o atropello, debe existir un sistema de emergencias médicas efectivo que logre atención oportuna y adecuada en el momento de la urgencia, todo esto bajo el denominado Sistema Seguro. Para que el sistema funcione es imprescindible tener instituciones sólidas que lideren todos sus componentes, información detallada acerca de los siniestros viales y de los riesgos que existen en las vías, así como legislación adecuada y controles para que se cumpla", asegura Hilda Gómez, especialista en seguridad vial de CAF.
Según Gómez, para elaborar políticas viales que funcionen es imprescindible conocer las causas de los accidentes, si las víctimas cumplían o no con las normas de seguridad o la franja de edad de los fallecidos, entre otras variables.
Una iniciativa exitosa fue la creación en 2010 del primer observatorio vial regional (OISEVI), que en poco tiempo ha logrado establecer una base de datos fiable y, paralelamente, está facilitando el intercambio de experiencias exitosas entre países. Este proyecto coordina las estrategias e iniciativas en seguridad vial a nivel regional a partir de la generación de información, que contribuya reducir la siniestralidad vial en Iberoamérica.
Medidas eficientes
Medidas aparentemente simples podrían marcar una gran diferencia. Según la OMS, abrocharse el cinturón reduce entre un 40 y un 60% el riesgo de muerte de los pasajeros en asientos delanteros, y entre el 25 y 75% de los pasajeros en asientos traseros.
"Es importante incorporar la dimensión de la seguridad vial como un concepto imprescindible en todos y cada uno de los proyectos urbanos que se lleven a cabo así como los de vialidad. Para ello, instituciones públicas y privadas deben comprometerse con situar a la seguridad vial en un lugar importante en las agendas de desarrollo de los países", explica Gómez.
A nivel internacional existen iniciativas exitosas que podrían replicarse en América Latina. Visión Zero, por ejemplo, una iniciativa que parte de la premisa de que ninguna muerte es aceptable y, por lo tanto, el sistema vial debe estar diseñado para proteger a los seres humanos en todos los escenarios de desplazamiento. El proyecto, desarrollado en Suecia y replicado en otras ciudades europeas, ofrece una mirada integral que incluye planes educativos, sistemas de control vial y soluciones a nivel de infraestructura. El resultado: Suecia tiene hoy una tasa de 2 víctimas por cada cien mil habitantes, una de las más bajas del mundo.
Pero este tipo de medidas solo funcionarán si los países de la región fortalecen sus instituciones para gestionar información detallada o promover una legislación que apoye la iniciativa y los controles para que se cumpla. También será necesario tener vías diseñadas con velocidades adecuadas por tipo de usuario y que, adicionalmente, al ocurrir un siniestro vial, exista un sistema de emergencias médicas efectivo que logre una atención oportuna y adecuada.
Aporte de CAF a la seguridad vial
En la última década CAF ha destinado más de USD 1.5 millones para el fortalecimiento de la seguridad vial de la región mediante el intercambio de experiencias, la visibilidad de las políticas públicas o el desarrollo de planes de seguridad vial para usuarios vulnerables, entre otros.
Además, desde el 2015 lidera la iniciativa de seguridad vial de los bancos multilaterales de desarrollo, asimismo lidera el objetivo de seguridad de la iniciativa SuM4All (Movilidad sostenible para todos); participa en el comité de expertos del panel de alto nivel para la seguridad vial de la FIA así como en el comité asesor del OISEVI (Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial); y en los comités de seguridad vial de la asociación mundial de carreteras.
Adicionalmente, se ha incluido el componente de seguridad vial en la mayoría de planes urbanos de movilidad desarrollados por CAF en la región y se ha integrado el desarrollo de auditorías de seguridad vial en los proyectos de crédito de vialidad y proyectos urbanos de gran envergadura como el Metro de Lima y el Metro de Panamá.
Otro de los temas en los que CAF ha tenido una acción importante es la relacionada con la seguridad de los motociclistas, los usuarios más vulnerables (un motociclista tiene 20 veces más riesgo que el un usuario de auto y el doble que un peatón). En este sentido, CAF ha promovido y asesorado la formulación de planes integrales de seguridad de motociclistas en: Costa Rica, Buenos Aires, Bogotá, y está formulando los de Corrientes, Resistencia y 6 municipios del área metropolitana de Buenos aires.
CAF ha realizado las siguientes publicaciones en seguridad vial:
Actualmente está iniciando un programa regional de seguridad vial laboral que tiene como objetivo promover la seguridad vial en empresas de transporte así como en empresas cuyo objeto social incluya el transporte. Asimismo, está iniciando la elaboración de un Manual de Buenas Prácticas para el control en vía a través de Policías de Tránsito.
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