CAF aprobó US$ 5.650 millones

Las aprobaciones de la Corporación se incrementaron en un 19% con respecto al año anterior.
Cerca de 50% de las aprobaciones se destinó a la infraestructura para la integración regional, la competitividad y el desarrollo social.
El 30% de las aprobaciones se destinó a iniciativas del sector privado.

02 de enero de 2007

(Caracas, 12 de diciembre de 2006).- El presidente ejecutivo de la CAF, Enrique García, ofreció un informe de la gestión del año 2006, anunciando que el monto de operaciones aprobadas en sus 17 países accionistas ascendió a US$ 5.650 millones, la cual supera en más de un 19% lo alcanzado el año anterior por la Corporación y se constituye en un monto récord en los últimos 36 años.

Al hacer un balance de la región García señaló que “por tercer año consecutivo, la actividad económica en América Latina mantiene su dinamismo en un entorno internacional favorable. Al respecto se estima que la región crecerá 4,7% en 2006, con una inflación de 5%, que responde -entre otros aspectos- a un manejo fiscal ordenado”. De igual manera expresó que “el vigoroso crecimiento de la economía global, unos muy favorables términos de intercambio -especialmente para los países de Suramérica- y una amplia liquidez internacional han redundado en que la región registre un auge exportador, un superávit en su balanza de pagos y una holgada acumulación de reservas internacionales”. Sin embargo llamó la atención ante el hecho de que “aún cuando la situación macroeconómica de América Latina es positiva, persisten importantes deficiencias en materia de competitividad y en el ámbito social”.

Adicionalmente 2006 significó la recomposición de la Comunidad Andina y el Mercosur. En la reciente Cumbre Presidencial de Cochabamba, en Bolivia, se dio un renovado impulso de la integración suramericana mediante la identificación de ejes articuladores, incluyendo cooperación energética, infraestructura física sostenible, cohesión social y una mayor atención a la resolución de asimetrías entre países y al interior de los mismos. Estos avances se han realizado en un entorno en el cual la ratificación de los acuerdos comerciales bilaterales entre algunos países andinos con Estados Unidos afrontan dificultades y la postergación de la ronda de Doha de la OMC avizora un menor progreso en la apertura comercial a nivel global.

Como hecho relevante, está la culminación satisfactoria y democrática de los procesos electorales en 11 países de la región. En este contexto, y a diferencia del pasado, destacó que “la estabilidad económica no se ha visto afectada adversamente por los ciclos electorales”. Al respecto consideró que el desafío futuro lo constituye fortalecer la gobernabilidad y reducir los grados de polarización política existentes en algunos países.

Aprovechando la ventana de oportunidad existente, García manifestó que “América Latina debe promover una agenda integral de desarrollo que, con visión de largo plazo, logre un crecimiento alto, sostenido e incluyente que mejore las condiciones de vida de sus habitantes. Las políticas que se adopten deberán conciliar de manera conjunta los objetivos de estabilidad, eficiencia y equidad”. Con respecto a la materialización de la inserción internacional, la región debe solucionar las importantes deficiencias que enfrenta en materia microeconómica. De acuerdo a la más reciente encuesta del Foro Económico Mundial, América Latina tiene una competitividad que la ubica, en promedio, en la posición 73 en una muestra de 125 países.

También el Presidente Ejecutivo hizo énfasis en que “los avances en materia social han sido insuficientes. Si bien los índices de pobreza y desempleo han mejorado en casi todos los países de la región y se cuenta con mejores indicadores de acceso a servicios básicos, la inequidad es uno de los principales problemas que agobia a América Latina, al poseer la peor distribución de la riqueza en el mundo”.

Apoyo a la estabilidad macroeconómica

Hacia futuro dijo que América Latina no puede desperdiciar el actual momento positivo que tiene frente a sí, especialmente considerando su buena situación macroeconómica y que el entorno internacional se tornará menos benigno para las economías en desarrollo en los próximos años. Aún cuando la región está hoy mejor preparada para enfrentar un deterioro externo que en el pasado, persisten vulnerabilidades que deben ser resueltas.

Es por ello que un campo de prioritario interés para la CAF ha sido la estabilidad macroeconómica, donde se han aprobado operaciones que se orientan principalmente al fortalecimiento de la gestión de deuda pública, al ser un renglón que permite limitar potenciales presiones en el manejo fiscal. Se han destinado para este segmento US$ 1.325 millones, los cuales se canalizaron a través de la aprobación de recursos contingentes destinados a contribuir al aseguramiento de la ejecución exitosa en el manejo de pasivos y reducción de descalces de moneda del sector público, así como a reformas institucionales, especialmente en lo que tiene que ver con la óptima utilización de los recursos presupuestarios.

Apoyo a la inserción competitiva

Enrique García consideró que la región deberá profundizar su participación en la economía global, utilizando las diversas rutas de inserción internacional disponibles, explotando las complementariedades que existen entre sí. Resaltó que para que los beneficios del comercio se materialicen “se deberán adoptar actividades complementarias que propicien un proceso de transformación productiva que aumente la productividad y promueva una mayor diversificación de las exportaciones”.

En materia de infraestructura sostenible destacó que, durante 2006, la Corporación ha continuado apoyando diversas iniciativas que influyen en la plataforma logística para la competitividad, asignando 33% de los recursos aprobados para sus países, que suman alrededor de US$ 1.860 millones. Estas operaciones se han realizado respetando la conservación del medio ambiente y vinculando los proyectos a otras iniciativas de carácter social. Dentro del anterior monto, el financiamiento para la integración regional alcanza aproximadamente US$ 1.200 millones, los cuales se destinaron a proyectos carreteros, sistemas de transporte, ferrocarriles y obras de interconexión eléctrica, particularmente en el ámbito suramericano. Vale destacar la creciente participación de la Corporación en asociaciones público privadas (APP) para la construcción de infraestructura de uso público, tales como las concesiones de carreteras y poliductos, entre otros.

Además, la CAF creó el Fondo para la Promoción de Proyectos de Infraestructura Sostenible (Proinfra), con US$ 50 millones, el cual tiene como objeto apoyar a los países en la adecuada formulación de proyectos de inversión, asesorarlos en la preparación de los pliegos de licitación, en la estructuración financiera de las operaciones y durante las negociaciones posteriores.

En el sector productivo, las condiciones favorables del entorno internacional para los países latinoamericanos se tradujeron en una creciente participación de la Corporación en el financiamiento de proyectos de inversión para la expansión de la capacidad de producción. Es así que las nuevas operaciones aprobadas al sector totalizaron US$ 1.575 millones. Cabe señalar que dichas operaciones orientan recursos para atender de manera prioritaria los segmentos de la micro, pequeña y mediana empresa de manera directa o a través de los sistemas financieros, en proyectos que se traducen en una mejora de la competitividad empresarial a través de iniciativas de expansión productiva, desarrollo de infraestructura de apoyo a la producción, ampliación regional, entre otros. Por su parte, el Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC) contribuyó al fortalecimiento de clusters en sectores con potencial exportador, a mejorar las capacidades de emprendimiento empresarial y adopción de buenas prácticas de gobierno corporativo.

Impulso al desarrollo social

Privilegiar una mayor inclusión social es el desafío más urgente que enfrenta la región. Esto demandará dotar a los estratos marginados de las herramientas y activos necesarios para su propio desarrollo, aumentar la capacidad de ejecución de las entidades sociales para mejorar la calidad del gasto social, incorporar a los nuevos actores sociales en la agenda de políticas públicas y proveer una red de protección social efectiva. En este ámbito, la Corporación destinó US$ 840 millones, permitiendo así la ejecución de proyectos en agua y saneamiento, desarrollo rural, educación y salud para mejorar la calidad de vida de la población

Por otra parte y con el fin de mejorar las condiciones de financiamiento de proyectos en el área social, se fortaleció el Fondo de Financiamiento Compensatorio, sostenido principalmente con las utilidades de la Corporación, y el cual se trata de un mecanismo a través del que se busca reducir el costo del financiamiento de proyectos de riesgo soberano y de alto impacto en el desarrollo de los países.

Bajo un enfoque estrictamente microempresarial, la CAF apoyó al sector mediante participaciones accionarias, préstamos y líneas de crédito, préstamos subordinados, garantías parciales para emisiones de bonos, así como apoyo y asesoría para su fortalecimiento institucional. Durante este año se revisaron y renovaron las líneas de crédito con 32 instituciones microfinancieras y se atendieron seis nuevas, tres de las cuales se ubican en Argentina, México y Uruguay.

Solidez financiera

La gestión descrita se desarrolló en un marco de solidez financiera propiciado por el manejo prudente de los activos y pasivos de la Corporación. Esto se ha visto ratificado por el reconocimiento a la calidad crediticia por parte de Fitch Ratings, que mejoró la calificación de riesgo a largo plazo de la CAF de A a A+ y por Standard & Poor´s que colocó la calificación en Positive Outlook y ratificó las calificaciones de corto y largo plazo. Por otro lado la institución realizó emisiones por un total de US$ 809 millones en los mercados europeo y estadounidense, así como en moneda local en Perú y Venezuela. Otro aspecto a destacar es el aumento de capital por parte de los países miembros en US$ 209 millones, esfuerzo que respondió a la confianza de los accionistas en la gestión financiera de la Corporación.

Finalmente US$ 35 millones provenientes de los fondos de cooperación de carácter no reembolsable se destinaron al apoyo de los programas estratégicos de la CAF, tales como la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), el Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC), así como los Programas de Gobernabilidad, de Medio Ambiente y de Desarrollo Cultural y Comunitario. Otras actividades que se beneficiaron significativamente de los recursos de cooperación son las de fortalecimiento institucional de entidades microfinancieras, el Programa de Apoyo Integral a la PyME, el Programa Latinoamericano del Carbono (PLAC) y el Fondo de Inversión y Desarrollo Empresarial (FIDE), entre otros.

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