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La actividad estuvo enmarcada dentro de la agenda de seguridad ciudadana de CAF, que alienta el liderazgo de gobiernos locales en la mejora de la seguridad de sus territorios.
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CAF- banco de desarrollo de América Latina organizó el conversatorio virtual Género, Diversidades y Seguridad: por una seguridad inclusiva en nuestras ciudades, un evento que buscó analizar la importancia y la necesidad de incorporar la perspectiva de género a las políticas locales de seguridad, rescatando lecciones aprendidas y buenas prácticas, desterrando mitos e identificando los desafíos actuales en el tema.
El evento se inscribe dentro de la agenda de seguridad ciudadana de CAF que promueve el liderazgo de los gobiernos locales en la mejora de la seguridad en sus territorios, especialmente en cuatro líneas programáticas: intervenciones en territorios críticos con foco en los asentamientos informales; espacios públicos seguros y libres de miedo; tecnología y seguridad; y gobernanza de la seguridad.
Christian Asinelli, vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de CAF, dio la bienvenida al evento resaltando que este tipo de encuentros visibiliza un tema que va a estar en la cima de la agenda de la nueva administración de CAF. “Estos espacios también son claves para poder interactuar con otros actores y colectivos de la sociedad que se están organizando alrededor de esta agenda, y así enriquecernos con sus conocimientos y mejorar las políticas públicas que desarrollamos”, subrayó Assineli.
El conversatorio contó con la participación de Gabriela Pecantet y Louise Alfonso de la Universidad Federal de Pelotas de Brasil (UFPEL); Angie Palacios, ejecutiva principal de movilidad urbana de CAF; e Irene Bilmes y Elisa Deschamps cofundadoras del colectivo "Mapas de lo efímero", quienes comentaron a la audiencia sobre sus experiencias, recomendaciones y lecciones aprendidas durante la implementación proyectos e investigaciones realizadas en los países de la región sobre la problemática de la seguridad de mujeres y diversidades.
Pecantet y Alfonso, coordinadoras del grupo de investigación Márgenes: Grupos en Proceso de Exclusión y sus Formas de Habitar la Ciudad, expusieron sobre su trabajo titulado Ciudades y Construcción de Políticas Públicas Inclusivas, el mismo que parte del supuesto antropológico que existe una ciudad planificada, y otra construida a través de las vivencias de las personas que ahí habitan. “Necesitamos entender las distintas formas de ‘hacer’ ciudad de grupos diversos, para poder pensar en una ciudad segura e inclusiva”, comentó Alfonso.
Pecantet manifestó que las personas LGBTQIA+ experimentan numerosas formas y grados de violencia cotidiana. “A partir de diversos relatos recogidos en nuestra investigación, podemos identificar que la movilidad en nuestras ciudades, circular en varios espacios, abiertos o cerrados, públicos o privados, son muchas veces inaccesibles para las personas LGBTQIA+”.
Las investigadoras proponen siete recomendaciones a tomar en cuenta en temas de seguridad y diversidad: conocer y comprender las vivencias de las personas LGBTQIA+, promover la convivencia de personas de diferentes clases sociales, uso de espacios públicos, estimular la representatividad por la ciudad, crear leyes específicas, posibilitar la participación, y formación de agentes públicos de ciudad.
Angie Palacios presentó el programa Me Muevo Segura, una experiencia de intervención urbana para mejorar la seguridad de las mujeres en Bogotá, Colombia, que fue financiado por CAF junto a la Agencia de Cooperación Alemana GIZ y ejecutado en coordinación con la Secretaría de la Mujer de la capital colombiana, una ciudad en la que, según los datos que recabó la Secretaría, 9 de cada 10 mujeres se sienten inseguras en espacios públicos, y a su vez, son las que más utilizan transporte público para movilizarse en la ciudad.
Utilizando la aplicación SafetiPin, la cual toma fotografías de espacios públicos para luego evaluar el estado en el que se encuentran, se mapeó y calificó zonas de la ciudad tomando en cuenta ocho variables: iluminación, qué veo, quién me ve, cantidad de personas, presencia de seguridad, estado del sendero, cercanía al transporte público y diversidad de género en el lugar. Además, se realizaron más de 14 mil encuestas para conocer la percepción y experiencia de las mujeres con respecto a su seguridad en el espacio público nocturno.
Como resultado de este levantamiento de información, se elaboró un índice de seguridad nocturna en Bogotá, información que se puede consultar en el sitio web del Observatorio de la Mujer y Equidad de Género. “Queríamos entender cómo estos datos podían ayudarnos a intervenir sobre los espacios urbanos de forma más eficiente”, comentó Palacios. Es así que se identificaron las zonas que eran percibidas como más inseguros, y se escogió un lugar específico de esa zona para realizar acciones de urbanismo táctico, para que puedan ser utilizados de forma más positiva para la comunidad.
En su intervención, Irene Bilmes y Elisa Deschamps expusieron sobre el proyecto Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso MIAA, un mapa que refleja la desigualdad con la que se vive y convive en la ciudad, exponiendo cómo los episodios de violencia del pasado y el presente, moldean y restringen el habitar de las mujeres en lo cotidiano.
“Nos empezamos a preguntar cómo habitamos el territorio bajo el patriarcado, y recordábamos que en algún momento de nuestras vidas, habíamos tenido experiencias que nos habían marcado en el uso de la ciudad a través de una experiencia de violencia de género”, comentó Bilmes.
Este fue el punto de partida para la creación de un mapa de acoso y abuso en la ciudad, el cual registra de forma anónima las experiencias de acoso, ocurridas en espacios públicos y privados de la ciudad, y que tenía como objetivo principal, realizar acciones de sensibilización en los espacios físicos de la ciudad. “Lo que nos interesaba era la relación entre la experiencia en el momento, y la sensación hoy en día, en vínculo con el espacio urbano”, dijo Bilmes.
A través de los relatos, descubrieron el impacto en el uso de espacios urbanos (por ejemplo, evitando pasar un lugar); y también se dieron cuenta que el mapa era una gran herramienta de empoderamiento, ya que brinda a las mujeres la posibilidad de compartir sus experiencias. “Los datos también nos ayudan a desmitificar que el acoso ocurre solo en la calle, o solo en la noche. Ocurre a toda hora en el transitar a nuestros trabajos, universidades o para realizar compras”, explicó Deschamps.
Actualmente el proyecto se ha replicado en otras ciudades de Latinoamérica, creando la red MIAA, del que forman parte La Plata, Santa Fe, Cipolletti, Popayán, Comarca, Salta, Neuquén, Bogotá, Almafuerte y Rosario.
Para concluir, Edgar Lara, coordinador de inclusión social y género en CAF, cerró el conversatorio con tres ideas que podrían ayudar a definir las estrategias de seguridad ciudadana desde los gobiernos locales. En primer lugar, definir cuál es el sujeto de las políticas de seguridad ciudadana: “Los sujetos que habitan las ciudades son diversos y tienen diferentes formas de vivirlas”, señaló Lara. En segundo lugar, entender el entorno urbano, y el uso de los espacios urbanos; y por último, fortalecer el diálogo de los gobiernos locales con la academia en la búsqueda de respuestas para la implementación de políticas dirigidas a prevenir la inseguridad.
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