CAF propone pasar de un turismo de aventura a uno de servicios de calidad

28 de mayo de 2010

(La Paz, 28 de mayo de 2010).- Después de 12 meses de trabajo de campo y sobre la base de un previo diagnóstico, fue concluida la Estrategia de Desarrollo Turístico Sostenible del Salar de Uyuni y las Lagunas de Colores. El estudio fue financiado por CAF con recursos no reembolsables a solicitud del Viceministerio de Turismo de Bolivia y fue elaborado por la empresa española Epypsa (Estudios, Proyectos y Planificación S.A), ganadora de una licitación internacional. “El turismo en Bolivia es un sector que cuenta con ventajas comparativas interesantes con un elevado potencial de desarrollo que puede contribuir a reducir la pobreza estructural del país. Sin embargo el desarrollo sostenible y productivo de la actividad turística depende no sólo de contar con destinos turísticos atractivos, sino que involucra un conjunto de requerimientos como una buena dotación de infraestructura y recursos humanos capacitados, entre otros”, señaló el director representante de la CAF en Bolivia, Emilio Uquillas.

CAF impulsó esta estrategia considerando que la implementación exitosa en el desarrollo de un destino turístico permitirá replicar la experiencia en otros destinos que cuentan con atractivos naturales, históricos y culturales de alto nivel. “Una de las ventajas de la estrategia desarrollada es que la gestión turística involucra a las comunidades, permitiendo un desarrollo sostenible e inclusivo en el destino”, anotó.

Diagnóstico competitivo

La empresa consultora elaboró el diagnóstico de la situación competitiva del destino, que contempló el punto de vista de la oferta, la opinión de la demanda, el mercado y la comparación con otros destinos turísticos competidores vinculados. Se hizo un recorrido de 5.000 Kms en el territorio, realizando pruebas de consumo de alojamientos, tours, restaurantes y se levantó un inventario de recursos y servicios actualizado. Asímismo, se celebraron seis talleres con actores locales en Uyuni y Tupiza.

Para conocer la demanda actual y la oferta de los operadores a nivel internacional, se aplicaron 1.000 encuestas en la Isla Incahuasi, Uyuni, Tupiza, Sucre y La Paz a turistas de diferentes nacionalidades y se estudió las características de los productos de más de 200 operadores. También se recopilaron y analizaron documentos sobre turismo y sectores vinculados del ámbito nacional, departamental, regional, mancomunal y local y se entrevistó a más de 100 instituciones y agentes turísticos locales.

Las principales conclusiones del diagnóstico señalan que la gestión del destino turístico presenta debilidades tales como la excesiva concentración de la visitas a recursos concretos, impactos ambientales en las zonas donde se ubican los mismos, mal estado de carreteras y caminos, inexistencia de oficinas de información turística, carencia en servicios públicos de las zonas rurales y deficiencia en centros urbanos. A nivel de los servicios de alimentación, hospedaje, guía y recorrido entre otros, se encontraron también varias oportunidades de mejora.

El Salar de Uyuni y las Lagunas de Colores atraen a un número creciente de turistas internacionales, desde el año 2000 han visitado la zona más de 500.000 personas, generando importantes ingresos para la región y para otros destinos de Bolivia. Sin embargo, esta importante afluencia turística –señala el diagnóstico- se debe más a las decisiones de los propios turistas que al resultado de un proceso de planificación, lo que ha llevado a que se produzcan algunos efectos no deseados como la excesiva concentración de las visitas en unos pocos recursos y a la aparición de desequilibrios en la participación de los beneficios generados por el turismo.

Otra de las conclusiones muestra que los turistas que visitan estos atractivos son en un 65% menor de 30 años y con limitado poder adquisitivo, por lo tanto privilegia los bajos precios prefiriendo el turismo de aventura y optando servicios precarios, sobre todo en cuanto a alimentación y hospedaje. El trabajo evidencia que en los últimos años el precio de los servicios se ha reducido por la alta competencia entre operadores, en desmedro de la calidad que se oferta a los visitantes. Esta es una de las dificultades que impide atraer a segmentos de mayor capacidad adquisitiva, aumentar la duración de la estancia de los turistas o incrementar los precios de los servicios.

Estrategia participativa

La estrategia apunta a aprovechar la potencialidad del turismo en el país para incrementar los beneficios sociales y económicos extendiéndolos a las comunidades y población mediante iniciativas rentables, generando empleo de calidad y contribuyendo a la mejora de las condiciones de vida. En ese sentido, propone realizar mejoras y atraer a turistas de mayor edad y con mayor disponibilidad de gasto, a través de la incorporación del componente cultural en su posicionamiento y modificando la expectativa de “vivir una aventura extrema a precios baratos” por la de “disfrutar una experiencia singular con servicios de calidad”.

A la vez, la estrategia de desarrollo turístico plantea las acciones que podrían permitir al país competir con otros destinos en Perú, Argentina y Chile. Entre otras acciones, propone: la mejora y diversificación de la oferta actual, creando nuevos productos, “ampliando” el destino y la afluencia en varios periodos del año; el fortalecimiento institucional y del sistema de relaciones entre los agentes, la elevación de los conocimientos y profesionalidad de los prestatarios, la promoción y comercialización y, el financiamiento y fomento de la ecoinversión.

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