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26 de noviembre de 2024
18 de mayo de 2000
Desde que la Corporación Andina de Fomento creara el Fondo de Desarrollo Humano (Fondeshu), en 1995, se ha brindado apoyo financiero a doce proyectos comunitarios en los cinco países andinos, destinado a mejorar la calidad de vida de los sectores socialmente marginados. La mitad de estos proyectos ya culminaron y el resto se encuentra en plena ejecución y productividad, mientras otros cuatro están en lista de espera.
Tan sólo en Venezuela tenemos la siembra de camarones en la Laguna del Gran Eneal, producción de café orgánico en Mérida, la reconstrucción de Galipán y se encuentra en negociaciones un préstamo para la producción industrial de sábila en Taguay.
Destacan otras operaciones financiadas por Fondeshu en la región: el apoyo al renacimiento del arte indígena a través del mejoramiento de telares y alfarerías en Bolivia, la construcción de un centro de capacitación y el desarrollo de granjas escolares en Ecuador, así como el levantamiento de invernaderos rústicos en la zona del altiplano peruano. Recien-temente se aprobó una participación accionaria en Eco-Enterprice Fund, fondo manejado por The Nature Conservancy que ofrece créditos a micro-empresas que utilicen sistemas de producción limpios y con criterios ambientales, localizadas en cualquiera de los países andinos.
Todos estos proyectos tienen en común el desarrollo humano sostenible en los sectores menos favorecidos de los principales países accionistas de la CAF (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), insertan el concepto de ecoeficiencia y poseen un alto impacto demostrativo para incentivar la participación de nuevos actores financieros.
Marco Zambrano, ejecutivo principal de la Dirección de Desarrollo Sostenible de la CAF, cuya función es integrar las variables ambientales y sociales en los proyectos que la Corporación financia con el fin de asegurar que las operaciones sean ambientalmente sostenibles y socialmente responsables, tiene también entre sus funciones la responsabilidad de manejar los recursos del FONDESHU dirigido a proyectos comunitarios.
¿De dónde proviene el dinero que provee Fondeshu?
Esos recursos provienen de las utilidades netas de la Corporación. Cada año -dependiendo de las necesidades o lista de peticiones a considerar para el año siguiente- el directorio de la CAF aprueba un porcentaje de las utilidades para este fin.
¿Qué porcentaje de los recursos de Fondeshu está dirigido a proyectos comunitarios?
Hasta la fecha se ha asignado un total de US$ 3.380.586 para proyectos comunitarios, dirigidos a grupos organizados y con experiencias innovadoras que generen empleo y mejoren la calidad de vida de sus beneficiarios. Cabe destacar que la mayor parte de los recursos del Fondeshu se dirigen al fortalecimiento y consolidación del sistema microfinanciero, a fin de canalizar recursos hacia un sector de tanta importancia en la región, como lo es el microempresarial.
¿Cuál es el monto máximo de respaldo?
Es variable, aunque nos hemos impuesto como práctica un monto máximo de 500 mil dólares, el cual representa la suma del componente de crédito más el de asistencia técnica no reembolsable que no puede ser mayor del 20% del total de la operación.
¿Estos proyectos suelen ser liderados por agentes del sector público o del privado?
Todos han sido iniciativas promovidas por ONGs. Generalmente son fundaciones sin fines de lucro que tienen un estrecho contacto con las comunidades beneficiarias y han identificado la forma en que se les puede ayudar para mejorar sus condiciones de vida. Casi siempre tienen el apoyo y el aval de las alcaldías y de los organismos gubernamentales locales en los que se desarrollan. La experiencia nos ha enseñado que mientras más actores se involucren en un programa, más factible será alcanzar el objetivo deseado.
¿Cuál es el perfil de un proyecto interesante para Fondeshu?
En principio que los proyectos introduzcan conceptos innovadores para la solución de problemas ambientales y sociales, a fin de que podamos crearle valor agregado a las operaciones. Por ejemplo, existen proyectos de producción de café de forma tradicional, sin embargo, CEDES en Venezuela nos presentó un proyecto para sembrar café orgánico, bajo técnicas conservacionistas. Ese elemento adicional -de tomar en cuenta las practicas ambientales en la producción del café- representa una innovación que con seguridad redundará en mejores precios, en un mercado cuya demanda por productos de este tipo es creciente.
Otro criterio es que beneficie a sectores sociales rurales y económicamente marginados a través del trabajo directo en el diseño y manejo del proyecto desde el inicio, junto a la ONG líder, de modo que obtengan y generen empleos permanentes.
Nos interesa, además, que posean un alto impacto demostrativo. Quiero decir, que sean proyectos "pilotos", que promuevan sinergias para que puedan ser copiados en otras zonas de la región andina y con miras a interesar la intervención de nuevos actores financieros. Incluso, estamos dispuestos a respaldar como factor catalítico, dependiendo de la proyección del programa a financiar, para atraer nuevas inversiones.
Es muy importante -tanto por las condiciones del crédito, como porque existe un elemento de cooperación técnica no reembolsable- que la institución promotora posea una trayectoria y presencia que demuestre su sostenibilidad financiera, técnica y ambiental, y justifique la incidencia en el grupo al que va dirigido. En la medida que el proyecto tenga una base sólida, gente con experiencia en el manejo de programas similares, que conozca el área que piensa desarrollar, nos indica que los recursos van a ser bien utilizados.
Por último, debe tratarse de un proyecto productivo y rentable que asegure el pago del crédito otorgado. La única forma para que un proyecto sea sostenible es haciendo responsables a los propios beneficiarios de un crédito y no dirigiendo recursos de forma paternalista, porque la experiencia adquirida nos ha demostrado que esa actitud no contribuye al mejoramiento de los problemas de la pobreza.
Estos proyectos comunitarios, precisamente por ser innovadores, requieren de una capacitación especial, con especificaciones quizá muy técnicas en diversas disciplinas.
¿Cómo interviene la CAF en este sentido?
Para apoyar en este sentido a los promotores de un proyecto, el financiamiento puede estar acompañado de un componente de asistencia técnica con recursos no reembolsables, justamente para dirigir esos fondos hacia aquellas actividades que aseguren el éxito del proyecto, como la capacitación de los beneficiarios y el fortalecimiento organizacional de la institución promotora.
¿Cuántas y cuáles solicitudes están listas para su consideración?
Actualmente están en estudios una en favor de la Fundación Tamayo y otra para la Fundación La Salle, ambas en Venezuela. Tenemos un proyecto en Perú sobre ecoturismo y tratamos de identificar uno en Colombia dirigido hacia el tema de bio-trade o comercio de la biodiversidad.
Cabe destacar que hace poco iniciamos conversaciones con una ONG en Brasil, para una operación enfocada hacia la preservación de la Amazonia. Esta sería la primera operación dentro de los países socios de la CAF que se encuentran fuera de la región andina.
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