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26 de noviembre de 2024
“Sistematización de iniciativas de articulación entre educación y trabajo destinadas a adolescentes y jóvenes en Uruguay” es el nombre del informe presentado por CAF -banco de desarrollo de América Latina- y Unicef, en un evento que contó con la participación de representantes de ambas instituciones, así como con la voz de expertos nacionales.
01 de noviembre de 2021
François Borit, representante de CAF en Uruguay, explicó que para esta instancia se planteó como objetivo “contribuir a la discusión de políticas que mejoren la calidad y la pertinencia de la educación y la formación profesional” en el país. Compartir lecciones aprendidas y analizar los retos a futuro entre una multiplicidad de actores, explicó, es clave para articular de forma más eficiente el mundo educativo con el laboral.
Luz Ángela Melo, representante de Unicef Uruguay, dijo que en América Latina es un reto facilitar a los jóvenes el desarrollo de las capacidades que necesitan para lograr insertarse laboralmente.
En Uruguay, solo el 43% de los jóvenes logra completar la educación secundaria entre los 21 y los 23 años. "Eso constituye una vulneración muy temprana para una proporción significativa de jóvenes que se desvinculan del sistema educativo, pero también es un condicionamiento a sus perspectivas futuras. Aquí reside un desafío medular del sistema educativo", indicó.
Posteriormente, el moderador Alejandro Retamoso, oficial de Educación de Unicef Uruguay, cedió la palabra a Fedora Carbajal, autora de la publicación. La economista explicó que el problema del empleo de los jóvenes es “estructural en Uruguay”, ya que triplica al de la población en general.
Hizo una síntesis de las características de la formación dual en países desarrollados, como son Alemania, Austria y Francia, y de algunos de Latinoamérica, como Brasil, Colombia y México, donde la proporción de jóvenes en programas de formación dual es baja.
Luego repasó las experiencias en Uruguay de este tipo de educación, como son el Bachillerato Tecnológico ÁNIMA, algunas iniciativas del Consejo de Educación Técnico-Profesional-UTU y otras llevadas adelante por el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP).
Por último, se refirió a los principales desafíos que tiene el país por delante en formación dual: involucrar al sector privado en la formulación de planes de desarrollo de habilidades y competencias, retener a los jóvenes en el sistema educativo, formar docentes para las iniciativas que vinculan educación con trabajo, alcanzar a estratos socioeconómicos menos favorecidos y lograr balance de género, entre otras.
Guillermo Dutra, director de INEFOP, explicó que en Uruguay existe un déficit de calificaciones en la fuerza de trabajo y hay desafíos vinculados a la innovación y la productividad. “Pensar en instrumentos de alternancias entre educación y trabajo parecen ser las respuestas adecuadas para poder encarar la solución de estos desafíos”.
Además, señaló que en el presente es necesaria una mayor escalabilidad en formación dual, que vaya creciendo con una construcción propia para “no quedar rehenes de propuestas concebidas de acuerdo a otras realidades, en otros países. Se necesita una propuesta nacional”.
Javier Lasida, presidente del Consejo Directivo del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd), resumió cuales cree que son las claves por las que debería transitar el proceso de posicionamiento de la formación dual en Uruguay. “La gran apuesta es desarrollar propuestas, fortalecer centros educativos, capitalizar la experiencia de educadores y empresas y facilitar condiciones para que eso se lleve adelante”, apuntó.
A diferencia de países europeos, donde las experiencias son lideradas por las cámaras empresariales, en países como Uruguay deben ser las instituciones educativas las que lideren el proceso, expresó.
En el cierre, Cecilia Llambí, ejecutiva principal de la Dirección de Proyectos de Desarrollo Sostenible para Región Sur de CAF, opinó que la formación dual “puede ser una buena herramienta para equipar a jóvenes, para que puedan sortear la barrera de entrada al mercado de trabajo”. También puede ayudarles a que desarrollen habilidades transversales, aparte de las técnicas, que son muy valoradas por los empleadores a la hora de reclutar capital humano.
“No solo pensar en que estamos formando jóvenes para una mejor inserción laboral sino que la inserción en sí, el espacio de trabajo, es un espacio de aprendizaje”, concluyó.
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