CAF promueve involucrar al sector productivo en la formación técnica y profesional
03 de julio de 2019
El vínculo entre educación y trabajo que impulsa el Programa de Fortalecimiento de la Capacidad Emprendedora en Argentina, apoyado por CAF –banco de desarrollo de América Latina-, aspira a seguir disminuyendo las principales brechas de desarrollo del país, fomentando la productividad y la innovación a través de una mejora de la calidad y pertinencia educativa.
03 de diciembre de 2019
Argentina enfrenta nuevos retos para aumentar su competitividad y renovar la manera en que se relaciona comercialmente a nivel regional e internacional. Generar un impulso de la productividad, que permita cerrar las brechas de desarrollo, demanda el fortalecimiento del vínculo entre educación y trabajo. Sin embargo el 69% de los estudiantes argentinos de secundaria no alcanza los niveles satisfactorios en matemática y cerca del 40% no lo alcanza en ciencias, según los últimos datos disponibles de las evaluaciones censales Aprender correspondientes a 2017. Este tipo de habilidades son las que presentan una mayor correlación con resultados laborales tales como tener mejores ingresos o acceder a un empleo formal. En forma más general, la acumulación de habilidades incide sobre la capacidad de los países para innovar y para desarrollar tecnologías cada vez más productivas. Esto demanda repensar el modo en que se desarrolla la formación del capital humano, así como los entornos en los que se llevan a cabo.
Los avances tecnológicos y la producción de conocimiento constante desafían nuestras habilidades e instalan la necesidad de adquirir nuevas para encontrar soluciones a problemas que están en permanente cambio. El pensamiento lógico, la capacidad de descomponer un problema en subproblemas, la interdisciplinariedad, asumidos en ambientes con una base tecnológica que favorezca su desempeño, son algunos de los aspectos que contribuyen a generar un ecosistema emprendedor que potencie el crecimiento de los países.
Con este desafío presente, CAF decidió encarar un plan ambicioso en el año 2015 que consistió en asistir y apoyar al Gobierno Nacional de la República Argentina en el desarrollo del Programa de Fortalecimiento de la Capacidad Emprendedora que continúa vigente hasta la actualidad. Éste representa un modelo de política pública de largo plazo y tiene como objetivo promover el emprendimiento en áreas de alta tecnología. Para ello combina de forma virtuosa la inversión en infraestructura y en capital humano.
La construcción de infraestructura está orientada a promover la capacidad emprendedora y la prestación de servicios de alta tecnología, mientras que la formación de capital humano se dirige a aquellas áreas de relevancia estratégica que permiten, entre otras cosas, favorecer la creación y consolidación de emprendimientos innovadores y competitivos. Además, la inversión educativa se inicia durante la educación básica, esto es, antes de la formación terciaria, pero con una clara orientación a la formación de habilidades para el trabajo y el desempeño en la sociedad contemporánea.
“El Programa fue hecho con una visión de futuro, y ha logrado trascender en el largo plazo. Es una política que ha sido tomada por sucesivos gobiernos, entre otras cosas, porque existe cierto consenso en su potencial”, enfatizó Cecilia Llambí, especialista de CAF en educación. “El Programa tiene la visión no solo de apostar a la formación de capital humano en nivel terciario sino también en el nivel secundario porque hay ciertas habilidades que son deseables que los chicos adquieran no en edad de educación superior sino mucho antes. Es ahí donde se enfoca sobre todo el ProgramAr, que no busca generar habilidades de programación en sí misma solamente, sino también otras distintas”.
ProgramAr
ProgramAr es uno de los cuatro componentes del Programa de Fortalecimiento de la Capacidad Emprendedora junto al de infraestructura y equipamiento del Edificio Cero + Infinito; las becas de movilidad científica regional para el Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria (CELFI); y la generación de infraestructura, equipamiento y formación de recursos humanos del Polo Tecnológico de Medicina Traslacional de Bariloche.
El objetivo de ProgramAr es generar condiciones que permitan un aprendizaje significativo de las ciencias de la computación en las escuelas, y un incremento de la matrícula en carreras relacionadas con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el nivel terciario y universitario.
Para lograr estos objetivos se han trazado vínculos con 31 universidades públicas e institutos de formación docente de 16 provincias para llevar adelante programas de formación docente a través de cursos de corta y larga duración, la elaboración de materiales didácticos y plataformas, el dictado de talleres prácticos en escuelas secundarias, y la sensibilización sobre qué es y para qué sirve el pensamiento computacional.
“Con el fin de fomentar la elección de carreras informáticas, realizamos visitas a escuelas secundarias, durante las cuales, equipos de estudiantes universitarios dictan un taller de programación y luego explican a los adolescentes qué carreras abordan esos contenidos y cuáles son las posibles salidas laborales”, cuenta Belén Bonello, coordinadora de la iniciativa ProgramAr de la Fundación Dr. Manuel Sadosky, institución público privada encargada de la ejecución del programa. A la fecha, se visitaron 32.000 estudiantes en 400 escuelas de todo el país.
“Otra de las líneas en las que se trabaja en forma sostenida es la formación de docentes que ya están en ejercicio de su profesión. Se ofrecen dos tipos de formaciones: cursos introductorios a la programación y su didáctica, con una duración de 70 horas presenciales a lo largo de 4 meses, y especializaciones en enseñanza de las xiencias de la xomputación, con una modalidad de 400 horas. presenciales a lo largo de 2 años”, agrega Bonello. Hasta el primer semestre de 2019, 2.100 docentes ya se formaron en 12 provincias. Además de la formación en escuelas secundarias y a docentes “se realizaron capacitaciones para directivos y supervisores del sistema educativo”.
En cuanto al material didáctico, detalla que “se editó una colección de 4 manuales sobre Ciencias de la Computación para docentes. Son los primeros sobre estos temas que se editan en el país. Además, se encuentran publicados bajo licencias creative commons, lo que permite que sus propuestas sean modificadas por los docentes. Todo el material está disponible en forma gratuita”. Desde el año 2018, se realizan en forma anual Jornadas sobre Didáctica de la Programación. Este año se realizaron en la Universidad Nacional de Córdoba, donde asistieron más de 400 personas de todo el país.
En el año 2015 se concretó la puesta en línea del portal Program.Ar de la plataforma de aprendizaje y los foros de discusión virtual. Desde ese año hasta el momento –primer semestre de 2019, los resultados obtenidos arrojan que se concretaron, entre otros:
Para el próximo año se proyecta un incremento del 25% en la percepción sobre la necesidad de aprendizaje de ciencias de la computación y reforzar la generación de documentos en los foros, realización de eventos participativos de programación colaborativa – hackatón, sumar participantes en los eventos realizados, generar nuevas aplicaciones en ellos y lograr que entidades públicas o privadas incorporen algunas de esas aplicaciones.
Becas CELFI
Como segundo componente del Programa de Fortalecimiento de la Capacidad Emprendedora se destacan las becas de movilidad científica regional para el Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria (CELFI), que están orientadas a investigadores de América Latina para que participen en actividades de formación de posgrado intensiva organizadas en los Centros CELFI, o bien puedan realizar una estadía de investigación más prolongada en colaboración con científicos locales. Estos espacios de intercambio promueven el contacto entre profesionales de diferentes disciplinas de avanzada y estimulan la formación de redes de colaboración para la resolución de problemas interdisciplinarios que requieren la interacción y el diálogo entre especialistas de distintos campos del conocimiento científico.
“El CELFI trabaja para generar actividades de formación para científicos latinoamericanos en temáticas interdisciplinarias. Tenemos dos líneas de acción: una de ellas es la organización de escuelas o actividades de formación de corta duración, de una semana o dos, y la otra es la posibilidad de realizar una estadía prolongada para realizar investigación. Trabajamos en estrecha relación con instituciones académicas de Argentina, donde se instalan los Centros CELFI. Actualmente hay tres: el CELFI Datos en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, el CELFI Sustentabilidad y Desarrollo en la Universidad Nacional de Córdoba y el CELFI Física Médica Traslacional en el Instituto Balseiro en Bariloche. A través de estos centros pretendemos generar redes de colaboración entre científicos de América Latina y estimular su formación para trabajar en colaboración en la resolución de problemas complejos relevantes para la región que requieren un abordaje interdisciplinario”, asegura Vera Brudny, responsable del Programa CELFI, de la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Las actividades del CELFI están dirigidas a la generación de una agenda científico tecnológica común volcada a un modelo de desarrollo cada vez más inclusivo que contemple las problemáticas de la región. Hasta el momento un total de 1.778 estudiantes de 19 países latinoamericanos recibieron la beca para asistir a las 71 actividades organizadas por CELFI. A su vez, se otorgaron 34 becas para la realización de estadías de investigación en los Centros CELFI. Para 2020 se proyecta un incremento en la colaboración internacional y que CELFI se establezca como un Programa de prestigio regional.
Quienes han aprovechado los cursos destacan los beneficios de participar en las actividades del CELFI. Desde Colombia, Oswaldo Ochoa, de la Escuela en Desarrollo y Tecnologías Sustentables en el área de materiales poliméricos, dice: “Muy satisfactoria y enriquecedora la experiencia. Aprendí mucho de los docentes y de mis compañeros. Compartir una semana con todos ellos y conocer su trabajo fue muy provechoso para abordar de muchas otras maneras mi plan de tesis. ¡Muchas gracias CELFI!”. Desde Venezuela, Mireya Albesiano, de la Escuela Latinoamericana en Desarrollo Sustentable y Justicia Ambiental, resalta su experiencia como una “excelente iniciativa para apoyar el intercambio de conocimientos y experiencias en diversas áreas en Latinoamérica, además de raíces comunes, hermanada también por problemas similares. Impecable organización y logística. Felicitaciones. Agradecida por el aprendizaje.”
En palabras de varios científicos y estudiosos de toda la región, las becas CELFI les han brindado una posibilidad notable. “Lo que más me ha impresionado es el intercambio, el debate entre diferentes profesionales, científicos y estudiantes de toda Latinoamérica y que podemos ver cuáles las características y perspectivas que tiene cada uno en su región. Pero lo que más me impactó es poder ver la interdisciplinariedad y cómo cada idea es diferente y puede aportar al desarrollo de tu país y tú puedes también influir en el desarrollo de los otros creando toda una comunidad científica y una red que es lo que se busca con estas escuelas” sostiene Adrián Alejandro Ges Naranjo, químico nuclear de Cuba de la Escuela de Actualización en Oncología.
Por su parte, la Licenciada en Genética Pamela Kuhlman también destaca la riqueza de la interdisciplinariedad: “Nosotros somos científicos y estudiamos siempre un área en particular, pero la oportunidad que tuve fue tener otros puntos de vista sobre mi estudio y poder también observar desde otro punto de vista algunos aspectos que yo no había observado antes, me pareció una idea muy buena, lo aproveché un montón, integré muchos conocimientos que me van a ayudar a poder seguir adelante con mi proyecto”.
Llambí agrega para sintetizar que “estos programas buscan fomentar la formación de habilidades y pensamiento crítico para que estudiantes y docentes puedan buscar soluciones y resolver cualquier problema de manera creativa e inteligente, con cierta metodología de trabajo que brinda la formación en programación -en el ProgramAr- o el trabajo interdisciplinario con investigadores de punta –como en las becas CELFI-”.
Cero + Infinito
El edificio Cero + Infinito es el tercer componente del Programa de Fortalecimiento. Su desarrollo vino a resolver una demanda: la necesidad de ampliar los espacios destinados a la docencia y a la investigación. Sin embargo, ha superado ampliamente ese objetivo al convertirse en un referente arquitectónico para la región en términos de infraestructura, diseño, sustentabilidad y equipamiento.
El nombre del edificio responde a la forma de sus dos patios centrales, que desde una vista área se asemejan al número cero y al símbolo infinito. Su sustentabilidad viene dada por la novedosa incorporación de la geotermia en la región latinoamericana, que después se complejiza con las terrazas verdes –con captación de agua por losas eco-drenantes. También cuenta con eficiencia energética -que permite un ahorro de 70% del consumo de energía-; y cerramiento con un sistema de doble vidriado hermético -que facilita el aprovechamiento de la luz natural-. La arquitectura favorece y orienta el diálogo interdisciplinario a partir de espacios comunes y áreas de esparcimiento.
Esta estructura permitirá dotar de instalaciones adecuadas a centros de investigación que desarrollan temas de interés estratégico nacional, regional y de vacancia en el marco de un ámbito universitario que lo comunica con disciplinas conexas. En este emblemático edificio se emplazarán el Departamento de Ciencias de la Computación, el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, y el Instituto de Cálculo y Matemática Aplicada que se encuentran funcionando en las dependencias de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
Sus obras de construcción prácticamente han finalizado. Solo restan algunas terminaciones y parte del equipamiento, para finalmente ser inaugurado en 2020. La planta baja tendrá lugar para diez aulas de computación con capacidad para 50 máquinas cada una, junto con sus servidores y servicios de administración e impresión. También se localizarán allí 19 aulas con capacidad para 60 alumnos y 5 aulas de seminarios, como también salas de lectura y de reuniones.
Polo Tecnológico de Medicina
El proyecto del Polo Tecnológico de Medicina, que implica el desarrollo de infraestructura, equipamiento y formación de recursos humanos, es el cuarto componente del Programa. Originalmente, el Polo estaba previsto a desarrollarse en La Matanza, pero se relocalizó en la ciudad de Bariloche, provincia de Río Negro, como un esfuerzo por incentivar otros puntos del territorio argentino más alejados de la Capital Federal. Su objetivo es establecer un ámbito y cultura emprendedora para la generación y radicación de empresas, con el fin de concretar la transferencia de productos y servicios al sistema de salud y al sistema socioproductivo nacional, así como también establecer un ámbito interdisciplinario de investigación y formación de recursos humanos, a través de la unión estratégica de entidades como la Universidad de Río Negro, el Instituto Balseiro, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Comisión Nacional de Energía Atómica, INVAP, INTECNUS, y el Ministerio de Salud de Río Negro.
“Este componente busca integrar a la academia, la clínica y la empresa para buscar soluciones que den respuesta a los desafíos de la medicina moderna y mejorar la salud de la población”, comenta Llambí.
El Polo contará con laboratorios en funcionamiento que prestarán servicios tecnológicos y empresas de base tecnológica radicadas, donde se realizarán actividades destinadas a la formación, servicios y divulgación de las técnicas del área.
Rumbo a su cincuentenario, CAF tiene el orgullo de anunciar los resultados del Programa de Fortalecimiento de la Capacidad Emprendedora, que representa un aporte significativo y de calidad para la formación de estudiantes, docentes e investigadores en áreas de la ciencia y tecnología relevantes para el desarrollo productivo de los países de la región.
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