Causas y efectos de la inequidad de América Latina

14 de noviembre de 2007

Después de tres jornadas de trabajo en las que más de sesenta periodistas de Europa y Latinoamérica reflexionaron en torno a las Causas y efectos de la inequidad de América Latina, finalizó el XIII Foro Eurolatinoamericano de Comunicación, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos (APE), Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

En la clausura participó Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores de España y el subsecretario de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto Van Klaveren. Van Klaveren afirmó “son los medios de prensa los que dan cuenta del malestar de los excluidos y postergados. Debemos prestar mucha atención a estas variables, quizás tanto como a las estadísticas duras que entregan los datos y descubrir ahí maneras creativas de incorporar a todos”.

Efectivamente y es que, como ya es costumbre previo a las Cumbres Iberoamericanas de Presidentes, se realizó la versión número trece de este Foro, instancia evaluada por muchos como una gran oportunidad para el intercambio, la reflexión y la creación de redes. Lo anterior resulta especialmente valioso cuando sabemos que en las salas de redacción “el hacer bajo presión” es lo que prima.

El debate en torno a la cohesión social y a la lucha contra la desigualdad, fue el hilo conductor sugerido por la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Los resultados, una declaración con tres puntos centrales. El primero remarca que “la igualdad debe seguir siendo un objetivo de los Estados, tanto en lo que se refiere a la igualdad ante la ley, como la de oportunidades”. El segundo, enfatiza el rol de las políticas públicas y de los Estados, en garantizar los derechos sociales. La tercera recomendación pone atención a los nuevos derechos sociales y a la necesidad de que cuenten con el acuerdo de los partidos políticos.

Pero hay que resaltar que el debate abordó muchos otros temas. Pasando por el rol de las tecnologías digitales en la construcción de una nueva ciudadanía, hasta la pregunta medular de qué podemos hacer desde el periodismo para contribuir a la cohesión social. Aunque las respuestas fueron diversas, así como la multiplicidad de los participantes, hubo diagnósticos compartidos en torno a la crisis del periodismo. Afirmaciones como que los medios son empresas, que hay una marcada tendencia al sensacionalismo, la pérdida de credibilidad, falta de agenda propia, alta concentración medial con fuertísimos costos en el pluralismo y la pérdida de la capacidad de espanto, fueron algunas de las explicaciones a las dificultades por las que pasa la práctica periodística.

Pese al contexto adverso, se reconoce a los medios de comunicación y al trabajo periodístico con una función relevante para contribuir en los procesos de cohesión social. Algunas de las propuestas son: hacer un periodismo que incluya a las voces tradicionalmente silenciadas, revitalizar el rol de “perros guardianes” que fiscalizan resultados, implementar un periodismo más activo y comprometido –ya no basta con ser mediador-, trabajar con pluralidad de fuentes y versiones, enfrentar nuestra propia ignorancia y autocomplacencia.

Valor especial de esta decimotercera versión tuvo el contar con participantes invitados de otros países europeos (además de España y Portugal). Particularmente representantes de Reino Unido, Francia, Polonia. Otra diferencia en relación con otros foros previos, es que uno de los tres días de sesiones, fue de carácter abierto y se realizó en la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales, lo cual permitió que estudiantes se sumaran al debate.

Santiago es la única ciudad que ha sido dos veces sede de este encuentro internacional de comunicación. En 1996, la capital de Chile también acogió a periodistas, dueños de medios de comunicación, expertos y personalidades políticas. En esa oportunidad el tema fue Gobernabilidad y comunicación.

El próximo Foro Eurolatinoamericano de Comunicación se llevará a cabo en San Salvador, El Salvador a finales del 2008.

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