Niños en el laboratorio, adultos con vocación de científicos

Desde hace 11 años Óscar Amaya Montoya, zootecnista, ha llevado su metodología del Entorno de Aprendizaje Científico (EAC) por las escuelas de Colombia. Por un lado, sus sustentabilidad se basa en prestar servicios de laboratorios a instituciones privadas una vez ya en funcionamiento. Por otro, atiende como servicio social a alrededor de 700 niños y jóvenes, para que tengan acceso al conocimiento.

Empezaron instalando en las escualas Clubes de Ciencias, de Astrología de o Ciencias Ecológicas. "luego los niños ha ido digeriendo la ciencia y pensamos en algo más complejo, donde ellos mismos construyan su conocimiento".  En el EAC no se da a los niños ni títulos ni conceptos de laboratorio, sino que se construyen éstos fruto de un proceso experimental. Primero se estudia el fenómeno, luego se hace la formación de la idea y al final se da la terminología.

"Hemos creado una técnica para enseñar ciencia". Si el fin es la investigación, explica Amaya, se ha pasado por tres peldaños. El primero, hacer la experimentación científica, "hacer que los niños se emocionen en el laboratorio". En el segundo, se toma la investigación como materia prima. En el tercero, se trabaja la creatividad, que es el perfeccionamiento de los modelos experimentales.

"El sueño es que se equilibre la balanza social y que los niños de entidades tanto públicas como privadas tenfa acceso al conocimiento científico, que haya nivel para que ambos puedan competir en igualdad y que aquello que lleguen a la universidad lo hagan por vocación, no por casualidad".

Para Amaya, ganador del Premio Innovadores de América, un innovador es quien crea una estrategia para mejorar las condiciones de vida de una comunidad. "El premio nos dice que estamos en la senda correcta. Que cambiar la educación en América Latina depende de cosas muy simples que pueden convertirse en cosas grandes para aportar al desarrollo de la humanidad".