Cómo funciona el buen gobierno corporativo estatal

Garantizar la sostenibilidad y maximizar el valor económico y social, debe ser la premisa de las empresas de propiedad del Estado en América Latina, cuyo impacto es cada vez mayor a nivel estatal, regional y municipal

01 de junio de 2013

Cada empresa latinoamericana debe asegurarse de que su organización funcione como modelo de excelencia en el gobierno corporativo, con buenas prácticas ambientales, sociales y altos estándares éticos. Estos son algunos de los lineamientos para lograrlo, y que se detallan en el documento "Gobierno Corporativo en América Latina. Importancia para las empresas de propiedad estatal":

  1. Vincular al gobierno corporativo con los propietarios e inversionistas  que aportan capital para financiar el negocio; por los ejecutivos, gerentes y empleados  que manejen e implementen políticas y estrategias; y con el directorio, que debe representar los intereses, supervisar y brindar asesoramiento, establecer políticas que apoyen el objeto social y cumplir con su deber legal de actuar en el mejor interés de la organización.
  2. El buen gobierno corporativo es el que hace un balance entre esos tres grupos, proporcionando las condiciones óptimas para que la empresa prospere, cumpla con sus objetivos estratégicos y logre un desarrollo sostenible a largo plazo.
  3. Se debe establecer un plan de gobierno corporativo anual  que determine las actividades de mejoramiento bajo una visión estratégica de mediano plazo y la constitución de un acuerdo de gobernabilidad entre la entidad territorial y la organización. En el caso de las Empresas Públicas de Medellín, esto no solo fortaleció naturalmente el modelo de gobierno corporativo, sino que además contribuyó a cimentar la sostenibilidad y competitividad de ese grupo económico.
  4. El gobierno corporativo debe tener además de una misión política y pública, objetivos claros a nivel comercial y financiero.
  5. Para lograr un desarrollo sostenible a largo plazo, el gobierno corporativo debe describir una responsabilidad adicional para el directorio: mediar y alinear los intereses de los propietarios y gerentes con respecto a ciertos temas en los que es posible que tengan puntos de vista contradictorios, pero igual de válidos.

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