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Un grupo de expertos analizó cómo afectará el bajo crecimiento económico a las familias de clase media y a las PYMEs de la región
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Los titulares de la prensa internacional son contundentes: América Latina atraviesa una situación de bajo crecimiento económico que se extenderá durante 2016 y, muy probablemente, también en 2017.
En esto coincidió un grupo de expertos internacionales durante el debate virtual ¿Cómo afectará el 2016 a tu bolsillo?, organizado por CAF -banco de desarrollo de América Latina, que analizó el impacto de esta situación en el empleo, los salarios y el poder adquisitivo de los latinoamericanos.
"Ante la desaceleración económica las empresas tienen menos oportunidades de negocio. Además, habría una menor demanda de trabajo y podrían frenarse los incrementos salariales. En definitiva, este escenario puede suponer un deterioro de los ingresos de las familias", explicó Adriana Arreaza, directora de estudios macro económicos de CAF.
La caída de los precios de las materias primas y la reducción del financiamiento externo, según la experta, han debilitado las monedas de la región, algo que encarece las importaciones y provoca un aumento de precios, algo que reduce el poder de compra de los ciudadanos.
Entre las políticas a corto y largo plazo que los gobiernos pueden implementar para evitar que la clase media se lleve los peores efectos de la situación económica actual, están las relacionadas con la formación a los trabajadores.
"América Latina es la región con más problemas para encontrar a los trabajadores que se necesitan. Si logramos que los trabajadores tengan las capacidades que reclama el sector productivo, estamos hablando de mejoras en la productividad y en los salarios", dijo Ángel Melguizo, jefe de América Latina para el Centro de desarrollo de la OCDE.
Se debatió también sobre el papel de las PYME a la hora de generar más y mejores empleos, como actores imprescindibles para dinamizar el crecimiento e impulsar la competitividad. En el caso de Colombia, por ejemplo, donde las PYME representan cerca del 80% del empleo las empresas deben competir, cada vez más, con productos internacionales, lo cual supone un reto y a la vez una oportunidad de lograr una mayor integración en las cadenas globales de valor.
"Las PYME en Bogotá tienen una gran oportunidad de encadenarse en sectores productivos que están creciendo, especialmente en el sector de infraestructura. Además, necesitamos que las PYME den un salto en cuanto al uso de la tecnología, hecho que puede ayudar a que sean más competitivas", explicó Camilo Montes, gerente para Bogotá de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia.
Durante el debate también se exploraron las medidas que podrían ayudar a preservar los logros sociales cosechados durante la época de bonanza económica -de 2002 a 2013-, cuando se registraron tasas de crecimiento promedio de alrededor del 5%.
En este sentido, según Arreaza, las asociaciones público-privadas pueden suponer una buena alternativa para dinamizar las economías regionales, ya que le quitarían ciertas presiones al fisco y permitirían que inversiones clave en infraestructura logren materializarse.
En resumen, los expertos admiten que 2016 será un año retador para las familias de clase media de la región. Sin embargo, la situación supone también una oportunidad para impulsar reformas pendientes y para lograr una transformación productiva que garantice el crecimiento sostenido en la región, abriendo nuevas oportunidades para empresas y trabajadores.
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