Cooperación institucional: motor para el comercio exterior

Para que el accionar de una VUCE sea efectivo, debe tener un respaldo normativo, así como la previa organización estratégica de todos los procesos en las entidades involucradas.

Es común que en la toma interinstitucional de decisiones en la administración pública surjan "fallas de gobierno", pues resulta complejo que confluyan varias entidades con objetivos, especialidades, tiempos e intereses distintos entre sí, tal como lo reseña el documento Ventanilla Única de Comercio Exterior: requisitos para una implementación exitosa en América Latina.

Por citar un ejemplo de lo que implica una relación interinstitucional. Listamos las entidades públicas y privadas que participan  en la exportación de un producto agropecuario: ministerio de comercio exterior, ministerio de agricultura, ministerio de medio ambiente, ministerio de salud, banco central, aduana, entidad de vigilancia sanitaria agrícola, gremio de la producción, operadores portuarios, entre otros.  Es de esperar que una cantidad así de instituciones sea difícil de engranar, por lo que se limita la capacidad operativa del comercio exterior. 

Congestión, diferencia de intereses y de interpretaciones suelen ser los nudos que hace falta desatar para que coordinar las estrategias, la administración de procesos y se mejore el flujo de información. 

Las resistencias institucionales al cambio son un reto en la transición a la coordinación entre varias instituciones. Se trata de una característica que aparece siempre en cualquier proceso de transformación y de ello no está exento el cambio funcional que exige la VUCE. 

Por ello, es crucial que la nueva estructura coordinada desarrolle un basamento normativo sólido, con todas las condiciones de operación, el nivel y el alcance de todas las funciones delegadas y los mecanismos o canales de la información entre las instituciones participantes.