¿Cuáles son las ciudades más productivas en América Latina?

Visiones del Desarrollo es una sección promovida por CAF -banco de desarrollo de América Latina- que analiza los principales temas del desarrollo de la región. Los artículos que contiene se publican simultáneamente en los principales medios de América Latina.

02 de febrero de 2022

La productividad es el talón de Aquiles en el desarrollo de América Latina y el Caribe. A pesar del crecimiento económico y las ganancias sociales reflejadas en un aumento de la clase media y mayor cobertura en salud y educación en las últimas décadas, el producto por habitante se mantiene en niveles inferiores al 30% que la del correspondiente a Estados Unidos -el mismo nivel de hace 50 años-, según un estudio de CAF -banco de desarrollo de América Latina. El estudio destaca que el principal responsable en esta brecha respecto al PIB per cápita de los Estados Unidos es la baja productividad de las economías de América Latina.  

La eficiencia con que a nivel de las empresas y en la economía en su conjunto se utiliza el capital físico y humano para producir bienes y servicios -como se define la productividad-, en el caso de la región presenta debilidades que se pueden asociar a problemas en el proceso de entrada y salidas de empresas, a la baja innovación o crecimiento de la productividad de aquellas que sobreviven, y a una ineficiente distribución del empleo y capital entre las empresas, incluyendo a aquellas que están en la informalidad; se detalla en el reporte.

Mejorar el entorno donde operan las empresas y así promover la eficiencia en la asignación de recursos, la innovación y una mayor integración productiva, son algunos ingredientes de la receta para aumentar la productividad en América Latina y el Caribe. La concentración de más del 80% de la población de la región en las áreas urbanas, hace de las ciudades un factor estratégico para mejorar la competitividad y la calidad de vida.

CAF realizó un estudio reciente que mide los niveles de productividad en 279 ciudades de 12 países de América Latina utilizando datos de salario horario de las encuestas de hogares oficiales de los países. El trabajo muestra que existen enormes diferencias de productividad urbana dentro de los países y entre países. La máxima productividad urbana, observada en Ciudad de Panamá, supera en casi cinco veces a la mínima productividad urbana observada en Oxapampa en Perú. Se identifican agrupamientos de ciudades con alta productividad relativa en el norte industrial de México, el sudeste de Brasil y el sur de Uruguay, y de baja productividad en el norte de Argentina, el sureste de Ecuador y de Colombia, el noreste de Brasil y el sur de México.

“Entre los hallazgos más relevantes del estudio se muestra que las diferencias en el nivel educativo de la fuerza de trabajo entre ciudades contribuyen a explicar una parte significativa de las de las brechas de productividad, pero en general menor al 50 %. La relación entre tamaño de la ciudad y salario, que mide el efecto de las economías de aglomeración, también contribuye a explicar las brechas de productividad entre las ciudades de la región. Se muestra que estas economías son muy importantes en Brasil, Colombia, Panamá y Perú, juegan un rol intermedio en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Uruguay, y no son significativas en Bolivia y México”, afirmó Guillermo Alves, Economista Principal en CAF y autor del estudio.

Lenta recuperación del empleo

El capital humano es fundamental para la productividad, y las expectativas en este frente no son alentadoras para este año. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) rebajó sus previsiones para la recuperación del mercado laboral en 2022, y proyecta un déficit en horas trabajadas a nivel mundial equivalente a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo con respecto al cuarto trimestre de 2019. En el informe advierte de una recuperación lenta e incierta debido a la persistencia de los efectos de la pandemia en los mercados de trabajo del mundo.

“Tras dos años de crisis, la perspectiva sigue siendo frágil y la vía hacia la recuperación es lenta e incierta”, dijo el Director General de la OIT, Guy Ryder. “Ya estamos observando daños potencialmente duraderos en el mercado de trabajo, junto con un preocupante aumento de la pobreza y la desigualdad. En muchos casos, los trabajadores se están viendo obligados a cambiar a un tipo diferente de trabajo, por ejemplo, en respuesta a la prolongada caída de los viajes y el turismo internacional.”

Las previsiones indican que el desempleo mundial se mantendrá por encima de los niveles anteriores al coronavirus hasta 2023 como mínimo. Se estima que en 2022 se situará en 207 millones de personas desocupadas, en comparación con los 186 millones de 2019.

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