Un país desarrolla su economía en la medida que crea tecnología que es exportable y vendible. La medición de esta innovación tecnológica se puede hacer a través de cuatro indicadores:
- Solicitudes de patentes vía internacional. Es decir, la cantidad de peticiones que los residentes de un país hacen fuera de éste para patentar sus ideas. Este proceso ayuda a que un ingenio se internacionalice y la patente no pierda fuerza al restringirse su ámbito a lo nacional y, por lo tanto, con la posibilidad de que otros copien nuestra idea.
- Número de patentes otorgadas. Del total de patentes que llegan, el 60% no cumplen los primeros requisitos porque estaban mal escritas o no contienen ideas innovadoras.
- Regalías o royalties que esas patentes ofrecen a los países. Cuantas más regalías, más ingreso obtiene la economía del país. Esto sirve a su vez a impulsar aún más la innovación tecnológica.
- Exportaciones de alta tecnología. Es el último nivel de desarrollo. Este indicador determina que el país no sólo tiene capacidad de innovación tecnológica, sino que además sus ideas son vendibles al exterior, lo que se traduce en mayores réditos económicos.