CAF -banco de desarrollo de América Latina- realizó el evento “Los desafíos de la primera infancia en la pospandemia", con el objetivo de analizar los desafíos para promover un desarrollo adecuado para todos los niños y niñas desde sus primeros años de vida, ante las desigualdades económicas y sociales que se han agudizado en Uruguay y la región luego de la pandemia, y debatir acerca de las políticas públicas que abordan el problema de manera integral y eficiente.
Uno de los efectos más importantes de la pandemia de COVID-19 ha sido la suspensión de actividades escolares, incluyendo el cierre de escuelas y centros de atención a la primera infancia, lo que afectó en la región a más de 150 millones de niños, niñas y jóvenes. “No solo se los ha privado de aprendizaje sino, en muchos de casos, de alimentación y salud, así como de entornos seguros y de estimulación”, expresó el representante de CAF en Uruguay, François Borit.
Para CAF el tema es uno de los ejes centrales “en la estrategia que tenemos en el país” y es por eso que la institución está apoyando al gobierno mediante recursos y apoyo técnico “para que los niños reciban la atención que se merecen”.
Martín Lema, ministro de Desarrollo Social (MIDES), valoró que el gobierno haya asignado 50 millones de dólares con destino a la primera infancia en la Rendición de Cuentas que fue aprobada en octubre, de los cuales 30 millones corresponden al MIDES y el resto a otras instituciones.
Entre los proyectos que el MIDES priorizará en el futuro cercano, Lema destacó un mayor acompañamiento familiar para los núcleos más vulnerables –tanto presencial como a distancia- y la incorporación de técnicos a las maternidades públicas para fortalecer el diagnóstico y seguimiento de los niños.
Ana Balsa, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de Montevideo, presentó un diagnóstico en los que abordó diversos indicadores sociales relacionados con primera infancia.
En base a la Encuesta Continua de Hogares en 2020 se notaba una clara infantilización de la pobreza previo a la pandemia, siendo 10 veces más alta la tasa de niños de 0 a 3 años (21,4%) que la de mayores de 65 (2,3%).
Los niños que nacen en circunstancias adversas muestran riesgo de desarrollo en habilidades de comunicación, motricidad, resolución de problemas y habilidades socioemocionales. “Desde temprana edad se generan brechas que luego son difíciles de revertir. No hablamos de imposibles, siempre hay ventanas de oportunidades, pero esta situación es crítica y amerita respuestas urgentes”, dijo.
Posteriormente, Cecilia Llambí, ejecutiva principal en CAF, moderó el panel “Políticas públicas destinadas a la primera infancia”, que contó con la participación de cuatro mujeres referentes del MIDES, la Intendencia de Canelones, CAF y Unicef.
Cecilia Sena, directora nacional de Desarrollo Social, indicó que hubo que “repensar modelos” en el MIDES para una atención más eficiente a la primera infancia, sobre todo al comienzo de la pandemia. “La cercanía con las familias se vio perturbada en los primeros meses”. En ese sentido, el uso de las tecnologías para la atención híbrida, la articulación entre instituciones y el fortalecimiento de programas fueron “claves” para hacer frente a las demandas de la población.
Gabriela Garrido, directora general de Desarrollo Humano de la Intendencia de Canelones, destacó el programa “Mil días de Igualdad en tiempos de COVID-19”, en el que se apoyó a casi 3.000 familias con hijos en situación de vulnerabilidad, a través de una transferencia mensual de $ 1.300 y un sistema de apoyo no presencial a través de mensajes y llamadas. La inversión del programa rondó los dos millones de dólares en 2020 y cuenta con el apoyo de CAF, Unicef y la empresa Edenred.
Nora D´Oliveira, especialista en Primera Infancia de Unicef, valoró como un acierto el fortalecimiento presupuestal que viene haciendo Uruguay en la primera infancia. “Es importante que ese esfuerzo quede como una política pública instalada, con un abordaje interinstitucional, de modo de que pueda plasmarse un enfoque integral del problema” apuntó.
La experta llamó a reforzar el “cuidado al cuidador”. “Es necesario apoyar a los niños, pero también a los adultos que cuidan de esos niños, pues son ellos quienes van a generar ese ambiente cariñoso, sensible y seguro que los niños necesitan”, finalizó.
Por último, Dinorah Singer, ejecutiva principal de la Dirección de Análisis y Evaluación Técnica de Desarrollo Sostenible de CAF, expresó que desde la institución “podemos ayudar en ese proceso de alineación de distintos objetivos sectoriales, y mirar el mismo objetivo final, que debería ser: niños creciendo sanos, felices y seguros”.