Desafíos en la gestión urbana del agua

El tratamiento y disposición de las aguas residuales para conservar el medio ambiente son retos prioritarios en América Latina

02 de agosto de 2013

Los principales desafíos de la gestión del agua en las ciudades de América Latina gravitan alrededor de tres situaciones: la ocupación informal de la tierra y la precariedad de la vivienda; la baja calidad de los servicios públicos, especialmente los de agua y saneamiento; y la degradación del medio ambiente urbano con la contaminación de los cuerpos de aguas y la gestión de los residuos sólidos.

Para enfrentar estos retos, debe entenderse la gestión urbana del agua con los siguientes componentes: agua potable, saneamiento y drenaje pluvial. Así lo expone el informe Equidad e inclusión social en América Latina: acceso universal al agua y el saneamiento Serie Reflexiones sobre políticas sociales y ambientales. No 2. (CAF, 2013). Resalta que se requiere de una infraestructura suficiente para satisfacer la actividad humana con niveles de servicio predeterminados de calidad, volumen y continuidad.

En los países de América Latina, los servicios de agua potable y alcantarillado los suele prestar única empresa. El documento destaca el caso de Colombia que, como excepción, tiene un sistema de 34 corporaciones ambientales autónomas que cuentan con financiamiento de diversas fuentes.

Por otra parte, la mayoría de las fuentes de abastecimiento de agua de las ciudades de América Latina se encuentran comprometidas. En primer lugar, porque las fuentes más cercanas son insuficientes para atender el crecimiento urbano acelerado. Y porque en muchos casos las fuentes se han deteriorado por descargas de aguas servidas domésticas e industriales.

El informe concluye que para responder a los desafíos urbanos del agua se requieren soluciones coordinadas a través de varios sectores, como la zonificación del uso del suelo, los planes de transporte, y la recolección de residuos sólidos, dentro de un enfoque integrado del ciclo del agua. De esta manera, América Latina puede potenciar la calidad de los servicios de agua potable y saneamiento de la población desfavorecida, más allá de las tasas de cobertura de acceso a servicios mejorados.

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