Efectos del cambio climático en América Latina y el Caribe

El aumento de las temperaturas, la mayor cantidad y frecuencia de eventos climáticos extremos, las largas sequías, los deslizamientos e inundaciones más recurrentes, la creciente erosión costera y la acidificación de los océanos son realidades cada vez más cotidianas para las poblaciones latinoamericanas y caribeñas.

21 de noviembre de 2023

Aunque América Latina y el Caribe solo aporta el 10% de emisiones de gases de efecto invernadero, ya sufre los peores efectos del calentamiento global. Ciclones, huracanes, inundaciones, sequías, aumento del nivel del mar o pérdida de glaciares generarán cada vez más desplazamientos migratorios y pondrán en riesgo la vida de millones de personas en la región, tanto en las ciudades como en el campo. El cambio climático también afecta a las infraestructuras básicas, el suministro de agua limpia,  la producción de alimentos y a la generación eléctrica. En definitiva, pone en riesgo los medios de vida y los servicios básico de la población con perdidas y daños cuyo valor económico puede superar el 2% del PIB anual

Los datos son alarmantes: el 70% de las especies a nivel mundial están en peligro de extinción por la pérdida de hábitat y las invasiones biológicas; entre 1990 y 2014, el capital natural se contrajo por habitante en un 40%; en América Latina y el Caribe, entre 1998 y 2020 los eventos relacionados con el clima y sus impactos se cobraron más de 312.000 vidas y afectaron a más de 277 millones de personas.

Además, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en 2022 se produjo una pérdida casi total del manto de nieve en los glaciares de los Andes centrales, lo que aceleró el deshielo; las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por las fuertes lluvias causaron cientos de muertes y miles de millones de dólares en pérdidas económicas en toda la región; y durante enero, noviembre y diciembre de 2022, América del Sur sufrió olas de calor largas e intensas que, combinadas con la sequía del suelo, provocaron incendios forestales sin precedentes.

Estos fenómenos se dan con el aumento actual de 1.3 grados en la temperatura del planeta con respecto a los niveles pre-industriales. Según proyecciones de la OMM, existe un 66% de probabilidades de que entre 2023 y 2027 se superen los 1.5%. Este escenario está considerado por algunos científicos como un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático, ya que evidencia la incapacidad de llegar a tiempo para tener sistemas productivos que sean carbono neutrales, algo que acelerará tanto el calentamiento de la tierra como la intensidad de los efectos del cambio climático.

La noticia esperanzadora  es que América Latina y el Caribe es una de las regiones más determinantes para solucionar la crisis climática. La abundancia de sus recursos naturales, así como la extraordinaria riqueza y biodiversidad de sus ecosistemas, la posicionan en un lugar exclusivo en la lucha global contra el cambio climático.

La región posee seis de los países más biodiversos del mundo que contienen el 70% de las especies de mamíferos, aves, reptiles, anfibios, plantas e insectos. Además, tiene el 40% de la biodiversidad y más del 25% de los bosques a nivel mundial, mientras que el 50% de la vida vegetal del Caribe no se encuentra en ninguna otra parte del planeta. Asimismo, los ecosistemas costeros y marinos de la región cubren una superficie de 16 millones de km2 y más de 70.000 km de costa.

Los ecosistemas naturales son una fuente importante de protección y adaptación al cambio climático, ya que contribuyen, entre otros, a moderar eventos climáticos extremos, a regular el clima y a absorber emisiones de carbono. De hecho, se calcula que alrededor de un tercio de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que se necesitan en la próxima década podrían lograrse mejorando la capacidad de la naturaleza para absorber las emisiones, un hecho que de beneficia a América Latina y el Caribe.

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