El rol de la institucionalidad para impulsar la competitividad

La conferencia "Construcción de la Competitividad: la importancia de su institucionalidad y la participación" contó con el patrocinio de CAF - banco de desarrollo de América Latina.

13 de junio de 2017

La Universidad Católica del Uruguay, a través del Instituto de Competitividad de su Facultad de Ciencias Empresariales, recibió a un grupo de alumnos y docentes en el marco de la conferencia "Construcción de la Competitividad: la importancia de su institucionalidad y la participación", que tuvo como oradores al contador Martín Dibarboure, subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y al profesor experto en estrategia Sabin Azua, director de la empresa B+I Strategy, invitado especial proveniente del País Vasco.

La actividad, que contó con el apoyo de CAF -banco de desarrollo de América Latina- y Sepé -Centro de Innovación y Gestión Tecnológica Aplicada de la Industria Oleaginosa- resumió tres ideas claves como la construcción del proceso de competitividad, la gobernanza adecuada para su gestión eficiente y la participación de actores públicos y privados.

Antecediendo a la presentación central de la actividad, Dibarboure realizó una exposición del estado de la competitividad en Uruguay y la creación del Sistema Nacional de Transformación Productiva y Competitividad SNTPC, repasando el rol de las instituciones y los esfuerzos que se han realizado para avanzar en este proceso. "Con la institucionalidad no alcanza, es necesaria pero no suficiente. Hay que involucrarse porque el Estado, el privado o la academia solos no pueden, se puede si trabajamos de manera coordinada, ponemos energía positiva y miramos lo que tenemos, porque somos ricos en cuanto a las posibilidades de que todos accedan a un bienestar mayor", señaló.

Azua, explicó que la competitividad no es un asunto del gobierno sino de globalidad del país y que el futuro debe delinearse con una dirección específica y políticas constantes, acompañado además de un contexto muy participativo del conjunto de la sociedad.

"La competitividad no se construye en años sino en décadas. Debemos ponernos de acuerdo en el tipo de país que queremos tener y en base a esto articular políticas. No puede estar al arbitrio de los tiempos políticos", señaló.

Si bien hay que mirar a los demás, una de las pautas fundamentales de cualquier política de competitividad, explicó, está en reforzar la identidad propia. Indicó también que el tamaño del país no es una excusa para ser competitivo.

"La buena noticia para países como Uruguay es que las cadenas globales se rompen. En determinadas cadenas para poder competir tienes que tener una gran dimensión, pero todas presentan nichos de mercado y segmentos de clientes que están esperando que los atiendan directamente. Ahí es donde pueden estar las empresas de Uruguay con productos de alto valor añadido", manifestó.

Como punto central Azua explicó que ninguna sociedad puede ser competitiva sin un fuerte nivel de cohesión social. En ese sentido puso como ejemplo a Finlandia, que está enfocado en generar un mejor nivel de vida con base en el modelo educativo, a Dinamarca, el país del mundo con mejor balance ecológico, calidad de vida e innovación, y el País Vasco, que tiene comoleit motivser el país con menor desigualdad social apostando a una política industrial. 

"Si queremos generar riqueza de largo plazo, sostenida y que impacte en la sociedad tenemos que tener un tejido industrial productivo y competitivo a nivel internacional, porque la industria es la que más empleo genera y el 80% de la investigación y desarrollo en el mundo está vinculado con actividades productivas y ese es el elemento que tenemos que proteger", indicó.

Para finalizar, realizó cuatro recomendaciones para mejorar la competitividad. La primera fue el compromiso intergeneracional, pensando en dejar una mejor organización que la que se recibió. Luego la colaboración público-privada, la visión sistémica y la necesidad de asumir riesgos, tomando apuestas, decidiendo y equivocándose.

"Para Uruguay recomiendo por un lado perseguir la acción y agilidad. No hablemos tanto y actuemos porque el mundo cambia a un ritmo muy grande y no va a esperar a que tomemos decisiones. Por último, pongan pasión, de eso va a depender el futuro", culminó.

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