El rol de las instituciones para mejorar el entorno productivo de las empresas y aumentar la productividad de Bolivia y la región

De acuerdo al Reporte Economía y Desarrollo de CAF, Bolivia, como el resto de la región latinoamericana ha crecido; pero no lo suficiente. El problema no es tanto qué se produce, sino cómo se hace; es decir la falta de eficiencia con que las empresas usan el capital humano y físico para producir bienes y servicios de calidad.

 

23 de noviembre de 2018

El PIB per cápita de Bolivia ha evolucionado de forma favorable, pero sigue siendo bajo debido a la escasa productividad que rezaga el desarrollo del país, tal como ocurre en el resto de Latinoamérica desde hace más de 50 años, según el Reporte Economía y Desarrollo (RED) 2018 de CAF –banco de desarrollo de América Latina- presentado en Bolivia en las ciudades de La Paz y Santa Cruz.

En la inauguración del evento de presentación en La Paz, estuvo presente Gladis Genua representante de CAF en Bolivia, el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Eugenio Rojas, y el rector (ai) de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, Alejandro Mercado.

En Santa Cruz, la inauguración estuvo a cargo de  la rectora, Universidad Privada de Santa Cruz, Lauren Müller,  la representante de CAF en Bolivia, y el Gobernador del Departamento de Santa Cruz, Rubén Costas.

El economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF, Manuel Toledo, que llegó al país para la presentación, explicó los alcances del informe RED 2018 "Instituciones para la Productividad: Hacia un mejor entorno empresarial"

El informe diagnostica las dificultades que afectan la productividad económica y concluye que "el problema de la región no es lo que produce, sino cómo lo produce", rezago que se asocia con debilidades en los mecanismos de entrada y salida de empresas, la baja innovación y una ineficiente distribución del empleo y capital entre los establecimiento productivos, incluyendo a aquellos que están en la informalidad. 

El estudio también señala que en los últimos años América Latina ha dado pasos hacia adelante en la estabilidad macroeconómica y la inclusión social, pero su Producto Interno Bruto (PIB) por habitante sigue estando 24% por debajo de Estados Unidos. En el caso de Bolivia, el PIB por habitante representaba en 1960, casi 8% del de Estados Unidos y en 2014 la cifra evolucionó a cerca de un 12%.

En más de medio siglo, Latinoamérica no ha mostrado avances significativos en el PIB per cápita, a diferencia de lo que ha ocurrido con países de Asia y Europa, como Corea del Sur o España, según ha establecido la investigación del organismo financiero regional. La brecha se debe al rezago en la productividad, es decir a la falta de eficiencia con que las empresas usan el capital humano y físico para producir bienes y servicios de calidad.

 En Bolivia, la productividad por trabajador es el 11% la de Estados Unidos, igual o menos de la mitad del promedio de 25% que exhibe América Latina. Bolivia tiene una de las tasas más altas de población en la informalidad con una educación incompleta en secundaria.

La competencia, el acceso a insumos y cooperación entre empresas, las relaciones laborales y el financiamiento son ámbitos claves en los que las instituciones pueden actuar para mejorar el entorno productivo de las empresas, por lo que el estudio recomienda prestar atención e impulsar mejoras en esos escenarios.

El 60% de los establecimientos bolivianos del sector servicios considera que los permisos y licencias representan un obstáculo importante para operar en el mercado y, según el Índice de Restricciones Globales al Comercio, Bolivia tiene en esa área limitaciones más altas que los países de la OCDE, de la Unión Europea y el promedio de América Latina.

En el ámbito laboral, la brecha de género, el mal emparejamiento entre las habilidades de los trabajadores y sus tareas y la enorme concentración de la fuerza de trabajo en empleos informales de baja productividad, son patrones que impiden un mejor desempeño económico.

El reporte señala el hecho de que ciertas políticas que buscan proteger el empleo, fijar salarios o impuestos pueden tener efectos negativos sobre la productividad, por lo que el desafío de cada economía es lograr un balance de esas políticas con medidas que no afecten la innovación, ni la asignación de recursos y no promuevan la informalidad.

También son importantes las adecuaciones regulatorias para el sistema financiero en los procedimientos para la bancarrota y en el favorecimiento del acceso a la financiación.

No obstante, a diferencia de otras áreas, Bolivia tiene el tercer mercado regional de crédito más grande de América Latina, con un 64%, y un porcentaje de población adulta con acceso a una cuenta bancaria del 60%, mayor al promedio de América Latina (55 %), entre otros datos del área financiera que destaca a nivel regional.

El estudio concluye que para lograr ganancias de productividad hace falta un cambio institucional que demanda consensos políticos no siempre fáciles de alcanzar, pero presenta aportes que trazan un camino para conseguir un mayor desarrollo productivo.

Los resultados de la investigación fueron analizados en ambas ciudades bajo la modalidad de panel moderado por  Carolina Gutiérrez, economista principal de la Dirección de Estudios Macroeconómicos de CAF. En La Paz, el panel estuvo integrado por el ministro Eugenio Rojas, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Ronald Nostas, y el director de la Escuela de la Producción y la Competitividad de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, Gonzalo Chávez.

El panel en Santa Cruz estuvo conformado por Wilfredo Rojo, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores, Walter Morales, vicepresidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz; Pablo Mendieta, subgerente, Centro Boliviano de Estudios Económicos de CAINCO.

Durante la presentación en La Paz, el Ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural,  Eugenio Rojas, agradeció a CAF por la investigación realizada y por los datos arrojados sobre Bolivia e indicó que los mismos permitirán al Estado boliviano, esforzarse y seguir trabajando en la mejora de la productividad.

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