Cerca de 800 estudiantes rompen la brecha digital gracias a Ayuda en Acción y CAF

  • A través del proyecto Escuelas digitales resilientes, ambas entidades acompañan a 13 colegios e institutos públicos de cuatro comunidades autónomas en su proceso de transformación digital.
  • Desde enero, estudiantes de 5º y 6º de primaria utilizan ordenadores como una herramienta educativa más en el aula y docentes y los centros participantes han recibido formación en el mantenimiento de equipos y uso de plataformas educativas, y acompañamiento para la elaboración de sus propios planes de digitalización.
  • CAF y Ayuda en Acción trabajan para crear un modelo que pueda replicarse en América Latina donde ambas operan.

08 de junio de 2021

La pandemia ha situado a las nuevas tecnologías como una herramienta imprescindible para garantizar el derecho a una educación inclusiva, de calidad y en igualdad de oportunidades para todo el alumnado. Sin embargo, las barreras de acceso y de uso de la tecnología que se encuentran 1 de cada 10 estudiantes en España se convierten en obstáculos insuperables en contextos como el generado por la COVID-19. Ante esta situación, Ayuda en Acción, gracias a la contribución de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, ha puesto en marcha el proyecto Escuelas digitales resilientes, a través del cual se acompaña a 13 centros educativos de Andalucía, Aragón, Extremadura e Islas Baleares para que avancen en su transformación digital.

Ambas instituciones han organizado una jornada de intercambio de experiencias para poner de relieve los aprendizajes y resultados obtenidos durante este primer semestre. Desde enero de este año, han dotado a cerca de 800 estudiantes de 5º y 6º de primaria de equipos Chromebook para uso individual, ello ha servido para asegurar su acceso a una educación 100% digital. El proyecto ha proporcionado formación a 144 docentes que han desarrollado sus conocimientos y competencias digitales, ha formado y acompañado a los responsables TIC de los centros educativos y ha apoyado a los centros en la construcción y desarrollo de su propio plan de digitalización y de un modelo de sostenibilidad.

Durante la apertura de la jornada, Jaime Montalvo, presidente de Ayuda en Acción, ha expresado su satisfacción por estar presente en este encuentro “con la pieza más importante de nuestro trabajo en España: nuestros maestros. Parte del éxito de este proyecto y de otros que desarrollamos es el impulso y el empuje que están dando nuestros educadores. Ellos no solo han trabajado con gran esfuerzo para no dejar a ningún estudiante atrás durante el confinamiento, sino que luchan día a día para garantizar el derecho a una educación inclusiva a todo el alumnado”.

En palabras de Jose Antonio García Belaunde, representante de CAF para Europa, “los problemas de la digitalización en las escuelas no son exclusivos de América Latina, ya que vemos que en países como España aún evidencian brechas en las zonas más vulnerables. CAF siempre ha mostrado su compromiso con sus países miembros y en estos momentos de fragilidad en ciertos sectores, es donde demuestra su deber como aliado”. Asimismo, añadió el directivo, “es de vital importancia encontrar modelos que sean replicables en la región y que nos permitan extraer aprendizajes para hacer proyectos que generen un alto impacto”.

Los docentes y equipos directivos también han tenido ocasión de compartir experiencias y expresar los principales retos que afrontan en su transformación digital. Durante sus intervenciones han destacado la importancia de contar con un plan trazado a medio y largo plazo que les sirva de acompañamiento. Además, han reconocido que su capacidad de liderazgo es fundamental para la sostenibilidad del proyecto y para impulsar ese cambio que han iniciado gracias a Escuelas digitales resilientes.

Escuelas digitales resilientes: los protagonistas valoran el proyecto

Una mayor motivación y concentración del alumnado, una mejora significativa en su proceso de aprendizaje y la oportunidad de desarrollar sus capacidades digitales en la escuela. Estos son los principales beneficios del uso de la tecnología en el aula que destacan los docentes que han participado en el proyecto.

Al término del curso escolar del año pasado, el 88% de las familias que participan en el programa de acción social de Ayuda en Acción en España no disponían de conectividad suficiente en sus hogares y 6 de cada 10 estudiantes tenían unos conocimientos digitales tan básicos que eran incapaces de trabajar con documentos en red o adjuntar archivos a un correo electrónico. Estas fueron algunas de las principales conclusiones que Ayuda en Acción extrajo de un estudio que impulsó para analizar las necesidades, dificultades y fortalezas de 37 centros educativos durante el periodo de confinamiento. A raíz de estos resultados, la ONG y CAF iniciaron en enero de este año Escuelas digitales resilientes con el objetivo de contribuir a que el sistema educativo, y en especial su transformación digital, no dejara a ningún estudiante atrás.

“Nuestro paso por Escuelas digitales resilientes no solo nos está permitiendo romper la brecha digital entre nuestro alumnado, las familias y el propio profesorado, con una formación más adecuada y adaptada al proceso educativo. También está facilitando a nuestros estudiantes a que accedan a una educación más igualitaria”, destaca David Núñez, director del CEIP Pablo VI de Sevilla.

Por su parte, Virginia Notivoli, secretaria del CEIP José Antonio Labordeta de Zaragoza, recalca: “en nuestro centro hay muchas familias que no tienen acceso a un ordenador o a Internet, y el que puedan manejar un dispositivo en clase supone una gran oportunidad para ellos ya que nos va a permitir, a la vez, trabajar sus competencias digitales. No debemos de olvidar que, aunque pertenecen a la generación de nativos digitales, no saben enfrentarse a un ordenador, escribir un correo electrónico o buscar información en la red. Ello les abrirá muchas puertas en su futuro”.

Escuelas digitales resilientes continuará durante el primer trimestre del curso 2021-2022, realizando un seguimiento de la evaluación de impacto social del proyecto, el cual está previsto que finalice en noviembre. Dicha evaluación permitirá conocer el alcance de los resultados conseguidos y, en paralelo, crear un modelo de trabajo para que dicho proyecto pueda ser replicado y escalado en otros países de América Latina donde ambas instituciones tienen presencia.

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