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26 de noviembre de 2024
La COP27 que se celebra en Sharm el-Sheij, Egipto, encara su segunda semana sin demasiadas certezas acerca de los acuerdos que se desprenderán de las negociaciones. Por un lado está la necesidad de que las economías más industrializadas sean más ambiciosas en sus compromisos de reducción de emisiones y, por otro, los países en desarrollo, que históricamente han contaminado menos, reclaman más financiamiento para medidas de adaptación.
14 de noviembre de 2022
Uno de los puntos calientes de las discusiones que se llevan a cabo en Sharm el-Sheij es el relacionado con el concepto de pérdidas y daños, que enfrenta la visión de los países industrializados con las regiones emergentes.
El concepto hace referencia a las pérdidas económicas ocasionadas por el calentamiento global (como viviendas o negocios), a los daños no económicos (como muertes o erosión de la biodiversidad), y a si los países más contaminantes deberían financiar a los países que reciben los peores efectos del cambio climático.
Las pérdidas y daños es una reivindicación histórica de las regiones en desarrollo, que han contribuido muy poco al cambio climático, y cuyas necesidades están relacionadas con las medidas de adaptación. En América Latina y el Caribe, los desastres naturales como inundaciones, sequías, huracanes, generan pérdidas de hasta un 3% del PIB.
Según un informe de Loss and Damage Collaboration, las 55 economías más vulnerables al cambio climático experimentaron pérdidas de más de USD 500.000 millones en los últimos 20 años, una cifra que podría aumentar exponencialmente en los próximas años.
En paralelo, la segunda semana de negociaciones también debe fijar nuevos compromisos de reducción de emisiones de todos los países, y generar acuerdos para descarbonizar el transporte, migrar más rápidamente hacia las energías renovables, expandir las prácticas de la agricultura sostenible o reforzar la financiación a medidas de adaptación.
Desde CAF, estamos tratando de posicionar a América Latina como un actor determinante en la lucha global contra el cambio climático, ya que alberga alrededor del 60% de la biodiversidad, el 50% de los bosques primarios y el 28% de la tierra con potencial para la agricultura. Por eso, el planeta necesita del liderazgo de la región para garantizar su propia supervivencia, y la región deberá aprovechar esta posición para lograr un crecimiento económico sostenido que le ayude a superar las brechas estructurales en pobreza, competitividad e inclusión.
Es imprescindible el apoyo internacional, los consensos regionales y la integración de todas las voces, incluyendo las de las comunidades indígenas, cuyos modos de vida constituyen un referente del respeto al entorno, decisión política y trabajo conjunto para impulsar medidas basadas en la naturaleza que contribuyan a preservar los ecosistemas naturales.
CAF durante la primera semana de la COP27
La participación de CAF en la primera semana de la COP27 ha tratado de levantar la voz de América Latina y el Caribe y de promover alianzas para convertirnos en una región de soluciones climáticas. Para ello, hemos tenido una agenda de eventos y reuniones bilaterales con actores clave de la lucha contra el cambio climático, entre los que destacan los siguientes:
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