Infraestructura: clave para la productividad y el crecimiento sostenible en América Latina

América Latina está saliendo de una prolongada desaceleración económica, apoyada por mejores condiciones mundiales como la mejora en el comercio global y el aumento del precio de las materias primas. Este fue uno de los mensajes claves de Adriana Arreaza, directora de Estudios Macroeconómicos de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, para explicar cómo empezó el año la región a los inversionistas presentes en el Foro de Infraestructura en América Latina, organizado por el Consejo de Negocios para Australia y Latinoamérica (ALABC por sus siglas en inglés) en Melbourne.

"Las previsiones de crecimiento de la región se ubican alrededor de 1% para 2017, signadas por el fin de la recesión en Brasil y Argentina.  No obstante, la recuperación se perfila lenta. Existen riesgos que pueden ralentizar la recuperación, asociados con la adopción de medidas proteccionistas en Estados Unidos, una suba de las tasas de interés por parte de la FED más rápida que la esperada, la demora en la ejecución de grandes proyectos de inversión en la región y la incertidumbre derivada del gran número de procesos electorales que tendrán lugar en los próximos dos años en la región", agregó Arreaza.

Durante su intervención en el Foro señaló que el débil desempeño de la región responde también a que el crecimiento potencial se ha reducido, lastrado por una baja productividad. Los elevados costos logísticos son uno de los factores que más pesan sobre la productividad y la competitividad de la región, explicados en buena medida por la brecha de infraestructura en sectores claves como vialidad, facilidades portuarias, aeroportuarias y de almacenamiento. Si bien esto forma parte de la agenda de muchos gobiernos de la región, la ajustada situación fiscal en muchos países hace necesario atraer recursos privados para apuntalar la inversión necesaria para cerrar esta brecha.

Jorge Kogan, asesor de la Vicepresidencia de Infraestructura de CAF, aseguró que para superar el déficit de infraestructura y mantenerse al día con el crecimiento y el desarrollo, América Latina debe invertir anualmente entre el 5% y el 6% del Producto Interno Bruto (PIB). En su presentación afirmó que la inversión en infraestructura en 2016 estuvo a niveles de 2008, y que las necesidades varían dependiendo de los sectores: los servicios de electricidad y telecomunicaciones son aceptables; puertos y aeropuertos necesitan desarrollo adicional; mientras que los retos más importantes son el agua y el alcantarillado, las carreteras, el transporte urbano y los ferrocarriles.

Entre los retos en materia de infraestructura se destaca el fortalecimiento de las instituciones -creación de capacidad, planificación, coordinación, más y mejores proyectos-; promover el desarrollo de empresas relacionadas con infraestructuras; impulsar el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre gobiernos, regiones y ciudades; información robusta para el proceso de toma de decisiones; entre otros.

"CAF puede ser un instrumento importante para fomentar la colaboración entre Australia y América Latina y convertirse en una plataforma para el intercambio de conocimientos y experiencias", manifestó Kogan.

La inversión en infraestructura también promueve la integración física, el desarrollo de fronteras económica y comercial energética, financiera normativa y logística cultural y social.