Innovación social para mejorar el acceso a agua potable en zonas rurales

El modelo de intervención aborda el conjunto de la cadena de valor de los servicios de agua potable, desde la captación hasta las conexiones domiciliarias con intervenciones técnicas y sociales de pequeña escala que logran la optimización o recuperación del funcionamiento operativo del sistema de agua potable; sumado a la gestión comunitaria que consiste en el fortalecimiento de capacidades, proponiendo soluciones técnicas y sociales innovadoras con resultados sostenibles y costo efectivos.

28 de abril de 2021

La localidad de Trigopampa, ubicada en los Andes de Perú a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar, tiene un clima y una geografía envidiable, pero no tenía un servicio eficiente de agua potable. Según cifras del Banco Mundial, aproximadamente 37 millones de personas no tienen acceso a agua potable en América Latina, pese a contar con cerca de la tercera parte del total de fuentes de este tipo en el mundo.

“El agua no estaba limpia. Tomábamos por tomar y no había mantenimiento del sistema. Gracias a las autoridades y a los ingenieros de Agualimpia, quienes nos explicaron y capacitaron cómo se debía mantener el agua con cloro, qué tiempo y qué cantidad echar, ahora mantenemos el agua limpia y se paga 18 soles (5 dólares) anuales por cada usuario”, afirma Margarita Mercedes Chinchay Rosales, ex vocal de la Junta de Administración de Servicios de Saneamiento (JASS) de Trigopampa.

Las comunidades rurales en las que los recursos del Estado no alcanzan para construir nuevas infraestructuras y están comprometidas en mejorar su calidad de vida, han encontrado una alternativa en Aguarural, un modelo de innovación social de rápido impacto para la optimización de los servicios de agua potable.

El modelo de intervención aborda el conjunto de la cadena de valor de los servicios de agua potable, desde la captación hasta las conexiones domiciliarias con intervenciones técnicas y sociales de pequeña escala que logran la optimización o recuperación del funcionamiento operativo del sistema de agua potable; sumado a la gestión comunitaria que consiste en el fortalecimiento de capacidades, proponiendo soluciones técnicas y sociales innovadoras con resultados sostenibles y costo efectivos.

“Las comunidades no solo contribuyeron con su mano de obra no remunerada en intensivas faenas comunales cofinanciando de manera significativa los trabajos de mejoramiento infraestructura haciendo la inversión costo-eficiente, también participaron activamente en los procesos de fortalecimiento de capacidades de gestión de los servicios antes, durante y post ejecución, logrando una provisión continua de agua segura. Hemos implementado un modelo de gestión participativo y desde la base orientado a mejorar las condiciones de vida de las comunidades vulnerables y fortalecer la gestión territorial local, con el potencial de ser replicado y convertirse en un referente piloto para futuros proyectos de inversión pública en Perú y la región”, afirmó Ana Mercedes Botero, directora de Innovación Social de CAF –banco de desarrollo de América Latina.

La alianza estratégica de CAF y la ONG Agualimpia para implementar este modelo innovador, flexible y adaptado a las realidades del contexto rural, ha beneficiado a más de 7.600 personas con acceso a agua de calidad en 13 localidades rurales del Perú, en los departamentos de Ancash, Arequipa y Cajamarca.

 

Lejos de los ODS 2030 en agua

La Organización de Naciones Unidas (ONU) advierte en un reciente informe que incluso antes de la pandemia del COVID-19, el mundo estaba lejos de cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (ODS 6): garantizar el agua y saneamiento para todos al 2030. Las cifras hablan solas: 785 millones de personas en el mundo carecen de los servicios básicos de agua potable. Entre estos, 8 de cada 10 viven en zonas rurales y casi la mitad vive en los países menos desarrollados. La tasa actual de progreso debe cuadriplicarse para alcanzar la meta mundial de acceso universal a 2030.

“Este informe muestra que tenemos que hacer más y mucho más rápido. Muchas fuentes de agua se están secando, contaminándose más o ambos. Asegurarnos de que haya agua y saneamiento para todas las personas, para todos los propósitos, para 2030 ayudará a la sociedad global a prepararse para el futuro contra las muchas y variadas amenazas que se avecinan”, asegura Gilbert F. Houngbo, presidente de ONU-Agua y presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.

Con el propósito de acelerar las acciones para alcanzar el ODS 6, ONU-Agua ha fijado cinco iniciativas, entre las que se encuentra la promoción de prácticas innovadoras y uso de tecnologías para conducir a una mejora del agua desarrollo de recursos y saneamiento y administración. Finalmente, hace un llamado a aumentar el nivel de participación de la comunidad y los usuarios. En todos los subsectores, solo 14 de 109 los países reportan altos niveles de participación de los usuarios para la gestión colaborativa y toma de decisiones.

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