“Los Alteños”, una visión fotográfica de El Alto boliviano

03 de diciembre de 2010

(La Paz, 3 de diciembre de 2010).- Después de 25 años de existencia, la realidad y los contrastes de la ciudad de El Alto son reflejados -a través del arte fotográfico- en el libro “Los Alteños”. El documento histórico de más de 250 páginas fue producido por los fotógrafos Patricio Crooker y Alfredo Zeballos, el periodista Mario Roque, fundador del periódico El Alteño y la comunicadora Gabriela Romero.

“En el fondo y en la forma, la obra transmite la intensa búsqueda de identidad propia en la que se encuentra El Alto y sus habitantes”, afirmó el fotógrafo Patricio Crooker describiendo la obra que fue apoyada por CAF, banco de desarrollo de Latinoamérica, y las empresas Soboce, Viva y Sumapacha.

Por su parte, Emilio Uquillas, director representante de CAF en Bolivia, manifestó que “al ser El Alto una ciudad de amplio dinamismo económico y vibrante movimiento demográfico, constituye un modelo de expansión urbana con profunda representatividad de la nacionalidad boliviana que merece ser expuesta al mundo a través de obras como la que en esta ocasión presentan los autores del libro”.

Las imágenes presentadas en el documento emergen de las entrañas mismas de los alteños y constituyen, hacia afuera, una síntesis de Bolivia, y al mismo tiempo, un paradigma del camino que una ciudad joven puede elegir.

En el libro se pueden observar imágenes que reflejan múltiples facetas de la ciudad, desde la lucha libre de mujeres hasta el desarrollo pujante de las industrias, pasando por el gran comercio de la feria “16 de Julio”, los deportes, fiestas, entradas folclóricas, arte y cultura. Se trata de una obra que merece ser vista tanto por bolivianos como por extranjeros, para apreciar la riqueza de la cultura latinoamericana.

La ciudad de El Alto pertenece al departamento de La Paz y está ubicada a 4.000 metros sobre el nivel del mar, cobijando a cerca de un millón de habitantes. La fotografías del libro patentizan los diferentes aspectos que engloban a su población, cada una de sus zonas, la unión y sincretismo de una cultura Aymara milenaria, la rebeldía y espíritu de lucha de su población y una nueva cultura cosmopolita de frente al siglo XXI.

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