Los desafíos del agua potable y el saneamiento

América Latina ha respondido al crecimiento de sus ciudades alcanzando coberturas de agua potable y alcantarillado sanitario superiores al 80% en casi todos los países, aunque parte de ese porcentaje se cubre con métodos rudimentarios

09 de agosto de 2013

El crecimiento exponencial de la población y las ciudades, la migración a los centros urbanos de poblaciones anteriormente rurales y la poca planificación representan los mayores retos a superar para proveer agua potable suficiente y de mayor calidad en América Latina.

Los desafíos están en entender las dinámicas de crecimiento de los últimos 50 años explica el especialista Abel Mejía Betancourt, consultor de CAF en temas a gua y saneamiento, en el informe  Equidad e inclusión social en América Latina: Acceso universal al agua y el saneamiento (CAF, 2013).

Mejía resalta que en este período, "la población urbana creció a un ritmo vertiginoso". Pasó de 64 millones en 1950, a 384 millones en el 2000, y 458 millones en el 2010. El crecimiento disparó también la demanda de servicios vinculados al agua, tales como agua potable, alcantarillado, tratamiento de aguas residuales, drenaje urbano y control de inundaciones.

En relación al agua, durante este mismo período, los países han tratado de responder al crecimiento de sus ciudades, asignando prioridad a la extensión de las redes de agua y alcantarillado sanitariopara atender a los nuevos habitantes urbanos. Así se ha alcanzado una cobertura de agua potable y alcantarillado  sanitario superior al 90% y al 80%, respectivamente, en prácticamente todos los países, aunque se estima que el 25% en cada una se implementa con métodos precarios.

Simultáneamente, otros elementos de la infraestructura hídrica urbana han quedado rezagados, como son el drenaje pluvial, el tratamiento de las aguas servidas y los sistemas troncales de conducción de agua potable y cloacas. Al mismo tiempo, se registra una fuerte degradación ambiental de los ríos, lagos, y acuíferos urbanos, la cual se asume como otro reto primordial para preservar la calidad de las fuentes de agua de las ciudades.

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