Países andinos incrementan sus ingresos por concepto de biocomercio

Más de medio centenar de representantes del sector público y privado se capacitaron sobre normativas ante el nuevo escenario establecido por el Protocolo de Nagoya, el cual busca la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos con fines comerciales.

13 de septiembre de 2018

Las ventas por parte de empresas de Biocomercio se han incrementado en los últimos años en Ecuador, Colombia y Perú; siendo este último uno de los países líderes en el desarrollo de cadenas de valor del biocomercio y bionegocios, pues actualmente las ventas de productos derivados de alimentos naturales, plantas medicinales y aromáticas nativas bordean los USD 460 millones anuales en los Estados Unidos.

Así se reveló durante el taller “Promoviendo una implementación efectiva y concordada del Protocolo de Nagoya y el Biocomercio en el Perú”, organizado el 12 y 13 de setiembre por la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en coordinación con el Ministerio del Ambiente (MINAM), el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) y Promperú, con el apoyo de CAF –banco de desarrollo de América Latina, la Secretaria de Asuntos Económicos y de Cooperación de Suiza (SECO) y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ).

Al respecto, David Vivas Eugui, oficial para Asuntos Legales, Unidad de Comercio Medio y Ambiente de la UNCTAD, detalló que el taller capacitó a más de medio centenar de representantes del sector público y privado en mejores prácticas regulatorias y administrativas para promover el biocomercio en armonía con las normativas ante el nuevo escenario establecido por el Protocolo de Nagoya, el cual busca la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos con fines comerciales.

Asimismo, se recogieron aportes al “Manual de Biocomercio. Acceso y participación de beneficios” y “Estrategia nacional de negociación para la elaboración de contratos de acceso a los recursos genéticos y sus derivados”, documentos elaborados por UNCTAD a fin de apoyar a las autoridades peruanas en la definición de líneas de acción para una implementación efectiva y concordada, así como para introducir incentivos administrativos que permitan a las empresas cumplir con los nuevos estándares exigidos por el mencionado protocolo.

 

Megadiversidad y biocomercio

Tras ratificar el compromiso institucional de promover la conservación y puesta en valor de la biodiversidad ante el considerable capital natural que alberga América Latina e impulsar -entre otras acciones- el Programa de Biocomercio Andino, René Gómez-García, coordinador de la Unidad de Negocios Verdes de CAF, sostuvo que dicha ventaja comparativa tiene que convertirse en ventajas competitivas, para lo cual –dijo- se necesitan herramientas para crear condiciones de transformación productiva que permita potenciar su desarrollo. “Apoyamos proyectos que eleven la competitividad al facilitar recursos e instrumentos científicos, tecnológicos, de inclusión social y gestión que permitan superar los desafíos de financiamiento”, resaltó.

A su turno, Martin Peter, jefe de la Cooperación Suiza en Perú, remarcó que SECO considera el biocomercio como una valiosa herramienta para la promoción de la biodiversidad y una oportunidad de desarrollo sostenible para los países megadiversos de la región.

Según datos del MINAM y Promperú –entidad adscrita al MINCETUR- actualmente las ventas de los productos peruanos derivados de alimentos naturales y plantas medicinales y aromáticas nativas bordean los USD 460 millones anuales en los Estados Unidos. Las empresas de este rubro en el Perú se han centrado principalmente en la recolección, cultivo, destilado, procesamiento y comercialización de productos basados en la biodiversidad, bajo criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica.

Al tiempo de confirmar que la expectativa de su portafolio es superar los USD 50.000 millones en exportaciones para seguir consolidando al sector como motor de crecimiento y generación de empleo en el país, Francisco Ruiz Zamudio, director general de Políticas de Desarrollo de Comercio Exterior del MINCETUR, reafirmó que se espera superar el récord en exportaciones no tradicionales y alcanzar los USD 14.000 millones. Asimismo, dijo que se ha proyectado duplicar las exportaciones agrícolas, donde un rubro importante es el relativo al biocomercio.

En tanto, el director general de Diversidad Biológica del MINAM, José Álvarez, afirmó que un país megadiverso como el Perú cuenta con un gran potencial para desarrollar diversas actividades con base en productos naturales, lo cual atraerá a los inversionistas que no solo tendrán la seguridad de obtener un retorno de su inversión, sino que sus productos podrán ingresar con la correspondiente certificación a los mercados internacionales. Destacó que el Perú es actualmente uno de los países líderes en el desarrollo de cadenas de valor del Biocomercio y en materia de bionegocios.

En ese sentido, dijo que actualmente está en proceso de actualización el Reglamento de Acceso a los Recursos Genéticos, proceso en el cual están participando los ministerios de Agricultura y de la Producción, entre otras autoridades involucradas. Asimismo, cuenta con una Estrategia Nacional de Biocomercio y Plan de Acción al 2025, que incluye políticas y normas para la promoción e implementación de estas actividades, considerando el potente desarrollo de la oferta y de los mercados, entre otros ejes temáticos relacionados con este asunto.

El Protocolo de Nagoya –que entró en vigor el 12 octubre de 2014 y ha sido ratificado por 109 países hasta agosto de 2018– está destinado a implementar el tercer objetivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), a saber, la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos. Para ello, el Protocolo ha aclarado varias definiciones e introducido un conjunto de principios y normas sobre acceso y participación en los beneficios (APB) que proveen mayor seguridad jurídica a las partes interesadas.

También se ha incluido, por primera vez, disposiciones novedosas sobre el cumplimiento, verificación y participación justa y equitativa de beneficios en situaciones transfronterizas por la utilización de los recursos genéticos y conocimientos tradicionales asociados. Varios de los países que han ratificado, tales como el Perú, han comenzado a reflexionar y revisar sus políticas nacionales de APB a fin de ajustar sus regulaciones y práctica administrativa a las nuevas exigencias traídas por el referido protocolo.

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