Prevención del delito con políticas públicas enfocadas en las personas

Ser criminal no es una característica permanente de las personas, ya que muchos individuos que alguna vez cometieron un crimen no vuelven a ha­cerlo. Esto implica que existen políticas que pueden ayudar tanto a salir de una vida criminal como a reducir su inicio.

29 de septiembre de 2014

El perfil típico de edad-criminalidad muestra que la mayoría de los delitos son cometidos por personas jóvenes. A su vez, existen dos tipos de criminales:

  • Criminales "circunstanciales": quienes delinquen pero luego dejan de hacerlo
  • Criminales "de carrera": quienes persisten en la vida delicti­va

Mientras que los criminales circunstanciales son muchos (40% de la población de alto riesgo criminógeno), los criminales de carrera son los que acumulan mayor canti­dad de delitos, de una gravedad mayor y aumentan con los años que éstos pa­san dentro de la carrera criminal.

A modo de ejemplo, en una epidemia existen factores protectores (buena salud) y promotores (presencia del virus) en las infecciones; en el caso del delito, losfactores protectores hacen a la "propensión criminógena" del indivi­duo (una baja propensión actúa como factor protector), mientras que los fac­tores promotores están vinculados a la cotidianeidad con que el individuo enfrenta situaciones de riesgo, determinando su "exposición criminógena". De acuerdo al enfoque adoptado en el RED 2014,la propensión y la expo­sición criminógenas interactúan con el entorno en un momento dado, forman­do la situación criminógena que puede desatar el delito.

La formación de la propensión criminógena es un proceso similar al desarrollo de las habilidades cognitivas y no cog­nitivas de las personas, que se inicia muy temprano en la vida y cuenta con ventanas de oportunidad (períodos críticos y sensibles) en las que pueden realizarse inversiones que limitan su crecimiento,  siendo las más rentables aquellas que se focalizan en las primeras etapas de vida y que ponen gran énfasis en el rol de la familia (alimentación, educación, salud, etc.).

La exposi­ción criminógena está fuertemente influenciada por las interacciones sociales que caracterizan el día a día de un individuo. Aquí también existe evidencia empírica que respalda la efectividad de ciertas intervenciones para controlar los ambientes con alta exposi­ción criminógena.

Cabe destacar que los impactos po­sitivos de las intervenciones pueden tardar en materializarse. Por último, la mejor evidencia empírica proviene de países fuera de América Latina, por lo que es necesario conocer más a fondo cómo funcio­narían en el contexto específico de los países de la región. Para ello es clave mejorar los siste­mas de información estadística en torno a la seguridad ciudadana

Para leer más sobre el tema, descargue gratis el reporte RED 2014 "Por una América Latina más segura. Una nueva perspectiva para prevenir y controlar el delito"

RED 2014 nota2

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