¿Qué está en juego para América Latina en la cumbre de París?

Representantes de más de 190 países se reunirán en la COP 21 del 30 de noviembre al 11 de diciembre para alcanzar un acuerdo mundial que permita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

30 de noviembre de 2015

Está llamada a ser la cumbre climática más importante de la historia. Durante 11 días los principales líderes globales deberán llegar a acuerdos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y acordar las bases de economías menos dependientes de los combustibles fósiles y más resilientes al cambio climático.

La COP 21 se celebra en un momento determinante para la humanidad: diversos estudios alertan de que si no se consigue mantener la temperatura del planeta por debajo de 2 grados para el 2100, las consecuencias pueden ser nefastas, especialmente en las regiones en desarrollo. Y para evitar este aumento de la temperatura es necesario actuar ahora.

¿Pero qué está en juego para los países de América Latina? A continuación repasamos algunos puntos importantes a tener en cuenta durante y después de la COP 21 de París.

 

Efectos del cambio climático en América Latina

América Latina solo es responsable del 12,5% de las emisiones pero sería una de las regiones más afectadas por el aumento de la temperatura global. Entre los efectos más graves para la región se encuentran:

  • Reducción de lluvias en la Patagonia, Brasil central, el Caribe y Centroamérica.
  • Aumento de las sequías en toda la región, hecho que mermaría la producción agroindustrial y reduciría la capacidad productiva de América Latina.
  • Aumento de los ciclones tropicales.
  • Aumento del nivel de los océanos que pondría en riesgo a poblaciones instaladas en primera línea del mar.

 

Adaptación y mitigación

Ante este panorama, los retos más apremiantes de América Latina ante el calentamiento global pueden resumirse en dos palabras: adaptación y mitigación.

Entre las medidas de adaptación que se han aplicado en América Latina se encuentran las siguientes:

  • Promoción de buenas prácticas en el manejo de recursos naturales.
  • Mejorar las infraestructuras más vulnerables para que puedan superar desastres ambientales más intensos.
  • Desarrollar una mayor variedad de cultivos que soporten sequías, inundaciones y altas temperaturas.
  • Desarrollo de redes de información y planes de respuesta ante desastres ambientales
  • Monitorear eficientemente el tiempo y los cambios climáticos en la región.

 

Y estas son las medidas de mitigación:

  • Conservación de bosques (la región ha logrado hacerlo más que cualquier otra región) para frenar la deforestación.
  • Conservación de la biodiversidad (América Latina es la región con mayor biodiversidad del mundo).
  • Refuerzo de la legislación para evitar los efectos del calentamiento global. Tenemos ejemplos en Bolivia, Ecuador, Costa Rica o Brasil.
  • Desarrollo de sistemas de transporte público urbanos más respetuosos con el medio ambiente.

Hacia un nuevo modelo productivo

Para evitar los efectos de un mundo entre 2 y 4 grados más caliente, la COP21 también está llamada a trazar las bases de un nuevo modelo productivo que sea atractivo desde el punto de vista de los inversores. Además, para que los países reduzcan paulatinamente su dependencia de las energías fósiles, deberán tener las garantías de que las energías alternativas funcionan y son rentables. 

Se calcula que el financiamiento necesario para que se produzca una transición hacia economías bajas en emisiones y resilientes al clima asciende a unos 1.000 billones de dólares al año hasta 2050. Por eso, para implementar este nuevo modelo será imprescindible el compromiso de todos los actores, desde gobiernos y sector privado, hasta organismos multilaterales y sociedad civil.

 

El papel de los bancos multilaterales de desarrollo

Los bancos multilaterales tienen un papel clave en la recaudación de fondos contra el cambio climático: por un lado, ofrecer seguridad y respaldar a los inversores y, por otro, desarrollar modelos financieros innovadores que permitan mitigar los riesgos asociados a programas de desarrollo sostenible.

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El Club de Bancos de Desarrollo (IDFC por sus siglas en inglés) esuna red que nace en 2011 y que está integrada por  22 instituciones financierasde desarrollo, nacionales, regionales e internacionales.19 de sus miembros pertenecen a países emergentes. El IDFC aporta cerca dos tercios del aporte público contra el cambio climático, por lo que se ha convertido en la principal fuente de fondos para el financiamiento climático a nivel global. El aporte financiero del IDFC ha crecido significativamente en los últimos años: pasó de USD 89.000 millones en 2011 a USD 99.000 millones en 2013, llegando a los USD 100.000 millones en 2015.

CAF, como representante latinoamericano, junto a bancos de desarrollo nacionales y fondos internacionales como el FMAM, el GEF, el Fondo de Adaptación y el Fondo Verde para el Clima, son hoy en día actores clave en el financiamiento verde, la generación de conocimiento y el apoyo técnico a América Latina en la formulación de políticas y estrategias climáticas.

 

Día CAF en la COP 21

Durante las reuniones de la COP 21 se celebrarán cientos de eventos, entre los que destacan el denominado Día CAF, que abordará los retos y las oportunidades que el cambio climático plantea en América Latina. 

Entre los asistentes a la conferencia se encuentran Luis Enrique Berrizbeitia, vicepresidente ejecutivo de CAF, Hela Cheikhrouhou, director ejecutivo del Green Climate Fund, Anne Paugam, CEO, de la Agencia Francesa de Desarrollo, o altos representantes de los ministerios de medio ambiente de varios países de América Latina.

Representantes de organizaciones medioambientales, bancos de desarrollo, sector privado y representantes públicos se reunirán el 9 de diciembre en el Hotel Marriott Ambassador de París para discutir sobre financiamiento verde, proyectos de adaptación y ciudades resilientes al cambio climático, entre otros temas.  

 

Cómo contribuimos a un planeta sostenible

En su enfoque estratégico, CAF está orientada a movilizar recursos internacionales para apoyar acciones de mitigación de emisiones y medidas de adaptación a escenarios climáticos cambiantes, así como a apoyar a sus países miembros en la formulación de políticas y estrategias climáticas. De hecho, en los últimos 10 años CAF ha aportado cerca de USD 1,500 millones. Y sólo en 2014, el financiamiento verde de CAF ascendió a USD 2.810 millones, representando un 24% del total de las aprobaciones totales de CAF para ese año.

Además, CAF apuesta por:

  • Desarrollar una economía baja en carbono para reducir el impacto del calentamiento global mediante el desarrollo de acciones de mitigación de los gases efecto invernadero y de adaptación a los escenarios climáticos cambiantes.
  • Fortalecer y apoyar el desarrollo de los mercados de carbono como un incentivo que permita lograr reducciones de gases efecto invernadero.
  • Promover políticas, planes, programas y proyectos, para orientar la construcción del desarrollo sostenible, así como el acceso a recursos financieros de adaptación y mitigación
  • Promover la generación y gestión del conocimiento en materia de adaptación al cambio climático.

 Para más información sobre el trabajo de CAF en en este tema visite la sección de cambio climático.

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