¿Qué papel tienen los gobiernos en la gestión del agua?

En los últimos 15 años, América Latina ha registrado avances significativos en todas las áreas del desarrollo -salud, acceso a educación, disminución de la pobreza o creación de empleos-, pero todavía está un tanto rezagada a la hora de proveer un servicio universal y permanente de agua limpia.

28 de octubre de 2015

Según datos de CAF -banco de desarrollo de América Latina-, el 25% de la población urbana de la región no tiene acceso regular a agua potable o a saneamiento, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades infecciosas y, a su vez, frena el desarrollo económico de los países.

Con la finalidad de encontrar soluciones a esta realidad, el organismo publicó recientemente el informe "Gobernanza del agua", que analiza la relación entre agua y economía, así como el papel de las administraciones nacionales en la provisión y gestión del agua.

Entre los principales desafíos que apunta el estudio están optimizar las finanzas de las empresas estatales a través de procesos más eficientes o explorar vías de financiamiento público-privado y multilateral en el sector hídrico.

Según el informe, no se puede entender la financiación para el manejo del agua -ni para la provisión de su servicio- sin una economía que responda a las necesidades de las personas.

En este sentido, el uso ético del agua debería ser una de las prioridades de los gobiernos en el momento de gestionar los recursos naturales y económicos, la calidad del servicio, la rendición de cuentas y la satisfacción de las necesidades de la comunidad.

Además de una gestión eficiente de los recursos hídricos, apunta el informe, es indispensable un sistema de evaluación de políticas, planes y proyectos que permita una visión holística del proceso de distribución, así como de las variables de costo y beneficio.

El agua, además de ser un recurso natural, constituye un importante insumo económico para los países, ya que incide la mayoría de actividades económicas. En este sentido, la inserción productiva del recurso del agua en la economía puede contribuir al desarrollo nacional y a la generación de recursos financieros.

Un ejemplo que se podría replicar en otros países de la región se encuentra en Chile, donde se creó la Dirección de Aguas, encargada de asignar todos los derechos del recurso por sectores de actividad con la finalidad de tener un alto grado de neutralidad.