Reelecto actual Presidente de la CAF, Enrique García

En reunión extraordinaria del Directorio de la Corporación Andina de Fomento (CAF), realizada hoy en Caracas, Venezuela, fue reelecto en forma unánime para un nuevo período de cinco años su actual presidente ejecutivo, Enrique García, de nacionalidad boliviana.

27 de junio de 2006

(Caracas, 27 de junio 2006).- En reunión extraordinaria del Directorio de la Corporación Andina de Fomento (CAF), realizada hoy en Caracas, Venezuela, fue reelecto en forma unánime para un nuevo período de cinco años su actual presidente ejecutivo, Enrique García, de nacionalidad boliviana. Entre los hechos más destacados de su administración está el crecimiento sostenido y de calidad que ha presentado la CAF en estos quince años, con aprobaciones superiores a los US$ 40.000 millones, cifra doce veces mayor a lo aprobado en los primeros veinte años de existencia de la institución. Un crecimiento similar han registrado prácticamente todos los indicadores operativo-financieros.

Así mismo, la CAF ha contribuido en forma permanente a mitigar los riesgos y debilidades que aún persisten en América Latina. En cumplimiento de su rol anticíclico, ha apoyado de manera oportuna a los países accionistas, en especial cuando han afrontado dificultades económicas producto muchas veces de choques externos. Además, ha jugado un papel catalítico fundamental para atraer financiamiento externo, principalmente para el sector privado. De este modo, los proyectos financiados por la CAF han permitido –en los últimos diez años– movilizar recursos para el desarrollo de sus países socios por un monto cercano a los US$ 70.000 millones.

La institución es desde hace varios años la principal fuente multilateral de financiamiento para los países andinos, acrecentando su importancia como proveedor de recursos a largo plazo, los más difíciles de obtener. Es, también, una alternativa importante de financiamiento para sus socios no andinos, con operaciones aprobadas que superan los US$ 3.500 millones.

Destaca, además, la apertura de la CAF a la incorporación de otros países como accionistas de la serie “C”, pasando de estar conformada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, a tener hoy como socios a todos los integrantes del MERCOSUR y la CAN, además de cinco países de Centroamérica y el Caribe, junto a Chile, México y España, y con miras a seguir ampliando su base accionaria. Aún más, en 2005 se suscribió un protocolo modificatorio del Convenio Constitutivo de la CAF que da oportunidad a los socios no andinos, así como a otros países de la región, de acceder a los beneficios que implica la condición de miembro pleno al convertirse en accionistas de la serie “A”.

Tal estrategia ha permitido a la CAF desempeñar un papel articulador entre los distintos esquemas de integración regional, particularmente en el espacio suramericano. Ejemplo de ello es la aprobación de más de 40 proyectos de integración en el área de infraestructura física que han permitido viabilizar una inversión superior a los US$ 10.000 millones.

Especial importancia reviste el compromiso de la CAF con la promoción de una agenda renovada de desarrollo para América Latina, destinada a impulsar un crecimiento alto y sostenido que conduzca a la reducción de la pobreza y la inequidad en la región. En este contexto, a partir de una visión integral basada en parámetros de sostenibilidad, inclusión, identidad latinoamericana y respeto por la diversidad, la institución orienta sus actividades a mejorar el entorno competitivo, consolidar el proceso de integración, fortalecer la gobernabilidad e institucionalidad en un marco democrático, aprovechar en forma responsable el capital natural y contribuir a la formación de capital humano y social.

En aras de la inclusión social, en los últimos años se ha hecho especial énfasis en las áreas cultural y comunitaria, capacitación y adiestramiento, micro y pequeña empresa, formación de niños y jóvenes en los campos musical y deportivo, educación y salud. Es importante mencionar, además, la actividad que se realiza en el campo de la infraestructura social, destinada a favorecer a la población más vulnerable a través de esquemas innovadores que permiten aprovechar al máximo los recursos orientados al crédito social.

Estos resultados operativos, aunados a su solidez financiera, han transformado a la CAF en una institución de reconocida solvencia y prestigio mundial, facilitando así su acceso a los mercados internacionales de capital –con 51 emisiones de bonos, por un monto superior a los US$ 7.000 millones– en las condiciones más competitivas para un emisor latinoamericano, respaldada por la constante mejora en las calificaciones de riesgo de sus emisiones que hoy son las más altas de la región.

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