Registrar una patente, un proceso sencillo y rentable

La brecha entre una buena idea y una realidad exitosa puede romperse cuando se logra llamar a la inversión privada

25 de mayo de 2015

Tener una gran idea puede quedarse sólo en buenas intenciones. O puede llegar más allá y lograr que se convierta en un proyecto exitoso que beneficie a muchas personas. Jack Andraka es un joven de 15 años que investigó y encontró un mejor modo de detectar el cáncer de páncreas, ovarios y pulmones. Y decidió patentar su idea. 

Romper la brecha entre probar un concepto y lograr que éste llegue a la cabecera de la cama del paciente se logra a través de la inversión privada. Se consigue con mayor facilidad si se hace una patente. 

Para redactarla se pueden buscar patentes que ya hayan sido exitosas, ver su estructura y tomarlas como modelo para plantear la propia. Una vez redactada, se puede llevar al registro de patentes de cada país. 

También se puede buscar un abogado especialista en patentes. Se puede buscar uno que trabaje pro-bono o que trabaje gratis por determinado tiempo o podemos acudir a otro que sea de pago. El costo final del proceso dependerá de cuánto invertimos en el abogado y del nivel de protección que se quiera para la patente. "No se tiene que pagar tanto, sobre todo cuando se está empezando y no se es una empresa muy grande". 

Los costos se recuperan cuando se vende la licencia a las empresas. A su vez, éstas querrán obtener rentabilidad de su inversión y acelerarán el desarrollo de una buena idea para que se convierta, finalmente, en una realidad exitosa.

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