3 retos educativos en zonas vulnerables de América Latina

Fecha artículo: 23 de febrero de 2017

Autor del post - Silvia Oteyza

Ex-Directora de Sostenibilidad Social en CAF

Cuando hablamos de educación, generalmente acuden a la mente escuelas, profesores, universidades, libros, zonas de recreo, bibliotecas y alumnos. Y ciertamente, esos son los elementos estructurales de cualquier sistema educativo, pero no los únicos.

En muchas ocasiones los planes educativos de los países no responden exitosamente a las necesidades y a las realidades de las comunidades vulnerables, especialmente de aquellas situadas en zonas rurales, donde se concentran los porcentajes de pobreza más elevados. 

El caso de América Latina, donde aproximadamente el 49% de habitantes rurales son pobres, muestra que los rezagos en los principales indicadores educativos están detrás de la baja productividad, y son responsables del escaso aprovechamiento de los recursos al alcance de la población. 

Esta es una de las razones por la que los planes educativos en las comunidades rurales deberían centrarse no solo en la educación tradicional y homogénea, sino en fomentar las habilidades productivas de los ciudadanos; por ejemplo, mejorar la productividad de los cultivos y fortalecer las capacidades de comercialización y negociación, o mejorar las condiciones económicas de las comunidades a través del turismo rural comunitario. 

De hecho, en las zonas rurales y de población indígena, suele haber pocas alternativas de educación, y generalmente no son de mucha calidad. Para revertir esta situación, se deberá fortalecer los programas comprensibles que contemplen las particularidades de este tipo de poblaciones.

Estos son los tres retos principales que enfrentan las comunidades rurales de América Latina en términos de formación y educación:

  • Universalizar la educación primaria y aumentar los niveles de lectura, escritura y principios matemáticos:en promedio, el 16% de los jóvenes rurales de 15 a 19 años no completan la educación primaria. Por eso, los gobiernos de la región deberían luchar para que todos los habitantes de su país, al menos en 4 grado, sepan leer, escribir, sumar y restar. El gran desafío es lograr que los grupos más vulnerables accedan a una educación primaria de calidad y logren completarla de manera satisfactoria. Según la CEPAL, la educación secundaria es el corte para que un individuo participe activamente en la sociedad y mejore sus condiciones de vida. Una razón más para que los más vulnerables completen exitosamente la educación primaria y, con ello, den el primer paso para salir de la pobreza.  
  • Mejorar el vínculo entre formación y demandas del mercado laboral: la vocación productiva de estas comunidades debe tener relevancia en el mercado, es decir, que el oficio que ejercen sea necesario, demandado y pertinente. Muchas de las comunidades excluidas que se encuentra en las adyacencias de los proyectos que CAF financia, saben hacer algo que les genera ingresos para la subsistencia, pero no para tener una vida digna. Esto ocurre porque, o  no tienen las capacidades productivas, o porque el oficio o la actividad económica a la que se dedican no es atractivo para el mercado. Por ejemplo, imaginen un caso en que un agricultor siembra papa en una comunidad del altiplano Boliviano, donde todos los agricultores vecinos siembran la misma variedad de papa (de poco valor comercial) para su autoconsumo y se torna difícil el intercambio o la venta. En el mejor de los casos, ese excedente es vendido a un intermediario que va por la zona y lo compra a precios muy por debajo del mercado, y luego lo revende en los mercados cercanos, y es dicho intermediario quien se queda con la ganancia de la siembra. Ahora bien, el cultivo de papa es básicamente el mismo, para variedades de bajo y alto valor, por lo que, en este punto es fundamental que el agricultor conozca cual variedad de papa le dará más ingresos por el mismo esfuerzo, y en consecuencia sembrarla. Los agricultores pueden tener las capacidades productivas pero no entender la pertinencia de su producto en el mercado. Desde CAF -Banco de Desarrollo de América Latina- tenemos muchos ejemplos de proyectos sociales que buscan nivelar estas capacidades productivas, atentos a la pertinencia del mercado, tal es el caso del proyecto La Doble Vía Inclusiva en Bolivia. 
  • Poner en práctica sus capacidades de manera eficiente: es importante que las comunidades puedan internalizar las capacidades productivas, pero que también puedan desarrollar ciertas capacidades comerciales para que sus emprendimientos u oficios puedan capturar las rentas del mercado.Las formaciones en este terreno debenrealizar un diagnóstico inicial que las proyecte a algún mercado (turistas, supermercados, empresas de agua, etc.). Por ejemplo, una comunidad campesina cercana a Cusco, tiene una actividad económica agrícola de base, pero también realizan tejidos y cerámicas, que les gustaría ofrecer a ese flujo de turistas que llega a la zona atraídos por Machu - Pichu, si esta comunidad no se asocia con otras comunidades y complementa estos productos con servicios, por ejemplo de hospedaje y alimentación, y se conecta con los turoperadores de Lima y Cusco, lo más probable es que siga en la pobreza, dado que sus habilidades artesanales y de servicio (técnicas) no están siendo acompañadas por habilidades laborales (empatía, trabajo en equipo, puntualidad, respeto) y comercialización (negociación, emprendimiento). Un ejemplo de cómo se puede desarrollar este vínculo es el proyecto Rutas, una iniciativa de CAF para mejorar las condiciones materiales de comunidades campesinas cercanas a atractivos turísticos.

El desafío es grande y la región reclama acciones oportunas para llegar a las comunidades vulnerables que en muchas ocasiones ven pasar el progreso sin apropiárselo demasiado. Empoderarles a través de la formación será vital para que estos latinoamericanos sean garantes de su propio futuro y el de sus familias.

 

Silvia Oteyza

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Silvia Oteyza

Ex-Directora de Sostenibilidad Social en CAF

Silvia Oteyza fue la directora de sostenibilidad social en CAF. Su trabajo está enfocado en el desarrollo humano integral para hacer del ciudadano un actor clave en su contexto comunitario y territorial. Entre otras iniciativas, actualmente dirige los programas de Música para crecer, Somos- red del deporte y Pasos por la inclusión. Previamente trabajó como directora adjunta en el área de crédito y manejo de operaciones del sector público. Durante 2002 al 2009 fue la coordinadora del acuerdo CAF-FIDA. Antes de entrar a CAF estuvo en la Gerencia de Estudios del Banco Central de Venezuela como Jefe de Análisis Coyuntural. Tiene un Master en Planificación del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela y es Economista de la Universidad Católica Andrés Bello.

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