Dinorah Singer
Experta en educación en CAF
Este blog se publicó simultáneamente en El Huffington Post
A pesar del no demasiado esperanzador panorama económico, en algunos aspectos estamos en un buen momento para América Latina. A nivel demográfico, vivimos en una época histórica, porque por primera vez las personas en edad de trabajar representan al grupo mayoritario de la población (superan a las personas potencialmente dependientes, aquellas entre 0 y 14 años y mayores de 60).
Esta coyuntura, conocida entre los expertos como "bono demográfico", supone que hoy en día hay mucha más gente con capacidad de insertarse en el mercado laboral para producir y contribuir a la generación de ingresos de los países, algo vital tanto para retomar el crecimiento como para lograr un desarrollo que beneficie a todos los ciudadanos.
Sin embargo, las ventajas de este bono demográfico se materializan en la medida en que la población en edad de trabajar efectivamente logre insertarse con éxito en el mercado laboral. En otras palabras, que logre conseguir un empleo bien remunerado y con posibilidades de desarrollo profesional futuro, lo cual sólo es posible en el mercado formal del empleo.
Y aquí es donde comienzan a aparecer las complicaciones: en América Latina 1 de cada 5 jóvenes ni estudia ni trabaja. Son los famoso "NINIS", que actualmente ascienden a 20 millones de personas.
La buena noticia es que existen medidas eficientes para revertir esta situación. La Educación Técnica Vocacional secundaria (ETV), por ejemplo, es una herramienta que puede contribuir a aprovechar el bono demográfico y a reducir el número de Ninis que existen actualmente, los cuales adoptan esa condición porque abandonan tempranamente la escuela para buscar empleo, pero como no poseen las habilidades requeridas por el mercado laboral, generalmente logran trabajos mal remunerados en el sector informal.
Con este tipo de educación se puede formar a los jóvenes para que adquieran las competencias que les permitan insertarse en el mercado laboral. Estas habilidades pueden ser generales o específicas dependiendo de cómo se estructura este nivel de formación. Hay variada evidencia internacional sobre distintas formas de implementar programas de ETV dependiendo de su duración, formas de articularse con la formación post secundaria y el mercado laboral.
Actualmente, la tasa de deserción escolar en la etapa secundaria en la región se ubica en 15,5% y sólo la mitad de los inscritos en secundaria logran graduarse. La deserción escolar abre una ventana de oportunidad para la educación secundaria, que registra avances a diferente ritmo en función del país. Destaca el caso de Costa Rica, donde alrededor del 20% de los estudiantes eligen la ETV como alternativa de formación, superior al 13% del promedio de la región.
Entendiendo la urgencia de aprovechar lo antes posible las ventajas del bono demográfico y los beneficios de una inserción exitosa de los jóvenes en el mercado laboral, CAF -Banco de Desarrollo de América Latina- y el Dialogo Interamericano hemos desarrollado una serie de notas que plantean soluciones a esta temática.
En este sentido, hemos encontrado que uno de los principales beneficios de la ETV, además de insertar a los jóvenes en el mercado laboral, son los salarios que pueden devengar los jóvenes por su trabajo. En América Latina los retornos de la ETV en comparación a los retornos de la educación general han aumentado en casi todos los países. De igual forma, el acceso a mejores trabajos favorece la movilidad social ascendente, siempre y cuando la formación impartida sea de calidad.
La formación técnica debe estar alineada con las necesidades del mercado, y la actualización oportuna de los contenidos de los programas de la ETV es crucial para que la formación cumpla con su objetivo. En este sentido, el reto para el sistema educativo es tener el dinamismo suficiente que le permita seguir el ritmo del mercado laboral, algo que será más o menos complejo en función del sector económico en cuestión.
Existen diversos mecanismos de articulación entre formación y mercado laboral, bien sea incorporando en las juntas directivas de las instituciones de formación a los representantes empresariales, creando una instancia nacional que coordine los intereses de ambas partes o casos particulares de vinculación directa de empresas con institutos de formación.
Otro elemento a considerar es que la formación ETV debe contener conocimientos técnicos específicos así como generales que le permitan al egresado continuar con estudios terciarios si es su deseo y que la certificación obtenida sea reconocida por el sistema educativo.
Estas son solo algunas medidas que contribuirían a que América Latina aprovechara el bono demográfico y, al mismo tiempo, lograra reducir la informalidad laboral, uno de los problemas históricos que más limitan el desarrollo integral de la región.