Héctor Varela
Ejecutivo Principal de la Gerencia de Infraestructura Física y Transformación Digital de CAF- banco de desarrollo de América Latina-
En el vasto paisaje de América Latina, la red de caminos rurales es el tejido vital que conecta las comunidades y los recursos naturales. Son mucho más que simples vías de acceso, son contribuyentes esenciales a la cohesión nacional y la ocupación territorial equilibrada. Con frecuencia representan la única intervención manifiesta del Estado en áreas remotas, donde los habitantes pueden experimentar sentimientos de abandono. Además, a menudo son precursoras de otros servicios básicos, como el agua potable, la electricidad y las telecomunicaciones, mejorando significativamente la calidad de vida de las comunidades.
Es preocupante que el 90% de esta red en América Latina no está pavimentada y que gran parte de ella se encuentre casi siempre en malas condiciones. A pesar de su importancia, muchos caminos subsisten entre el barro, el polvo y, en ocasiones, los desastres naturales. La falta de inversión oportuna para su conservación ha llevado a que sea costumbre actuar cuando ya se trata de una situación de emergencia, provocando que las comunidades rurales a menudo enfrenten condiciones de viaje precarias y peligrosas para poder llevar sus productos a los mercados y acceder a la escuela o los centros de salud.
Su mal estado es, para los habitantes de las áreas rurales, una barrera para el ejercicio de diversos derechos humanos fundamentales como son la educación, la salud, la justicia y el trabajo, tal y como ha señalado en ocasiones el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Estos caminos no son simples vías de tránsito, sino arterias que conectan a las personas con oportunidades y servicios esenciales. Sin una infraestructura de transporte adecuada, las comunidades rurales quedan aisladas y excluidas de las oportunidades que podrían ofrecerles una vida digna.
Se genera una brecha entre las áreas urbanas y rurales que fomenta una migración masiva del campo a las ciudades, ocasionando un profundo desarraigo en los emigrados ante la pérdida de referencias y alimentando los cinturones de pobreza de las megaciudades de la región. Es imperativo contrarrestar este éxodo y proporcionar a las personas igualdad de condiciones para desarrollarse, creando oportunidades locales que permitan a las personas quedarse en sus comunidades de origen, preservando así sus lazos familiares y culturales.
El territorio rural es un ser vivo en constante adaptación, resultado de una interacción dinámica entre la naturaleza y las comunidades que lo habitan. Esta relación es la que le otorga su idiosincrasia particular y manifestaciones culturales propias, que deben ser tenida en cuenta al desarrollar estas infraestructuras. Los caminos rurales bien planificados y mantenidos juegan un papel vital al conectar comunidades, fomentando el desarrollo económico local, reduciendo la presión sobre los ecosistemas naturales al ordenar el acceso a los recursos y, en definitiva, promoviendo el desarrollo sostenible.
La Gerencia de Infraestructura Física y Transformación Digital de CAF promueve desde sus orígenes las mejores prácticas en la construcción de estas vías de bajo tránsito. Programas para el financiamiento de estas infraestructuras, como los de Paraguay y Perú, han permitido obtener valiosas lecciones aprendidas que compartir. Aunque estos programas suelen requerir inversiones modestas en comparación con otras infraestructuras, tienen el potencial de impulsar transformaciones productivas, institucionales y socialmente inclusivas y sostenibles; contribuyen al desarrollo sostenible y a la creación de nuevas oportunidades de empleo en las áreas rurales; lo que a su vez fortalece la cohesión social y territorial en la región.
Para promover esta visión, CAF está organizando una sesión prospectiva en el marco del XXVII Congreso Mundial de la Carretera, con el objetivo de destacar los beneficios sociales que generan los programas de caminos rurales en América Latina y el Caribe. La presencia de ministros de América Latina y el Caribe en la Sesión organizada por CAF permitirá discutir los beneficios de los caminos rurales y abordar los desafíos institucionales que deben superarse para garantizar una conectividad adecuada en las zonas rurales.
Será en este evento donde CAF presentará su reciente publicación, la guía "Caminos Rurales, Una Puerta al Desarrollo y la Conectividad Territorial", de la que ya se han publicado versiones específicas para México y Brasil. Esta guía contiene directrices para la construcción de estas importantes vías de conexión y comparte experiencias latinoamericanas con un alto impacto en el desarrollo sostenible.
La inversión en caminos rurales no solo es una inversión en infraestructura, sino una inversión en el bienestar y en el futuro sostenible de toda la región de América Latina y el Caribe. La prosperidad de las comunidades rurales y su permanencia en el territorio dependen de que tengan una infraestructura que les garantice el acceso a los servicios básicos y las oportunidades que éstas necesitan. En definitiva, que dispongan de “caminos para quedarse”.
